La vivienda se ha convertido en el tema estrella de esta legislatura, tal y como prometió ya en campaña electoral el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero no por buenas noticias. El problema al rededor de la oferta y la demanda de hogares afecta especialmente a los más jóvenes, que ven pasar los años sin perspectivas de poder salir de casa de sus padres. Y es que solo el 16% de los menores de 30 años puede independizarse ante los elevados precios de las viviendas, las arduas condiciones de las hipotecas y su bajo poder adquisitivo, derivado de la precariedad laboral.
España no es país para jóvenes
En medio del debate político y social por el complicado acceso a la vivienda cabe prestar especial atención a los más jóvenes, principales afectado. Según el último Observatorio de Emancipación, presentado por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en enero de este año, durante el primer semestre del 2023, apenas el 16,3% de las personas menores de 30 años se pudieron independizar en nuestro país. Una cifra que, además, está muy por debajo del 32% que registra la media de la Unión Europea (UE).
De esta forma, el bajo poder adquisitivo de este grupo poblacional -directamente relacionado con la precariedad laboral- así como los elevados precios de la vivienda -ya sea por los alquileres como por las condiciones abusivas de las hipotecas- mantienen estancada la edad de emancipación en España en los 30,3 años. Eso sí, cabe destacar que el porcentaje ha mejorado y es la primera vez que aumenta desde 2020, aunque se sitúa muy lejos del 26% logrado en el año 2008.
📊 Hoy presentamos la última edición de nuestro Observatorio de Emancipación del 1º semestre de 2023.
— Consejo Juventud España (@_CJE_) January 16, 2024
Os dejamos el informe completo en nuestra web pero les contamos algunos datos 🧶#vivienda #politica #cje #parati #jóvenes #viral #españa pic.twitter.com/hnOeuAlAYj
Con todo, la evolución ha sido desigual. En diez comunidades autónomas la tasa de emancipación se redujo, incluso presentando cifras por debajo de la media nacional. Es el caso de Aragón (16,2%), Comunidad Valenciana (15,5%), Navarra (15,5%), Galicia (15,3%), País Vasco (14,8%), Extremadura (14,8%), Castilla y León (14,7%), La Rioja (14,7%), Castilla-La Mancha (13,3%), Andalucía (12,9%), y Cantabria (11%). Por contra, más de la mitad de las autonomías ha empeorado su índice.
La precariedad laboral y los precios
En esta situación juega un papel fundamental los salarios. Estos subieron un 5% respecto al primer semestre de 2022, hasta los 12.062 euros netos al año, sin embargo también lo hicieron los precios de los alquileres, en este caso en un 9,3%, hasta alcanzar su media más alta desde que existen registros, marcada en 944 euros al mes. Esto supone que el poder adquisitivo de los jóvenes trabajadores se ha reducido en un 3,3% en un año, tal y como recoge el documento del CJE.
Así, una persona joven tendría que dedicar cerca del 94% de lo que ganan para emanciparse en solitario, solo teniendo en cuenta el precio del alquiler. Si se suman los gastos derivados de suministros, que el Consejo estima en unos 138,12 euros, les faltarían incluso casi 80 euros al mes para poder pagarlo. Es por eso que la mayoría tienen que compartir piso con otras personas, generalmente una habitación.
Sin embargo, ni siquiera en esta situación dedican menos del 30% de su salario a la vivienda, que es el máximo que muchas instituciones y estudios recomiendan para desarrollar una vida en condiciones decentes. Y es que, de media, una habitación en una vivienda compartida cuesta 375 euros al mes después de que subieran un 7,1% en un año, lo que equivale al 37,3% del salario medio. En algunas comunidades autónomas este porcentaje supera el 40%.
Años destinados a ahorrar para comprar una vivienda. Ener2Crowd
Lo mismo sucede con la compra de vivienda, a tenor de las condiciones de hipotecas. La primera mensualidad correspondería al 65,9% del salario de un joven, que para pagar la entrada de una vivienda tendría que ahorrar unos 53.796 euros, el equivalente a cuatro años y medio de su sueldo. Una cantidad que, según precisa el informe, es "inasumible", especialmente "para las personas que vivían de alquiler, ya que su capacidad de ahorro quedaba muy reducida".
El 64% de los menores de 29 años viven con sus padres
Con todo, hay estudios que rebajan las perspectivas aún más, y es que -según Ener2Crowd- en España solo en torno al 15% de los jóvenes logra emanciparse. "El 64% de las personas de 25 a 29 viven con sus padres, más del doble respecto a Reino Unido (25%) o Alemania (30%), el triple respecto a Francia (17%) y seis veces más en comparación con los Países nórdicos, que se colocan entre un 5% y un 6%", explica Giorgio Mottironi, CSO y Co-fundador de este portal.
Estos sostienen que la riqueza bruta mediana de los menores de 35 años apenas ha alcanzado este año los 43.000 euros, cuando hace a penas 10 años llegaba a los 166.000 euros. Es por eso que los hogares en propiedad para este grupo de edad han bajado del 70% al 36%. A juicio de esta entidad, cobra especial importancia las condiciones de las hipotecas y los elevados precios de venta, teniendo en cuenta que las ofertas no cubren el 100% del valor de los inmuebles.
"El límite máximo es del 80% y ese 20% que queda, más el 10% necesario para impuestos y otros gastos adicionales, supone una meta ardua para un joven que acaba de empezar a trabajar", añade David Llonch, Country Manager de Ener2Crowd. La otra pata es el desempleo juvenil, que impide el ahorro necesario para la emancipación. "Los jóvenes españoles viven con sus padres más que en casi toda Europa, con una edad media para irse de casa que roza los 30 años", añade Mottironi.
Según los expertos, para poder abordar esta coyuntura no solo hace falta tomar el problema de la vivienda como algo estructural, sino tomar medidas eficaces, como la ampliación del parque de vivienda público. Con menos del 3%, España tiene el despliegue de inmuebles sociales para el alquiler más bajo de todos los países de la OCDE. Además, también señalan la necesidad de aplicar en todas las regiones la ley de vivienda aprobada en la anterior legislatura y regular las zonas tensionadas para facilitar que los jóvenes puedan acceder a viviendas por precios razonables.
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