La exsecretaria del IES Fuentesnuevas, bajo las siglas E.P.,  que se apropió de 182.000 euros del centro ha asumido la pena impuesta por el Ministerio Fiscal que la condena a seis años de inhabilitación absoluta y a dos años de prisión. Durante cinco años fue robando minuciosamente hasta llegar a esta cantidad, y con ello afectando notablemente a la calidad educativa y social de los alumnos del instituto de Ponferrada (León), que vivieron serios recortes en esta época.

La acusada no entrará en prisión siempre y cuando reintegre los 91.000 euros que le faltan por devolver -lo restante a los 182.000 euros ya lo ha devuelto- y no vuelva a cometer delitos durante los próximos cinco años.

Los hechos denunciados y por los que finalmente ha sido juzgada y acusada son que durante el periodo comprendido entre los años 2012 y 2017 la entonces secretaria del IES Fuentesnuevas se apropió de 152.218,80 euros a través de gastos sin justificar, 14.020 euros en metálico que le entregaban los profesores para pagar el transporte de los alumnos en excursiones y otras salidas y otros 16.538,95 euros procedentes de pagos de los alumnos para fotocopias.

E.P. fue suspendida de su empleo en mayo de 2017, cuando se tuvo constancia del descuadre de las cuentas en el IES Fuentesnuevas, y posteriormente se abrió el expediente. Tras la apertura de diligencias judiciales, en julio de 2023 la acusada entregó 91.777,75 euros para el resarcimiento parcial del perjuicio económico cometido, y ahora, tras resolverse el juicio y aceptar la petición de la Fiscalía por un delito de malversación de caudales públicos, deberá devolver lo que le resta de la cantidad sustraída.

Tal como ha señalado la Fiscalía, durante los años 2012 hasta 2017, la acusada, como responsable de la contabilidad del centro, efectuó anotaciones contables que “carecen de documento acreditativo de gasto” por un importe total de 152.218,80 euros. Para justificar esta actuación, realizó apuntes contables de gastos ficticios por presunta adquisición de bienes y prestación de servicios, haciendo constar como proveedores una relación de 78 empresas acreedoras cuyo perfil encajaba con los bienes y servicios habitualmente suministrados al centro.

Posteriormente, la exsecretaria obtenía el dinero de forma irregular, reflejando en estos gastos ficticios utilizando para ellos cheques nominativos a su nombre de la cuenta corriente operativa, titularidad del instituto, mediante su cobro en ventanilla, haciéndolo suyo.

Este modo fue empleado en un total de 144 ocasiones, entre los ejercicios entre 2012 y 2017. Por años, en 2014 sustrajo 26.167,31 euros, en 2015 alcanzó los 31.094,49 euros, en el 2016 fueron 39.288,10 euros y el último año, hasta mayo, 12.594,78 euros.

Pero además, E.P., que también era responsable de la gestión e ingreso del dinero en la cuenta bancaria del instituto, también desvió fondos de los pagos de los alumnos para el transporte en excursiones o actividades de ocio. Las cantidades le eran entregadas en metálico por los profesores responsables de la actividad tras el previo pago efectuados por los alumnos.

Durante estos cinco años consta que se efectuaron 31 asientos en la cuenta corriente correspondientes a viajes de alumnos sin que, en ninguno de los supuestos, por la acusada se efectuara el correspondiente ingreso que previamente le había sido entregado. Con esta actuación, hizo suya la cantidad de 14.020 euros.

Y, además, también sustrajo parte del dinero metálico por servicio de fotocopias, que principalmente eran pagos efectuados por los alumnos del centro en efectivo. La recaudación total por fotocopias registrada por la acusada en el libro diario fue de 7.646,15 euros, mientras que la recaudación total que le fue entregada por las conserjes fue de 24.185,10 euros. Así, E.P. hizo suya la cantidad de 16.538,95 euros.

A todo ello hay que sumar el perjuicio a los alumnos que durante estos años vieron afectado su paso por el centro educativo por los notables recortes en cuestiones básicas. Entre otros ejemplos, destaca el tener que comprar folios para escribir más en los exámenes porque no había dinero en el centro para ello, pagar por los apuntes que los profesores debían dar gratuitamente, estar en clase con abrigos y bufandas puestas en invierno porque no había dinero para calefacción y se encendía en horas puntuales o vender rifas para sacar algo de dinero y poder organizar una graduación de bachillerato medianamente decente.

Con esta investigación y esta condena, a muchos alumnos del IES Fuentesnuevas se le han esclarecido los motivos que propiciaron estos fuertes recortes durante su etapa en el instituto.

Síguenos en Whatsapp y recibe las noticias destacadas y las historias más interesantes