El titular de Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, ha decreatado el embargo preventivo de bienes a los dos empresarios que se lucraron del pelotazo de las mascarillas, según ha podido saber La Sexta. Esto incluye todos los bienes que tienen tanto Luis Medina como Alberto Luceño y entre los que se encuentran relojes Rolex, coches de lujo, un yate o un piso de un millón de euros. Además, el magistrado ha citado a ambos empresarios a declarar como imputados el próximo día 25.

Este caso, que investiga si dos empresarios cobraron cerca de seis millones de euros en mordidas por traer material sanitario en plena primera ola de la pandemia ha dejado datos, cuanto menos, interesantes, como por ejemplo que el Ayuntamiento no alertó de ninguna irregularidad. Es más, tuvieron que ser los bancos los que dieran la voz de alarma a la Autoridad Supervisora en materia de prevención del blanqueo de capitales (Sepblac).

De hecho, fue el propio Sepblac quien, tras estudiar la documentación aportada por los bancos, presentaron la denuncia en la Fiscalía Anticorrupción, tal y como ha adelantado la Cadena Ser. Una denuncia que se ha traducido con la querella de Anticorrupción en la que acusa a ambos empresarios de haber cobrado mordidas cercanas a los seis millones de dólares por los contratos para traer mascarillas, test de Covid y guantes en lo peor de la primera ola, cuando en Madrid fallecía 300 personas al día.

Para disimular la ingente entrada de dinero, ambos empresarios habrían falsificado facturas para dar apariencia de realidad a todo el dinero que ingresaban en sus cuentas. Pero desde los bancos no lo vieron nada claro y avisaron al Sepblac.

Lujo para blanquear

Pero lo que más ha llamado la atención es en lo que estos empresarios gastaron el dinero de las presuntas mordidas. Así, Luis Medina y Alberto Luceño, habrían cobrados unas mordidas tan elevadas que les permitió comprar objetos de lujo. Con este dinero, el empresario ahora investigado costeó 'caprichos' una estancia en un hotel de Marbella con un coste de 60.000 euros y tres relojes Rolex con costes de 6.550 euros, 26.000 euros y 9.900 euros. De igual modo, el dinero se destinó a al compra de un Aston Martin DB11 (160.000,00 euros); un Ferrari 812 Superfast (355.000 euros), un Mercedes AMG GT 63S (149.999,01 euros); otro Mercedes SCL 300 (54.500 euros); un Range Rover Sport (102.000 euros); un KTM X BOW (91.800 euros); y un BMW I8 Roadster (121.000 euros).