El ex comisario José Manuel Villarejo vuelve a sentarse en el banquillo por grabar y difundir una reunión del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre 'El Pequeño Nicolás'. Un evento que el policía jubilado ha utilizado para apuntar directamente al Gobierno de Mariano Rajoy, concretamente a la que fuera su número dos, la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a quien acusa de usar un cuerpo "tan importante para la seguridad nacional" como una "agencia de detectives privados". 

El excomisario llegó a los aledaños de la Audiencia Provincial de Madrid con unas inusitadas ganas de pronunciarse, como es habitual. Villarejo desfiló ante los medios de comunicación, como es costumbre también, y sacó su lengua -exenta de pelos- a pasear. El objetivo del otrora policía no era sino el Gobierno de Mariano Rajoy, personificado en la figura de la ex vicepresidenta del Ejecutivo y mano derecha del líder gallego, Soraya Sáenz de Santamaría.

La mano derecha de Rajoy

Villarejo se despachó a gusto, atribuyendo a la número dos de Rajoy una pátina de Superintendente de la T.I.A. por el uso que, siempre según el excomisario, hacía del Centro Nacional de Inteligencia. Soraya Sáenz de Santamaría, según ha declarado, se valía del CNI como si este fuera una agencia “privada de detectives”. Además, le achacó que utilizara un “cuerpo tan importante” para “perseguir y pinchar” el teléfono de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como El Pequeño Nicolás.

“Lo más aberrante es que esta señora haya utilizado el CNI como si fuera una agencia de detectives privados porque un jovenzuelo estaba hablando de ella”, ha resuelto el excomisario mientras exhibía la exuberante “ilusión” con la que afronta el juicio. Un sentimiento que se explica porque, a su entender, “por fin” tendrá lugar la “catarsis” con la que se “demostrará” que un organismo como el CNI fue usa por “un individuo que ya no está afortunadamente” y lo hizo para su “venganza personal”. Una alusión clara al exdirector del centro Félix Sanz Roldán.

Una grabación manipulada

Antes del pistoletazo de salida al juicio, Villarejo, para el que la Fiscalía reclama cuatro años de prisión por presuntos delitos de revelación de secretos, ha manifestado su absoluta “confianza” en que el tribunal sea testigo del “cúmulo de errores e ilegalidades” cometidas durante la instrucción del caso.

El excomisario ha resaltado que el fiscal del caso protestó durante “todo el tiempo” porque se trataba de “una investigación prospectiva, gratuita y contraria a Derecho”. Sin embargo, lo que espera ahora es que explique los aspectos que motivaron su “cambio de opinión”, dado que él no alcanza a entender “lo que habrá pasado”.  En este sentido, ha censurado también que se le procesa, junto a su pareja Gemma Alcalá y un periodista, por una “grabación manipulada y de mala calidad”.

A su juicio, el excomisario entiende que es obligatorio cuestionarse cómo el fiscal atestigua que el CNI “no tiene nada que ver” mientras, en paralelo, se pregunta sobre quién inició la investigación si no es el propio cuerpo. Además, también desliza “qué hace” el servicio de inteligencia español “reuniéndose con miembros de la Policía cuando no es policía judicial y en una causa, además, que estaba bajo secreto”.