La Sala Penal del Tribunal Supremo ha decidido inadmitir a trámite y archivar la querella que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, presentó contra la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, por un presunto delito de calumnias con publicidad. La dirigente autonómica acudió a los tribunales tras escuchar a Belarra afirmar que la presidenta “debería estar en la cárcel” por su “gestión homicida” de la pandemia de la covid-19.
El auto, firmado por el magistrado Pablo Llarena, concluye que no existe delito en aquellas manifestaciones. El Alto Tribunal sostiene que las palabras de Belarra se enmarcan en el ejercicio de la libertad de expresión y, más en concreto, en el terreno de la crítica política.
La resolución subraya que las declaraciones cuestionadas forman parte de una crítica “asentada en la convicción, percepción o interés político” de la dirigente de Podemos. El Supremo incide en que dicho tipo de manifestaciones pretenden “censurar la gestión de un Gobierno Autonómico presidido por la querellante” y que, por ello, no encajan en la tipología penal de la calumnia.
El auto recuerda además la doctrina constitucional que ampara la crítica política “severa o exacerbada” dentro de una sociedad democrática. Bajo estos principios de libertad, tolerancia y pluralismo político, el Tribunal Constitucional ha reiterado que el debate público debe admitir expresiones especialmente duras cuando se refieren a la actuación de los gobiernos.
Una polémica reavivada cinco años después de la pandemia
Las declaraciones de Belarra se produjeron el pasado marzo, coincidiendo con el quinto aniversario del estallido de la covid-19. Desde el Congreso, la líder de Podemos manifestó que Ayuso debería estar “en la cárcel” por la “gestión homicida” que, a su juicio, tuvo lugar en la Comunidad de Madrid durante aquellos meses.
La reacción del Gobierno madrileño fue inmediata. El consejero de Presidencia y portavoz autonómico, Miguel Ángel García, anunció entonces que los servicios jurídicos prepararían acciones legales al considerar que Belarra “imputa un delito al Gobierno de la Comunidad de Madrid” y sugiere “malas prácticas intencionadas durante la covid”. “No pueden quedar impunes declaraciones como estas, que intentan retorcer el dolor de las víctimas y de sus familias”, afirmó García.
El cruce de acusaciones llegó en plena escalada de tensión entre el Ejecutivo regional y la izquierda por el número de fallecidos en residencias durante la primera ola. La Comunidad de Madrid defendió que “el número real de fallecidos en residencias fue de 4.100” frente a los 7.291 atribuidos por el entonces consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, de Ciudadanos, cifra que el Gobierno madrileño calificó como “un invento”.
La antesala del documental de RTVE sobre las residencias
La discusión se produjo en un momento especialmente sensible, coincidiendo con la inminente emisión en RTVE del documental 7.291, una producción centrada en reconstruir lo ocurrido en las residencias madrileñas durante las primeras semanas de la pandemia. El título alude a la cifra de fallecidos que figura en los registros oficiales del Ministerio de Sanidad y en los informes internos de la Consejería de Políticas Sociales de 2020, y que fue defendida por el entonces consejero Alberto Reyero. La Comunidad de Madrid, sin embargo, insiste en que el número real de muertes vinculadas a estos centros ascendió a 4.100, y sostiene que la cifra de 7.291 fue “un invento” del propio Reyero.
La emisión del documental provocó un nuevo choque político incluso antes de su estreno. Desde el Partido Popular madrileño se criticó que RTVE hubiera decidido programarlo en horario de máxima audiencia, calificándolo de “relato de parte” y cuestionando su base documental al considerar que se articula sobre una “falsedad”. La corporación pública defendió la producción como un trabajo periodístico basado en testimonios, documentos oficiales y fuentes institucionales, en un contexto en el que las asociaciones de familiares de residentes llevaban años reclamando una investigación a fondo sobre lo sucedido.