Altos cargos del Partido Popular han contactado con detectives privados para investigar de forma secreta al hermano de Isabel Díaz Ayuso. Las gestiones de esta operación se han producido durante la batalla entre Génova 13 e Isabel Díaz Ayuso a raíz de que la presidenta de la Comunidad de Madrid quiera liderar el partido madrileño.

Cabe recordar que ElPlural.com adelantó la operación contra Ayuso y la pretensión de buscar “grabaciones, vídeos e incluso documentos”. En concreto, el 6 de noviembre ElPlural.com publicaba la siguiente información: Ángel Carromero, condenado por homicidio, maneja la operación de Génova contra Ayuso.  Pocos días después, ElPlural.com publicaba la siguiente información: Crece el miedo en el PP a que salga a la luz un escándalo contra Ayuso: “No son cremas, son aviones”. 

En este contexto, conviene preguntarse qué puede hacer y qué no puede hacer un detective privado. 

"El límite es muy difuso a veces, pero está claro que si lo que hicieron en Barcelona fue grabar una conversación en un reservado, eso es ilegal". Son palabras de Alonso, un detective privado, que explica a ElPlural.com la primera regla básica en el funcionamiento de un detective: "Sólo puedes hacer seguimientos legales cuando se llevan a cabo en un sitio público, nunca en un lugar reservado. Y las grabaciones, incluso en sitios públicos con reservas muy determinadas".

Un reservado de un restaurante no es un espacio público

La primera pregunta evidente es entonces: ¿Qué es un espacio público y cuál es reservado? Otro detective, J., de Apherton Grupo Investigación, hace un listado para explicarnos: "más allá de la calle, un parque etc., es un lugar público el hall de un hotel, el despacho de un abogado, un bar, un restaurante..."

¿Y un reservado de un restaurante? El detective de Apherton Grupo tiene clara la respuesta: "Un reservado no lo es. Quedó muy claro en el caso de las bodas y los agentes de la SGAE que querían tomar nota de las canciones que se ponían para cargar por los derechos... Lo que los jueces han determinado es que cuando alguien contrata un espacio en un lugar público, lo 'acota' y lo convierte en privado. Este sería el caso del reservado de un restaurante".

Se pueden grabar imágenes, no audios

Alonso pone como ejemplo un caso que protagonizó personalmente. "Una vez yo grabé en un restaurante sentado en la mesa de al lado, y el juez lo admitió, porque desde mi mesa podía escuchar lo que se hablaba y ésta se producía en un lugar plenamente público".

Este detective abre así el otro gran interrogante en su trabajo, el de las grabaciones. Qué se puede y qué no se puede grabar. El detective de Apherton Grupo hace una clara división, en este sentido, entre imágenes y audio. "Se puede grabar en imagen cualquier cosa que está sucediendo en un espacio público, es decir ante los ojos de todos los presentes. No es el caso así de las grabaciones de audio, porque éstas, aunque se produzcan en un campo público, no pueden ser escuchadas por los demás sin romper el secreto de las conversaciones".

La grabación la tiene que realizar uno de los implicados

Los detectives con los que ha hablado ElPlural.com explican que "por regla general solo se puede grabar una conversación cuando uno de los presentes en esa conversación es quien la realiza, aunque los demás participantes lo desconozcan".  J. va más lejos y nos explica que "es ilegal para nosotros, los detectives, realizar grabaciones, aún sean pedidas por uno de los participantes. Es ilegal, por ejemplo, poner micros en un florero en un reservado, aunque una de las partes participantes nos lo pida..., porque inevitablemente ese micro grabaría, o permitiría grabar o escuchar, otras conversaciones que se produjeran antes o después. Sólo sería legal si una de los miembros de la reunión es quien lleva el micro y posibilita la grabación". Es más, según nos dicen estos profesionales, una grabación obtenida así podría utilizarse en un acto jurídico, pero nunca si lo que se pretende es difundirla públicamente.

Y esto nos trae a una nueva pregunta: ¿quién puede ordenar una investigación a un detective privado? Los dos detectives con los que hemos hablado son claros: tan sólo alguien que mantenga una relación familiar, emocional o laboral con el investigado. "No se puede investigar a alguien por simple curiosidad... Un padre puede pedir un seguimiento a un hijo, una esposa a un esposo, un empleado a su jefe para saber, por ejemplo, si está justificado que le retrasen sus pagos, o al revés, un directivo a un trabajador para saber si una baja laboral está justificada... Pero nadie puede pedir una investigación sobre alguien con quien no mantiene una relación". J., el detective de Apherton, lo resumen en una frase: "solo puede contratar una investigación alguien que tenga un interés legítimo".

Los límites de lo legal y lo ilegal son a veces difusos

Para controlar el trabajo de los detectives privados, en todas las agencias hay un 'libro de registro', controlado por la policía, y en el que tienen que constar los datos de quien pide la investigación, los de quien es investigado y el asunto por el que se pide esa investigación.

Naturalmente, todo esto... si el detective se mueve en los límites legales, que todos reconocen que son a veces difusos. Y, como reconocen estos detectives a ElPlural.com, "no todas las agencias, ni todos los detectives, son siempre escrupulosos a la hora de moverse por esos límites difusos".