Los problemas de Juan Carlos I con la Justicia británica no es algo nuevo entre los ‘royals’ europeos. De hecho, el hijo de la reina de Inglaterra, Isabel II, el príncipe Andrés, ha llegado a un acuerdo extrajudicial 'millonario' para evitar el juicio civil por agresión sexual en Nueva York que tenía pendiente dentro del caso Epstein.

A diferencia de la Justicia española, donde la agresión sexual que ha afectado a Andrés, o el acoso, que es de lo que la examante del rey emérito, Corinna Larsen, acusa al monarca, son delitos que se juzgan en la jurisdicción penal, en la Justicia anglosajona se pueden incluir dentro de la jurisdicción civil.

Esto es así porque, “el sistema penal, y la concepción del sistema penal, entre el derecho continental y el derecho anglosajón es completamente distinto. Allí, la presunta víctima es la que puede decidir si abre un procedimiento civil y pide solamente indemnización o va por la vía penal porque quiere que vaya a la cárcel. Eso por un lado, y por otro, la acusación pública, o la acusación en general, porque no tiene que ser la del fiscal, allí tiene el principio de oportunidad, lo que significa que no tiene porqué estar obligado a perseguir todo tipo de delitos, decide los que persigue o no persigue”, según han explicado fuentes expertas en derecho internacional a ElPlural.com.

Así, el hijo de la monarca que más años lleva al frente de una corona, ha tenido que llegar a un acuerdo, que aunque confidencial, podría superar los 14 millones de euros, para evitar sentarse en un banquillo para responder de los tres casos de abuso que Virginia Giuffre asegura que sufrió a manos de este ‘royal, cuando era menor de edad. Pero al ir por la vía civil, Andrés de gran Bretaña solo ha tenido que pagar a la supuesta víctima, pues no se solicitaban penas de prisión.

Negación

Como ocurre con Juan Carlos I, el hijo de Isabel II has negado hasta el final las acusaciones que lo relacionaban con la trama de abusos sexuales de del financiero estadounidense Jeffrey Epstein, que terminó suicidándose en la cárcel en 2019. Una red por la que su cómplice, la británica Ghislaine Maxwell, fue hallada culpable en diciembre de 2021 en Nueva York por el delito de tráfico sexual de menores.