Si a nivel político el tema fundamental de esta legislatura está siendo la vivienda, a nivel social y sanitario lo es la salud mental. Y no es para menos. Entre algunos datos actuales destaca que en España más de un tercio de la población padece algún tipo de trastorno mental; somos el país de mayor consumo de benzodiacepinas del mundo o uno de cada cuatro menores de edad lo sufre. Los jóvenes son uno de los grupos poblacionales que más preocupan en esta lacra, pero también los trabajadores. Las bajas laborales por salud mental se han duplicado en los últimos años. Los problemas de sueño, la depresión y la ansiedad lideran el pódium de los problemas mentales, todo un reto al que la Administración intenta enfrentarse en lo público.

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La salud mental en España

Según recoge el último Informe del Sistema Nacional de Salud (SNS) del año 2022, publicado hace meses por el Ministerio de Sanidad de Mónica García, más de un tercio de la población tiene algún trastorno mental, siendo el más frecuente la ansiedad. Especialmente afectadas están las mujeres, que registran el doble de casos que los hombres, mientras la prevalencia ha aumentado un 34% en dos años, cifra que alcanza casi el 41% en los menores de 25 años. Así, se ratifica que la salud mental se ha deteriorado en los últimos años, especialmente desde la pandemia. En 2019, la proporción de los trastornos de este tipo era de 324,8 por cada 1.000 habitantes, pero dos años después se ha elevado hasta 369,5.

En cuanto a la edad, la incidencia aumenta con los años de forma casi proporcional. Mientras los valores más bajos se dan en el grupo de 0 a 4 años -con un 91,4-, los más altos los registran las personas entre los 90 y los 94 años, -con 578,4-. Además, sigue "un patrón por sexo definido", ya que durante la infancia y adolescencia afectan más a los hombres, pero en la juventud y la etapa adulta son las mujeres. Y es que los datos son muy ilustrativos: el 37% de la población padece algún problema de salud mental, pero a partir de los 75 años, este porcentaje se eleva al 50%. Es por eso que el objetivo de esta Administración es situar la salud mental -que tiene su día internacional marcado en el 10 de octubre- como el primer eje de su política con la intención de elevarla hasta un Pacto de Estado.

Si hablamos de trastornos, la ansiedad es el principal. En 2021, se diagnosticaron 126,9 casos por cada 1.000 habitantes, lo que supone un 33,7% más que dos años antes. También en este caso la sufren el doble de mujeres que hombres -165 frente a 87-, aunque para ambos casos se ha duplicado desde el año 2016, y alcanza su pico en el grupo de mujeres de 50 a 54 años. Por detrás están los trastornos del sueño y depresivos, que también aumentan. Mientras los primeros se han disparado un 58,8% -pasando de 49,6 en 2016 a 78,8 en 2021-, los segundos han subido casi un 20% -avanzando de 39,1 a 46,8-. También en menores de 25 años es el problema principal y la experimentan el 35,7%, por delante de trastornos específicos del aprendizaje y problemas hipercinéticos.

Más pastillas

Junto a estos datos, cabe destacar que España es el país de mayor consumo de benzodiacepinas del mundo. La última Encuesta Europea de Salud revela que un 10,8% de los habitantes confirmó haber tomado un tranquilizante en las últimas dos semanas, así como que las mujeres vuelven a doblar a los hombres, con el 29,6%. Según datos de Sanidad, el pasado año 2023 las oficinas de farmacia dispensaron 98,81 dosis diarias de antidepresivos por cada 1.000 habitantes y día, un 22,85% más que en 2018. Por comunidades hay diferencias, encabezando la lista Galicia -con 146,78- y Asturias -144,57-, mientras al fondo de la tabla está Madrid con 81 y empatadas Navarra y La Rioja con poco más de 91. Un repunte menor presentaron los hipnóticos y sedantes, aunque aumentaron de las 32,55 a las 35,21.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), "la salud mental es un derecho humano básico para todos". "Todas las personas, sin importar quiénes sean ni dónde estén, tienen derecho a gozar del grado más alto posible de salud mental, lo que incluye el derecho a ser protegido de los riesgos para la salud mental; el derecho a una atención disponible, accesible, digna y de calidad; y el derecho a la libertad, la independencia y la integración en su entorno social", recoge en su web oficial. Y es que resaltan que una de cada ocho personas en el mundo padece problemas de salud mental y advierte del aumento de casos entre los adolescentes. Mucha incidencia se detecta a nivel europeo.

