La Junta de Andalucía ha confirmado al Ministerio de Sanidad un caso de Fiebre del Nilo Occidental (FNO) en un menor de cinco años residente en el municipio sevillano de Lebrija. El pequeño ha tenido que permanecer ingresado al menos diez días, pero ya ha sido dado de alta y en la actualidad está en perfecto estado de salud. Junto a este hay un posible segundo caso probable, en este caso en un joven de 17 años de Dos Hermanas. El Gobierno regional ya está trabajando en actuaciones ambientales contra el mosquito que transmite esta infección.
Virus del Nilo en Sevilla
La Consejería de Salud y Consumo, a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica del Gobierno regional, ha confirmado en las últimas horas al ministerio que lidera Mónica García que el menor comenzó a mostrar síntomas a principios del pasado mes de marzo. Sin embargo, hasta el momento no existen evidencias de en qué fecha pudo contagiarse, según la consejería. Se trata del primer caso confirmado en la provincia en lo que llevamos de primavera.
Salud inició actuaciones ambientales junto con las autoridades municipales, consistentes en la búsqueda activa de mosquitos mediante trampeo en zonas próximas a la vivienda del menor. También la Estación Biológica de Doñana-CSIC ha instalado ocho trampas para evaluar el estado de las poblaciones de mosquito en zonas cercanas a su domicilio. Todas las pruebas han resultado negativas hasta ahora. Con todo, se comunica a las autoridades municipales la necesidad de incrementar las labores de gestión de residuos sólidos urbanos y de activar medidas de control y profilaxis de la picadura.
A través de un comunicado, la consejería también detalla que informó a Sanidad de un segundo caso probable en un menor de 17 años de edad de Dos Hermanas, en el municipio sevillano. Este igualmente comenzó a mostrar síntomas a principios de marzo y ha estado ingresado durante 18 días. El joven se encuentra en su domicilio y con buen estado de salud y, en este caso, se están realizando más estudios de laboratorio para confirmar la infección.
Sobre ambos municipios, Dos Hermanas y Lebrija, el Servicio de Vigilancia de Salud Pública de Andalucía va a evaluar el nivel de riesgo de cara a la próxima temporada de detección de Virus del Nilo Occidental. Y es que hasta el 31 de diciembre de 2023, se han notificado al Sistema de Nacional de Vigilancia 113 casos autóctonos, el mes de inicio de síntomas osciló entre junio -con un caso probable- y noviembre -cuatro casos confirmados y un caso probable-, con máximos en agosto del pasado año, con 62 casos, entre confirmados y probables.
Actuaciones ambientales
La Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica realiza y publica periódicamente un informe que contempla diversos aspectos, como la densidad de las especies transmisoras y no transmisoras, su tendencia y la presencia en ellos de VNO o su ausencia para prever cualquier tipo de incidencia. La localización de los emplazamientos para las trampas se realiza en 16 municipios de Andalucía, por estar estos clasificados como áreas de riesgo alto o moderado.
Cabe señalar que alrededor del 80% de las infecciones por el WNV en humanos son asintomáticas mientras la fiebre del Nilo Occidental causada por la picadura y el virus es la presentación clínica más común. Además, los ancianos y las personas inmunocomprometidas corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad neuroinvasiva. Desde la Consejería de Salud y Consumo se insiste en la necesidad de que la población mantenga las medidas preventivas para evitar picaduras de mosquitos.
En concreto, limitar la exposición en las horas de mayor actividad de las especies transmisoras de esta enfermedad -al amanecer y al atardecer-, tanto individuales -uso de repelentes registrados de uso tópico y ropa clara y que cubra la mayor parte de la piel-, así como domésticas -uso de mosquiteras o repelentes ambientales- sobre todo para la población vulnerable con inmunidad comprometida. En estas recomendaciones hay que incluir evitar las acumulaciones de agua peridomésticas -como en jardines, macetas, útiles etc.- que se han producido tras las últimas lluvias para evitar que sean usadas para el desarrollo de larvas de distintos mosquitos, como el conocido mosquito tigre.
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