Este miércoles nos amanecíamos con el auto del polémico juez Peinado en el que transforma la pieza separada por malversación de la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, a Ley del Jurado. Un dislate jurídico en toda regla, cuyo único objetivo parece ser que es conseguir que sea ‘el pueblo’, y no un tribunal profesional, el que la juzgue. Como dice un compañero: “Que sean las vísceras y no la razón quienes decidan su sino”. Y es que todos, él el primero, somos conscientes de lo que pasaría si es la Audiencia Provincial la que juzga.

Peinado ha creado un puzzle jurídico absolutamente kafkiano para conseguir sus objetivos. A ver, lectores, si soy capaz de explicarles en lenguaje llano lo que ha hecho este señor sin provocarles una mixomatosis que les haga estallar la cabeza.

Lo primero es que aquí tenemos la causa dividida en dos. Por un lado la malversación, y por otro el resto del procedimiento. Para que haya malversación, la imputada debe ser funcionaria pública, pero el señoría tenía un problema, y es que la mujer del presidente no lo es, así que solventa ese escollo acogiéndose a un resolución de la Audiencia Provincial de Madrid de otra pieza de la causa -la de la cátedra- en el que la asimilaban a funcionaria. Y así, Peinado coge de un lado del procedimiento lo que le va bien, y lo pasa al otro sin sonrojo alguno. Ingeniería jurídica o, lo que es lo mismo, un por mis gónadas en toda regla.

Después de eso viene el segundo punto, y es que si utiliza eso, debería haber más delitos, pues bajo su prisma jurídico deberían ser conexos los de una pieza con la otra. Aunque si hace eso, pues claro, se le desmonta el castillo de naipes, el puzzle inventado, pues al haber varios delitos no iría por jurado. Pero estamos hablando de Peinado, el 'Caballo loco' de la Justicia, así que sus gónadas vuelven a hacer acto de presencia y corta lo que quiere de un pieza para utilizarlo en otra, y aquí no ha pasado nada.

Los motivos

En cuanto a los motivos de hacer todo este dislate, pues además del tema de que esto en manos de un tribunal profesional tiene las mismas posibilidades de prosperar que las que tengo yo de acabar como monja Ursulina, tenemos el hecho de que sería juzgada por personas de una comunidad donde el 55 por ciento son conservadoras. Reflexionen sobre eso.

Y más allá, me voy a quedar con la reflexión que hacía otro compañero periodista al respecto, y que dejo a su juicio, lectores, el darle una vuelta o no a si es así. Yo personalmente pienso que sí. Decía mi compañero hoy: “La clave es porqué ahora y no antes. Debería haber ido desde un principio por jurado y no ahora. Y porqué lo hace ahora, pues porque siempre tuvo en mente imputar al ministro de Justicia, Félix Bolaños. Pero el Supremo se lo tumbó y claro si iba por el Supremo no podía ser jurado, y fue por eso que no transformó el procedimiento desde el principio en Ley de Jurado. Cuando se le han caído los palos del sombrajo y no ha podido ir a por Félix Bolaños pues lo ha transformado para ir por jurado. Eso se une a que genera espectáculo. Que sea el pueblo, que sea la víscera la que emita un veredicto, y no el razonamiento jurídico”.

Y esto nos lleva al hecho de la citación este sábado para la ‘vistilla’ a la que obliga la Ley del Jurado. Otro paseíllo más por plaza de Castilla. Más exposición mediática para la mujer de Sánchez. Más cámaras, más aperturas de informativos, periódicos y tertulias varias.

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