El vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, se mostró como damnificado en la pieza del caso Villarejo. Sin embargo, en las últimas horas, esta posición ha variado diametralmente. El auto del juez  Manuel García-Castellón, instructor del caso Tándem, no solo le retiró su condición de perjudicado, sino que además, se ha vuelto en su contra.

Y es que, el documento, al que ha tenido acceso ElPlural.com, sienta las bases para que el Tribunal Supremo le investigue por al menos dos presuntos delitos: revelación de secretos y daños informáticos en el caso Dina.

En la parte dispositiva del auto, según apunta El Confidencial, el magistrado pide a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional “que esclarezca los envíos a terceras personas y alteraciones físicas a las que pudo ser sometida" una tarjeta telefónica que le fue sustraída a la empleada de Podemos Dina Bousselham. ¿El motivo? Que todo apunta a que el líder morado tuvo la tarjeta en sus manos en 2016 pero tardó varios meses en devolvérsela a su propietaria.

Además, durante ese periodo, el contenido de la tarjeta SIM habría sido copiado varias veces para después destruir el soporte original. El propio Iglesias reconoció ante el juez haber consultado los datos que contenía. 

Cabe recordar que las pesquisas se centran en la sustracción de una tarjeta SIM del teléfono de la asesora de Iglesias, Bouuselham, en un centro comercial; así como su uso posterior.

Ahora, el auto desvela que a lo largo del procedimiento Iglesias ha incurrido en una serie de “contradicciones” que han desembocado en la retirada de su condición de víctima, dando un giro de 180 grados y situándolo como presunto autor de varios delitos: el vicepresidente habría ocultado entre cinco y 36 meses un 'pendrive' con fotos íntimas de su asesora. El documento también destaca que el contenido del móvil se copió y después se destruyó. Para cuando Dina recuperó la tarjeta SIM, esta estaba inutilizada.

Esto último fue admitido por la propia asesora, quien ante el juez dijo lo siguiente: "Hay una cosa que yo no conté, porque no sabía si podía contarlo, porque me lo había dicho Pablo y era una cosa confidencial. A él le intentan dar una tarjeta SIM con supuestamente fotos mías y me dice que le han intentado vender las fotos (...) yo nunca he llegado a abrirla porque nunca me ha funcionado, de hecho intenté recuperar la tarjeta SIM “.

"La devolución a Dina de dicha tarjeta SIM no puede datarse con precisión", explica el auto. "Esta circunstancia, unida a las demás contradicciones del relato de Dina Bousselham, permite sostener que Pablo Iglesias habría mantenido en su poder la tarjeta SIM de Dina Bousselham durante un periodo que podría oscilar entre cinco y 36 meses, una vez recibida la tarjeta el 20 de enero de 2016. El periodo más breve (cinco meses) se situaría en el caso de que la devolución se hubiese efectuado en junio de 2016, y el más extenso (el de 36 meses), para el supuesto de que la entrega de la tarjeta se hubiera realizado en el mismo juzgado, el 27 de marzo de 2019", concluye García-Castellón.