Dos agentes de la Policía Local de Albal rescataron a tres crías de jabalí que habían caído en una de las acequias que cruzan el término municipal de Albal, concretamente en la Séquia Reial del Xúnquer, cerca del motor de ‘Les Altes’, en la zona de la ermita de Santa Ana.

Ante la imposibilidad de salir de ella y por el peligro que entraña atrapar a este tipo de animales, los vecinos tomaron la decisión de solicitar la presencia policial. Los agentes Eulalio y Sito, al personarse en el lugar de los hechos y una vez analizada la situación, tomaron la decisión de actuar para tratar de rescatar a los pequeños rayones, una actuación no exenta de riesgos, ya que estos jabatos ya pueden propinar algunos mordiscos importantes, y además las madres suelen buscar a los extraviados alertadas por los guarridos (las crías), que no sufrieron ningún daño y fueron puestas en libertad para que se reencontrasen con el resto de la piara. 

El vídeo del rescate se puede ver en el periódico Levante, que ha difundido las imágenes del momento.

Un agente tuvo que meterse al canal

Una de las crías de jabalí había accedido a la acequia madre y era imposible capturarlo desde el exterior, mientras el otro vigilaba que no apareciese la madre. La, ya de por sí. Anómala situación podía convertirse en un peligro debido a que las hembras de jabalí son muy peligrosas cuando sus crías están en riesgo. Los tres pequeños siguieron su camino, salvo uno, que fruto del agotamiento, tras múltiples intentos por salir del canal, estaba exhausto y uno de los agentes tuvo que realizarle un pequeño masaje hasta que recuperó las fuerzas.

Desde el consistorio consideran que es importante tener cuidado al encontrarse con jabalíes en la naturaleza, especialmente si parece que hay crías cerca, ya que la madre puede interpretar cualquier acercamiento como una amenaza y su instinto de protección se activa inmediatamente y pueden volverse extremadamente agresivas.

Por lo general, empiezan gruñendo, erizando los pelos de su lomo como señal de advertencia, y si esto no aleja al intruso, puede atacar sin dudarlo.

Las jabalinas cargan con fuerza y rapidez, utilizando sus cuerpos robustos como arietes. A menudo, apuntan a golpear con su cabeza y hombros, pero también pueden utilizar sus colmillos si es necesario.

Animales salvajes hacia zonas urbanas buscando comida y agua

Cada vez son más los animales salvajes que se atreven a adentrarse en zonas urbanas, un entorno hostil para ellos al que osan acercarse en busca de alimento y agua, bienes que escasean en unos ecosistemas cada vez más degradados y pequeños y de los que han desaparecido sus depredadores naturales.

Esto, unido a que durante la pandemia de la covid se redujo el control “artificial” de las poblaciones mediante la caza, así como a los miles de hectáreas de bosque y monte arrasadas por el fuego y la sequía, hacen que estos animales pierdan el miedo y se acerquen más que nunca a las ciudades en un intento desesperado por sobrevivir.

Así, es normal que imágenes de jabalíes como las que se vieron en pleno centro de ciudades como Badalona hace unas semanas, o con bañistas en diversas zonas de Andalucía y la Comunidad Valenciana, cada vez sean más habituales. Además, agricultores de todas las regiones se quejan de que sus cultivos se ven diezmados por jabalíes, gamos, ciervos o muflones.

Devolverles a su hábitat

Las poblaciones de estas especies se regulaban gracias a depredadores como el lobo, que ha desaparecido y cuyas funciones han sido sustituidas “artificialmente” por el ser humano con la caza. Sin embargo, el confinamiento por la covid-19 impidió salir a cazar y se redujo mucho ese control y ahora nos encontramos con poblaciones disparadas peleando por alimento y agua en espacios que en ocasiones se ven asolados por las llamas de los incendios y la sequía.

Aunque a corto plazo parezca que la mejor manera de controlar la situación sea la caza, las autoridades deberían centrarse en proteger sus hábitats y en implantar cubos de basura que no pueden abrir. También es importante que la gente no los alimente por pena, porque eso atraerá a más, ha apuntado Rosa Martínez, veterinaria de Bioparc a la Agencia EFE.

“Todos queremos un chalet con parcela y piscina, pero eso hace que invadamos cada vez más sus hábitats”, ha lamentado la experta, quien ha subrayado en que si los jabalíes invaden playas es porque “entre todos hemos destruido su hábitat natural y a sus depredadores, y no les queda más remedio que acudir a las ciudades”.

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