El caso que llevó a la dimisión al ex líder de Más País, Íñigo Errejón, retoma su actividad tras el auto dictado por el juez Adolfo Carretero, que ha acordado procesar la causa del exdiputado por presunto delito sexual contra la actriz Elisa Mouliaá, a lo que su defensor, el abogado Alfredo Airrén, ve como una oportunidad para encauzar la causa de su defendida hacía una posición favorable.
El último episodio vivido en este proceso judicial, la actriz rechazó la posibilidad de conciliar con Errejón, un acto que estaba fijado para el pasado 31 de octubre en el Juzgado de Primera Instancia Número 67 de Madrid. Errejón le pedía retractarse después de haberle “acusado pública y falsamente de haber cometido un delito de extorsión respecto de dos testigos que declararon”. Tras esta causa, se investiga a Errejón por un delito de agresión sexual, solicitando 10.000 euros de indemnización. Errejón la advirtió de que si no daba marcha atrás en la acusación se querellaría.
En este acto ni Mouliaá ni ningún representante legal suyo han comparecido, por lo que la conciliación se ha dado por fallida. Esto despeja el camino para que el exdiputado pueda querellarse. Sin embargo, el nuevo dictamen presentado por el juez Carretero, indica que presumiblemente ha podido encontrar indicios que formalicen la acusación. De cualquier manera, esto no implica culpabilidad, ya que la presunción de inocencia continúa hasta la celebración del juicio, pero si el caso avanza a la siguiente fase, habrá oportunidad de presentar nuevas pruebas.
En este contexto, el abogado defensor de Mouliaá, Alfredo Arrién, celebra la noticia “feliz” y con “entusiasmo”, ya que para él supone una oportunidad para encauzar la causa de su clienta hacía una posición favorable. “Queremos ver a Errejón sentado en el banquillo de los acusados”, ha comentado el defensor a ElPlural.com.
La polémica de los audios
Durante el pasado verano, la actriz se vio envuelta en una polémica tras la publicación de los audios en los que le pedía a otra mujer que no se contradijera y ajustara su testimonio a la versión que ella misma le había dado de los hechos. "Tía, me das miedo. Me da miedo que declares en mi contra. ¡Que tengo una hija y soy mamá soltera!", le pedía la actriz, que apuntaba a que si la demanda tenía que ser archivada, que fuera "por falta de rotundidad y no por denuncia falsa".
Horas después, Mouliaá estallaba y clamaba: "Basta de manipulación mediática". "Es inaceptable que ciertos medios, que se llenan la boca hablando de feminismo y justicia, se vuelvan súbitamente ciegos y cobardes cuando el denunciado por acoso sexual es un político con poder, como Íñigo Errejón", escribía la intérprete, que se quejaba de la difusión de estos audios, y posterior tratamiento, por parte de ciertos medios.
Mouliaá se quejaba de que estros "ahora publican que yo he coaccionado a un testigo, ocultando que fue el propio agresor quien presionó a esos dos testigos desde el principio (como se ha comprobado en la confesión de uno de ellos en su propia declaración), y que dice claramente en el vídeo que comparto abajo, que su testimonio iba a ser pactado". Además, matiza algunas de las palabras que se pueden escucha en el audio "que sacan de contexto": "Yo simplemente pido que no mienta en mi contra, y que enseñe el Whatsapp de esa mañana en el que le contaba que el acusado me había humillado e invadido, después de que además ya se hubiera descartado que mi denuncia fuera falsa".
La actriz alzaba la voz contra las publicaciones y denunciaba que "esto no es periodismo" sino "encubrimiento". Tras esta acusación, sentenciaba con firmeza: "Exijo que informen con rigor, que dejen de proteger al poder y que no vuelvan a utilizar a una víctima para maquillar la imagen de un presunto agresor. No voy a callarme. Ni a dejar que otros escriban mi historia por mí".
Cambio de rumbo
Ahora la causa se encuentra en una nueva fase procesal tras el auto del juez Carretero, que impulsa el procedimiento y abre la puerta a nuevas diligencias. El avance judicial coincide con el fracaso del acto de conciliación, lo que reorganiza el tablero legal entre ambas partes y sitúa de nuevo el foco en la investigación por presunto delito sexual.
A partir de ahora, serán los tribunales quienes determinen si los indicios recopilados permiten sostener la acusación en un futuro juicio, mientras la defensa de Mouliaá y el entorno de Errejón se preparan para un escenario cada vez más judicializado en un caso que no ha dejado de ganar relevancia pública.
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