Susana Gisbert es fiscal desde hace 27 años. Además de por su trabajo cuando se pone la toga, esta representante del Ministerio Público es conocida por su gran actividad en redes sociales y por su faceta de escritora. Su trayectoria siempre ha estado ligada a la lucha contra la violencia de género, es fiscal especializada desde que se aprobó la Ley Integral. Ahora, ha sido nombrada fiscal delegada de la sección de Delitos de Odio. Gisbert nos abre su despacho y nos cuenta qué son estos delitos y cómo luchar contra ellos, así como su opinión sobre determinadas actitudes que vemos hoy en día.

PREGUNTA: Los datos a mitad de año sobre el número de denuncias por delito de odio eran muy preocupantes, llevaba más que en todo el año anterior ¿Cómo van ahora esos números?

RESPUESTA: La verdad es que continúan una evolución parecida, aunque nunca se puede saber en qué medida hay más o en qué medida es que se denuncian más. En cualquier caso, sigue siendo preocupante, sin ninguna duda.

PREGUNTA: ¿Cuáles son las más habituales?

RESPUESTA: Por un lado, son bastante habituales los llamados "incidentes de odio" que, aunque conllevan una clara situación de discriminación, en muchas ocasiones no llegan al límite del delito, aunque pudieran sancionarse por otras vías. De otra parte están los delitos de expresión, cometidos, sobre todo, a través de redes sociales. Y, lamentablemente, sigue habiendo demasiadas agresiones físicas a personas por la única razón de ser diferentes como los delitos de homofobia, xenofobia, etcétera.

PREGUNTA: ¿Cree que hay un repunte de agresiones debido a determinados discursos políticos que están calando?

RESPUESTA: Pues, aunque nunca se puede concretar la causa al cien por cien, está claro que la normalización de manifestaciones de discriminación y desprecio a determinados colectivos es un buen caldo de cultivo para este tipo de delitos

PREGUNTA: Ahora todo el mundo pone denuncias por delito de odio ¿Se hace un mal uso por parte de algunos partidos políticos y colectivos?

RESPUESTA:Yo creo que habría que aclarar que no todo el odio es delito de odio, se necesita que la acción se dirija a personas o colectivos vulnerables y que, efectivamente, incite directa o indirectamente al odio. Y sí, en ocasiones, se hace un mal uso

PREGUNTA: ¿Utiliza Vox un discurso basado en el odio?

RESPUESTA: No es una pregunta fácil de contestar, desde luego.  Si estuviera tan claro, se cuestionaría incluso su existencia. Lo que sí está claro es que su discurso se basa, en gran parte, en justificar la discriminación de determinados colectivos, como los inmigrantes.

PREGUNTA: Por cierto ¿cómo van las causas abiertas contra esa formación política?

RESPUESTA: Como se informó en su día, se abrieron Diligencias de Investigación de Fiscalía por dos mensajes de cuentas de twitter que actuaban bajo siglas esa formación. Una de ellas, la de Massamagrell, se archivó por entender que no se daban los caracteres propios del delito de odio, teniendo en cuenta que se había cesado a la persona que la llevaba, eliminado de inmediato la publicación y se habían pedido disculpas públicamente. La otra, relativa a la falsa noticia de que una violación había sido cometida por magrebíes, se remitió al Juzgado, donde sigue su trámite.

PREGUNTA: En Alemania exaltar el nazismo es delito ¿Qué opina del hecho de que en España no sea delito exaltar el franquismo?

RESPUESTA: Las situaciones son totalmente diferentes. En Alemania el nazismo fue vencido de modo tajante y existe desde hace muchos años un claro sentimiento de reproche a ese régimen. En España nunca se venció al franquismo sino que se extinguió y dio paso a una democracia que nunca ha condenado de un modo tajante el franquismo en pro de la mal llamada reconciliación. Haría falta, en primer término, una declaración de condena a dicho régimen para que su exaltación pudiera ser considerada delito de un modo similar al de Alemania. Nuestra realidad es tan distinta que ha venido existiendo una Fundación con el nombre del dictador cuya legalidad no se ha cuestionado. ¿Alguien se imagina una Fundación Adolf Hitler en Alemania?

PREGUNTA: ¿Cómo podemos acabar con los delitos de odio?

RESPUESTA: Sin duda alguna, la solución, como con tantas otras cosas, pasa por la educación. Y, en concreto, por una educación en igualdad basada en el respeto a todas las personas. Pero, mientras eso llega o da sus frutos, hace falta una respuesta social de reproche claro y sin fisuras a cualquier muestra de intolerancia, por nimia que pueda parecer. Un ejemplo claro sería lo que ocurre ante un chiste racista u homófobo, tolerarlo o reirse no es delito de odio, pero perpetúa la desigualdad y la intolerancia, que es donde se encuentra la raíz de este tipo de delitos.

PREGUNTA: ¿Hay algún caso que la haya conmocionado especialmente?

RESPUESTA: Hubo un caso que me marcó desde mis primeros días como fiscal, aunque no lo llevé personalmente. Sucedió el mismo mes en que tomé posesión en mi primer destino, Castellón, y se juzgó cuando estaba a punto de marcharme. Se trataba del asesinato de Guillem Agulló, y fue para mí un choque con la dureza de la vida real, acostumbrada como estaba hasta entonces a mis libros y apuntes. Cuando, más de veinte años después, en mi primer juicio como fiscal delgada de delitos de odio, me encontré con un caso donde los acusados gritaban consignas del tipo "os pasará como a Guillem", no pude evitar emocionarme y alterarme a un tiempo.

PREGUNTA: ¿Si alguien sufre una agresión de odio cómo le recomienda que actúe? 