El informe Health at a Glance de la Comisión Europea de 2022 asegura que uno de cada dos jóvenes en Europa dice tener necesidades de salud mental no cubiertas. Asimismo, revela que el número de jóvenes con síntomas de depresión ha aumentado en más del doble desde la pandemia. En España, el estudio La situación de la salud mental en España, elaborado en 2023 por la Confederación Salud Mental España y la Fundación Mutua Madrileña, desvela que un 74,7% de la población considera que la salud mental de la sociedad española ha empeorado. El suicidio es relevante dado que, entre un 85% y un 95% de las personas que acaba con su vida, sufren una enfermedad mental diagnosticable en el momento previo a su fallecimiento.

Más bajas laborales

Un ámbito a destacar es lo laboral. Según la Administración, hasta octubre del pasado año 2023 más de 466.000 trabajadores españoles recibieron una baja médica por problemas de salud mental. Una cifra que alcanzó su máximo en 2022 con 515.679 bajas temporales. Si se compara el número de bajas por trastornos mentales y de comportamiento del 2016, el incremento es del 81,54%, mientras que, con respecto a 2019, la subida es de un 28,67%. Según datos de la OMS, se estima que el 15% de los adultos en edad de trabajar tenía un trastorno mental y un 5% de los adultos de todo el mundo padecen depresión. Así, a nivel mundial se pierden 12.000 millones de días de trabajo por la ansiedad y la depresión.

En España, un informe del Ministerio de Trabajo presentado a principios de 2023 relacionaba con el trabajo, afirmando que 4 de cada 10 trabajadores tienen complicaciones mentales derivadas de su puesto laboral. Afecta especialmente a las mujeres, un mayor riesgo de depresión en la situación laboral más precaria y en caso de desempleo, con un gradiente según la clase social ocupacional. "Entre la población activa hubo un total de más de 511.000 casos de depresión, con un riesgo atribuible poblacional del 33,2%, de modo que se puede decir que si la población precarizada hubiera tenido un empleo estable, se habrían podido evitar casi 170.000 casos de depresión", señalaba el informe Precariedad laboral y salud mental.

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1 de cada 4 menores afectados

Si hay un grupo poblacional al que prestar más atención en este contexto ese son los jóvenes. Según señala UNICEF, en nuestro país el 20,8% de los menores de edad experimenta algún tipo de problema de salud mental. Esto supone un ratio de 1 de cada 4 personas con menos de 18 años. Y es que emociones como la depresión o la ansiedad pueden afectar a todos los estratos sociales, pero los menores pueden tener mayores dificultades para gestionar emociones o situaciones difíciles del día a día. Eso sí, suele evidenciarse medianamente temprano. Según la OMS, el 50% de los trastornos mentales comienzan a los 14 años, y el 75% se manifiestan antes de cumplir la mayoría de edad. 

Cobra especial importancia el suicidio, cada vez más extendido en este grupo poblacional dejando cifras espeluznantes. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2023 al menos 89 menores fallecieron por suicidio o lesiones autoinfligidas. Esta práctica se ha convertido ya en la segunda causa de muerte de los jóvenes españoles. Tal y como refleja un estudio de Fad Juventud, la pandemia ha sido punto de inflexión para los jóvenes. A su paso, un 66,8% aseguran que vieron resentida su salud mental por esta situación sanitaria. Sin embargo, no es la única: los trastornos de alimentación, el ciberbullying, el abuso del uso de las redes sociales o la incertidumbre económica son factores que afectan a las nuevas generaciones.

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