Los investigadores consideraron a Bernardo Montoya un "sospechoso con mayúsculas" desde el principio. Sin embargo, no decidieron registrar la casa del asesino confeso para no poner en peligro la vida de la joven, según ha explicado la Guardia Civil, en rueda de prensa, este miércoles. 

"Contactamos con la central y nos dicen los antecedentes que tiene Bernardo Montoya. Ya de inicio vemos que es un sospechoso con mayúsculas. Por tanto la patrulla que vela por que nadie entre en la casa de Laura, tiene al mismo tiempo la misión de vigilar los movimientos de Bernardo Montoya. Pero les adelanto que no vuelve a entrar en la casa", ha dicho el coronel, jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Huelva,.

El equipo de la policía judicial había visto a Bernardo Montoya salir de su casa con unos objetos y le identificaron. Le preguntaron si conocía "a una chica que lleva unos días viviendo en la casa de enfrente. Dice que no sabía que hubiera allí nadie. Se marcha y nosotros precintamos la casa", ha narrado el guardia civil.

Sin embargo, la Guardia Civil no optó por registrar la vivienda de Bernardo Montoya porque no consideró suficientes "los indicios" que había: los antecedentes penales, la proximidad a la vivienda de la víctima y su actitud huidiza. "Esto no supone una carga contra él", ha dicho, por su parte, el teniente coronel de la UCO Jesús García Fustel . 

Con un registro a Montoya "podríamos haberla puesto en peligro"

"La Guardia Civil no hace nunca ninguna gestión que ponga en peligro la vida de una persona. Los datos que existen en un principio de la posible implicación de Bernardo eran nulos. Y teniendo en cuenta su historial delictivo, si tuviera a Laura, que la tuviera en su casa era improbable", ha justificado el teniente coronel, que ha añadido que con un registro a la casa del asesino confeso, "podríamos haberla puesto en peligro".

La noche del día 12 Laura no estuvo en la casa de Montoya

El coronel Ezequiel Romero ha dicho que de lo que "los investigadores estamos seguros es que la noche del 12 al 13 [la primera tras su desaparición] Laura no estuvo en la casa del sospechoso". Ante la pregunta de si Laura Luelmo estuvo retenida en casa de Bernardo Montoya, el teniente coronel de la UCO Jesús García Fustel ha afirmado que "es una hipótesis".

"Montoya nos manifiesta que cuando introduce a Laura en su casa le ata las manos por detrás, le pone una cinta en la boca para que no grite y la tira al suelo. En un momento, Montoya va a retirar un objeto de la entrada de su casa y cuando vuelve Laura se levanta y le da una patada en el costado y según él, nos dice que es cuando se cabrea y la golpea", ha apuntado el coronel Ezequiel Romero. El asesino "acudió a un centro de salud por un golpe en las costillas" dos días después de la desaparición de la profesora.

En el registro de la vivienda de Bernardo Montoya, la Guardia Civil encontró objetos que Laura había adquirido en el supermercado y, también, rastros de sangre tanto de ella como de él. "Nuestra hipótesis es que Laura estuvo en su casa poco tiempo, la introduce en el maletero y la lleva al lugar donde la encontramos. El móvil se lo lleva a El Campillo y allí lo destruye y esa es la última señal".

El coronel Ezequiel Romero ha subrayado que en el lugar donde fue encontrado el cuerpo de Laura no se hallaron "pruebas de algún tipo de sufrimiento". "La posición que ella tenía de las piernas no era de sufrimiento, porque las piernas estarían encogidas", ha asegurado.

Ponen en cuestión que Laura muriera varios días después

"Creemos que la golpeó contra el suelo dentro de su casa", ha añadido el coronel, antes de precisar que "nuestra hipótesis es que la agresión sexual la hace en el campo, los pantalones estaban cerca del cuerpo". Los guardias han puesto en cuestión que Laura muriera días después de su desaparición, como trascendió en un primer momento sobre la autopsia preliminar, que aún "no está finalizada".

"Los datos que existen, a priori, pueden que no se correspondan con la realidad", ha dicho el teniente coronel Jesús García Fustel.

El último mensaje de Laura fue sobre las 4 de la tarde

De acuerdo con el relato del jefe de la comandancia de la Guardia Civil,  el 13 diciembre el padre de Laura Luelmo pone la denuncia sobre la desaparación de la joven.  "Mandamos una patrulla y entran en la casa con la dueña. Al entrar observan que no tienen ningún movimiento raro, de robo o de otro tipo", ha señalado.

"Al día siguiente, el 14 de diciembre, a las 08.00 horas, la brigada transmite la desaparición de Laura y desde un inicio vemos que es un poco raro, porque es una chica de 26 años, joven, que ha venido de profesora a hacer una sustitución, que lleva muy poco y por la denuncia del padre no se ve nada raro en cuanto a ella, pero sí raro por la desaparición",ha añadido el coronel, que ha precisado que la familia de la profesora no sabía nada de ella desde el día 12 en el que la joven contacta con su pareja a través de WhatsApp. "El último mensaje fue a las 16.21 de ese día en el que le dice que no sabe si se va a ir andar porque hace un poco de viento".

"La Guardia Civil entonces afronta la desaparición desde dos frentes: "desde la búsqueda, por si se ha perdido, y desde la investigación". La tarde del 14 de diciembre el padre comunica a los agentes que esta en la zona con la pareja de Laura y se manda al equipo de Policía Judicial de Valverde de Camino", ha precisado el coronel.

Laura no corría, por prescripción médica

Los guardias civiles han desmentido que la joven se dispusiera el día de su desaparición a correr, porque "eso no es cierto. Por prescripción médica no solía ir a correr, no corría. Tampoco era una persona que se adentrara en el campo. Más bien era un poco miedosa a salirse del entorno donde hay personas". Si consideraron la posibilidad de que saliera a andar:  "El día 12 a las 16.22 manda un whatsapp a su pareja, en el que le dice que no sabe si se va a ir a andar porque hace un poco de viento".