Seguro que más de una vez has escuchado eso de “mi perro es mi familia”. Se trata de una afirmación que es aplicable a otros animales, y es que en España existe una nueva realidad social: el 43% de los hogares españoles, según los últimos datos registrados por el INE (Instituto Nacional de Estadística), tiene un animal en casa. De estos, el 36% son perros o gatos. Como dato destacable, existen nueve millones de perros. Dos millones más, nada más y nada menos, que niños.

El vínculo que establecemos los seres humanos con los animales no humanos está muy ligado a la sintiencia. Si nunca has escuchado esta palabra antes, te recomiendo que te vayas familiarizando. La sintiencia es la capacidad de sentir una variedad de emociones: placer, dolor, alegría, miedo… A nosotros, los humanos, nos resultan muy cotidianas. Lo que hemos descubierto ahora es que, el resto de animales, en mayor o menor medida, también sienten y experimentan esos sentimientos.

Existen animales que incluso son capaces de vivir emociones complejas, como el duelo y la empatía.

En 1997, el concepto de sintiencia de los animales fue escrito en la ley básica de la Unión Europea. El protocolo legalmente vinculante anexado al Tratado de Ámsterdam reconoce que los animales son "seres sintientes", y requiere que la UE y sus estados miembros "presten plena atención a los requisitos de bienestar de los animales".

En 2022 entró en vigor en nuestro país la modificación del Código Civil que considera a los animales como “seres sintientes” y así, a efectos legales, dejaron de ser catalogados como cosas o bienes. Un paso importante, pero insuficiente para acabar con la terrible situación de abandono que sufren los animales aquí en España.

Aunque todavía algunos no lo crean, los animales no son cosas. Son seres que establecen relaciones de afectividad y amistad, entre ellos y con nosotros. Las personas que comparten su vida con animales en más de 6 millones de hogares españoles destinan parte de su tiempo y dinero a estos para proporcionarles atenciones básicas como la higiene, la alimentación y los gastos veterinarios, sin contar con otros tipos de gastos como, por ejemplo, el enriquecimiento ambiental. Suponen un desembolso anual que puede oscilar entre los 1.200 € y 2.500 € por familia y animal, sin contar que, en su vejez, los gastos veterinarios se incrementan considerablemente.

Estamos ante una nueva realidad social de las familias españolas. Una realidad a la que las administraciones de diferentes ámbitos parecen querer permanecer ajenas.

El acceso al transporte y edificios públicos, hoteles, playas o restaurantes es otra de las grandes reivindicaciones de las personas que tenemos animales, y que les consideramos como parte de nuestra familia.

Recibo, en mi día a día, el malestar continuo por personas obligadas a vivir este tipo de realidades, y es que este no es país para nuestros “canhijos”, y a veces, parece que ni para nosotros.

PACMA, el Partido Animalista Con el Medio Ambiente, el cual lidero como presidente, es el único que no es ajeno a esta nueva realidad social. El único que se marca como prioridad la mejora del bienestar y la protección de los animales que conviven con personas en los hogares españoles.

Esta misma semana, hemos presentado al Gobierno medidas fiscales para aliviar la situación económica de estas familias, tales como la bajada del IVA veterinario del 21% al 4%, y la deducción en la declaración de la renta de hasta un 10% de las facturas veterinarias, suponiendo un ahorro máximo por familia de 500 €.

El próximo 9 de junio, con la más que probable entrada de PACMA en el Parlamento Europeo, comenzaremos a dar pasos para que nuestro país sea más amigable y tengan en consideración a todos sus habitantes.

Javier Luna es presidente de PACMA.