Álvaro Pérez ‘El Bigotes’, Francisco Correa y Pablo Crespo, amigos durante años con sus azañas empresariales y judiciales relacionadas a las corruptelas de la trama Gürtel, especialmente en sus ramas valencianas, han roto su larga amistad tras más de un año de convivencia en prisión.

Se podría decir que el final de su pacífica convivencia se ha producido de forma “indigesta”, como ha contado en exclusiva La Sexta, ya que la comida ha sido la gota que ha colmado la paciencia de los tres condenados y que se encuentran en la prisión de Soto del Real.

‘El Bigotes’ hizo un curso de cocina en prisión y al acabarlo y hacer un bizcocho repartió el mismo entre los reclusos, comenzando entre los que menos recursos tienen, con lo que a la celda de sus antiguos compañeros de negocios sólo llegaron los restos, algo que no sentó nada bien a Pablo Crespo, con fama de goloso, y supuso el final de la relación entre los tres.

Tal es la ruptura entre ellos que ‘El Bigotes’ ha pedido el traslado de módulo en la prisión para no coincidir con Crespo y Correa, lo que le ha sido concedido.

Pero la afición de Álvaro Pérez por la cocina, como él mismo reveló en mitad de una videoconferencia en Les Corts cuando dijo que se había perdido la lección de pochar, y el bizcocho de la discordia, sólo es una anécdota ya que la amistad entre ambos quedó muy tocada tras la confesión en el juicio Gürtel de Francisco Correa cuando reconoció todos los delitos de los que le acusaba la Fiscalía y dejó en una situación complicada al PP valenciano y a sus socios.