RESPUESTA: Desde luego, que nunca se calle. Como he dicho otras veces refiriéndome a la violencia machista -con la que los delitos de odio tienen mucho en común- , puede que denunciar no sea siempre la solución, pero no denunciar no lo es nunca

Y cuando hablo de denunciar, no me refiero solo a la víctima directa. Como delito público que es, todas las personas debemos denunciarlo si tenemos conocimiento de su comisión. Además es la propia sociedad víctima de este delito, no solo la persona o grupo que lo sufre.

PREGUNTA: ¿Faltan medios para investigar este tipo de delitos?

RESPUESTA: Por supuesto, en Justicia faltan medios para todo, y este tipo de delitos no son una excepción.

PREGUNTA: ¿Hay poca coordinación? Es decir, ¿Cree que se quedan delitos específicos sin entrar en la sección por desconocimiento de sus compañeros?

RESPUESTA: Son tipos penales que no siempre resultan fáciles de identificar, más allá de las cosas obvias. No olvidemos que asumimos no solo los delitos de odio en el sentido estricto sino un elenco de conductas mucho más amplio, entre ellas los llamados delitos contra la integridad moral y cualquier delito en que se aprecie la agravante genérica de odio. Precisamente su dispersión fue el mayor problema con el que me encontré al asumirlo, ya que se reparten a cualquier juzgado de la provincia. No obstante, con unas pautas claras, como se han dado, se localizan y asumen. También es importante para ello la colaboración de las fuerzas y cuerpos de seguridad y de organizaciones que ponen en conocimiento de fiscalía la comisión de estos hechos en cuanto les llega la noticia

PREGUNTA: ¿Cuáles son las penas por delito de odio?

RESPUESTA: La pena depende, esencialmente, del hecho cometido. La pena del artículo 510 CP (delito de odio) es de 1 a 4 años de prisión y multa, además de inhabilitación hasta 10 años. Pero si concurre con una agresión con lesiones, por ejemplo, habrá de sumarse la de la lesión e igualmente si se trata de una amenaza o cualquier otro delito. También hay otras conductas sancionadas en otros tipos penales a los que cabe apreciar la agravante de odio y tendrán asignada la pena que corresponda en cada caso.

PREGUNTA: ¿Qué tipos de agresiones son las más habituales?

RESPUESTA: Por un lado, delitos de expresión, cometidos sobre todo por redes sociales

Por otro, agresiones o amenazas cometidas contra personas homosexuales o inmigrantes

PREGUNTA: ¿Estamos retorciendo en materia de libertades?

RESPUESTA:Como sabemos, el ejercicio de las libertades no es infinito, tiene sus límites en los derechos del prójimo. Siempre que se haga una interpretación acorde con la doctrina del Tribunal Constitucional (y otros tribunales internacionales) para el caso de conflicto de derechos se puede evitar ese retorcimiento

PREGUNTA: Hablemos de redes sociales ¿Qué opina de los insultos y amenazas en este tipo de redes?

RESPUESTA: Hay que partir de la base de que el mal gusto no es delito, y los insultos en muchos casos tampoco, por mal que nos parezcan. Yo siempre aconsejo un ejercicio de abstracción: pensemos en si decir la frase de que se trate en la plaza del pueblo sería delito y actuemos en consecuencia. La conducta es la misma, aunque el efecto multiplicador de las redes sea bien diferente. No obstante, sería recomendable pensar un momento antes de darle a la tecla. Nos ahorraríamos más de un disgusto.

PREGUNTA: ¿Qué porcentaje de casos de delito de odio son en redes?

RESPUESTA: Es difícil dar un porcentaje concreto, pero sí puedo decir que la inmensa mayoría de los delitos de odio que se cometen mediante la expresión lo son

PREGUNTA: Los tuiteros que desearon la muerte al niño torero fueron absueltos ¿Sabe algo del recurso?

RESPUESTA: Está interpuesto por la Fiscalía y pendiente de resolución

PREGUNTA: ¿Cuáles han sido las últimas sentencias de su sección?

RESPUESTA: Hace apenas una semana, dos sentencias de conformidad con condena por delito de odio, una de ellas por una paliza propinada a dos mujeres que se estaban besando, y la otra por unas expresiones proferidas en una red social con un claro contenido de islamofobia en la que, además, se aceptó la pena de no acceder a la red social donde se cometieron los hechos.

PREGUNTA: Se ha escrito que usted propone que se criminalice a quien critique la ley de violencia de género

RESPUESTA: Eso no es otra cosa que una manipulación de mis palabras. No hay más que leerlas para ver que lo que planteaba es la posibilidad de tipificar el negacionismo de la violencia de género de un modo similar a como está tipificado el negacionismo de los crímenes de lesa humanidad o el genocidio. La crítica a las leyes no solo es posible sino que es sana, por supuesto siempre que se haga dentro de los límites del respeto. Por otro lado, si todo el mundo dice ahora que no niega la violencia de género, no habría nada que temer ni se entienden reacciones tan desproporcionadas. Y por cierto, ya escribí en este mismo medio un artículo de opinión sobre el tema donde se explica perfectamente.

PREGUNTA: Se ha insinuado que usted hace este tipo de afirmaciones para acceder a la política

RESPUESTA: Obviamente, eso sería un insulto si no fuera porque no ofende quien quiere sino quien puede. Llevo 27 años como fiscal y toda una vida luchando contra la violencia de género y cualquier otra forma de discriminación porque creo firmemente en ello y trato de contribuir a crear un futuro donde la igualdad sea real y efectiva. Si buscara medrar, le aseguro que hubiera escogido otro camino más lúcido y menos controvertido. En cualquier caso, si quisiera estar en política o en otras actividades, podría estarlo desde hace tiempo sin necesidad de otra cosa que no sea mi trayectoria.