Los Sanfermines 2018 han comenzado a puñetazo limpio después de que un grupo de simpatizantes abertzales ataviados con ikurriñas y pancartas a favor de los presos de ETA se hayan enzarzado a puñetazo limpio con otros asistentes al chupinazo.

El lamentable incidente se ha producido minutos antes de que se lanzase el tradicional chupinazo con el que arrancan las fiestas en Pamplona donde ya se encontraban pancartas contra la justicia por la sentencia y excarcelación de los integrantes de La Manada, así como otras en defensa de los supuestos agresores de varios guardias civiles y sus parejas en Alsasua.

Entre este totum rebolutum de reivindicaciones, y con la plaza que no cabía un alfiler, un nutrido grupo de personas ha comenzado a cantar el “¡Qué viva España!” alrededor de los abertzales. Acto seguido, uno de ellos ha empezado a lanzar puñetazos a lo que se han sumado un par más de integrantes.

Por suerte, otros muchos de los presentes de ambos bandos han agarrado a los agresores y han frenado lo que estaba a punto de convertirse en una auténtica batalla campal en pleno centro de Pamplona.

Reivindicación por la diversidad en el chupinazo

A parte de este altercado, que no ha llegado a más, los Sanfermines 2018 han comenzado este mediodía con un ambiente festivo y lanzando al mundo un mensaje en favor de la diversidad y la discapacidad con un chupinazo protagonizado por representantes de Motxila 21, un grupo musical formado por 12 jóvenes con síndrome de Down y 9 voluntarios.

“Pamplonesas, pamploneses, irundarrak, viva San Fermín, gora San Fermín”, han sido las palabras pronunciadas por Ibai Ganuza y Leire Zabalza, los encargados de prender la mecha que ha dado inicio a nueve días de fiesta ininterrumpida.

En ese momento ha estallado la emoción en la plaza, donde desde horas antes habían comenzado a congregarse miles de personas vestidas de blanco, haciendo caso omiso a llamamientos en otro sentido realizados por las redes sociales en protesta por las agresiones sexistas, unas iniciativas rechazadas por los colectivos feministas y movimientos populares navarros.

Sin ikurriña en el balcón

Las autoridades e invitados reunidos en el Ayuntamiento se han sumado igualmente a la fiesta, también de blanco, cantando y bailando en los balcones de la Casa Consistorial, donde este año no ha ondeado la ikurriña, debido a las resoluciones judiciales que anulan su colocación en los Ayuntamientos navarros, pero sí se ha colocado un mástil vacío para, en palabras del alcalde, Joseba Asiron (EH Bildu), representar a las identidades que “todavía hoy no pueden verse reconocidas”.