El director de pornografía Ignacio Allende, más conocido como Torbe, ha aceptado una pena de dos años de cárcel por un delito de distribución de pornografía infantil. Torbe ha reconocido los hechos y, aunque la pena es de dos años de cárcel y no tiene antecedentes, todavía no se ha hecho público si la Fiscalía solicitará su ingreso en prisión. El otro acusado, J. M. R. C., no ha reconocido los hechos. 

En un principio, la Fiscalía Provincial de Madrid pedía siete años y siete meses de prisión para Torbe por grabar y distribuir vídeos de contenido sexual que se hicieron virales en las redes sociales y en los que la protagonista era una menor.  El representante del Ministerio Público le imputaba los delitos de distribución de pornografía infantil, descubrimiento y revelación de secretos y posesión de pornografía infantil. Pero, posteriormente, el Ministerio Público modificó la acusación ya que la menor admitió que le enseñó una documentación falsa en la que ponía que era mayor de edad. Sin embargo, cuando distribuyó el vídeo, sí era conocedor de la edad real de la niña.

La acusación

Además, subraya el fiscal que la difusión video ocasionó en la testigo protegida y protagonista de la cinta, entre otras cosas, un trastorno por estrés postraumático de intensidad media-alta que le produjeron  graves síntomas de reexperimentación de los hechos “con recuerdos y sueños que le causaban malestar y provocaban nerviosismo”. Incluso denuncia que esos hechos afectaron “gravemente” a la joven en su esfera personal, familiar y social, “debiendo dejar sus estudios al no poder continuar su proceso formativo”.

El acusado, según relató la Fiscalía, contactó en el mes de diciembre de 2012 en su condición de productor de películas de contenido pornográfico de adultos con una joven rumana quien dijo verbalmente ser mayor de edad, con la cual concertó grabar dos videos de contenido pornográfico a cambio de dinero en las que participarían él mismo, la joven, que adoptaría el nombre artístico de "Jessica Ping" o "Jessica Sing", y J. M. R. C.

Tras grabar el video, la joven entregó a J. M.  R.  C. su tarjeta de identidad, gracias a lo cual pudo pudo verificar la minoría de edad de la chica, al haber nacido en 1995, y comunicárselo “inmediatamente” a Torbe. Este acusado, “a pesar de conocer que era menor de edad cuando había grabado los dos videos en los que mantenía relaciones sexuales con él y con J. M. R. C.”, esperó a que ella  alcanzara la mayoría de edad y publicó en su página web los dos videos con contenido sexual. Estos hechos fueron denunciados por la joven en Rumanía en 2016

Posteriormente, el 21 de octubre de 2015 el acusado contactó a través de su cuenta de correo con la testigo protegido quien solicitó poder grabar alguna escena de este tipo de contenido para adultos “y manifestando ser mayor de edad al rellenar el pliego de solicitud. La joven al tiempo de remitir su solicitud, remitió a Torbe varias fotos de ella desnuda que se había realizado. Al gustarle la fisonomía de la joven, ordenó a uno de sus empleados, M. P. V., que contactara con ella con el fin de que la menor grabara para la productora.

Tras varias conversaciones, ella acordó con Torbe que acudiría a su domicilio donde mantuvieron relaciones sexuales, “sin que conste que el encausado obligara a la joven de forma violenta o la intoxicara con alguna sustancia para viciar su voluntad” y conseguir que cediera a practicar sexo. Torbe grabó las escenas en su móvil “con el conocimiento y consentimiento de la joven”. Una semana despuésTorbe le remitió a otro de los acusados una foto de la joven en la que aparecía desnuda  y en la que se veía “claramente” su rostro.

De nuevo, el 30 de octubre de 2015 Torbe y la joven se citaron en la vivienda del acusado para grabar nuevas escena de contenido sexual, esta vez junto a una joven mayor de edad. Una vez acabada la sesión Torbe pidió a la chica que se pusiera la camiseta de un histórico equipo de fútbol para, mientras le seguía grabando, pedirle que se la subiera dejando sus pechos al descubierto y que exclamara “Aúpa Atleti”. Ese mismo día el acusado envío el vídeo a F. J. M. N., para quien el fiscal pide tres años de prisión por el delito de posesión de pornografía infantil, y a varios jugadores de fútbol sin saber “a ciencia cierta” que la joven era menor de edad.

Tres días más tarde ella telefoneó a Torbe advirtiéndole de que el vídeo se había hecho viral y que aún no había cumplido los 18 años, “conociendo este acusado a partir de este momento sin ningún género de dudas que la chica era menor edad”. Por este motivo, envió desde su cuenta de correo un mensaje a la web “Forocoches” para que retiraran dicho vídeo.