El alcalde de Valderrobres, en Teruel, Carlos Boné, ha descrito la jornada de este jueves como "un día de locura" debido a la crecida del río Matarraña. La localidad ha experimentado un respiro, aunque el alcalde espera que la situación no empeore. Se necesitarán varios días para evaluar los daños causados por el desbordamiento. Boné ha destacado que las emergencias han sido constantes, especialmente con los cortes de carretera que se produjeron durante la mañana. Se ha trabajado intensamente para regular el tráfico y minimizar el impacto en las viviendas cercanas a las vías afectadas.
El alcalde ha señalado que el momento más crítico ocurrió este jueves por la mañana, cuando la lluvia alcanzó los 140 litros por metro cuadrado. La tierra ya no absorbía más agua, lo que causó que los barrancos se desbordaran. Las tuberías y desagües no pudieron manejar el volumen de agua, lo que resultó en calles llenas de barro en Valderrobres. A pesar de la situación, Boné ha asegurado que el río parece dar un respiro, y ha comparado la situación actual con la riada del año 2000, cuando las lluvias fueron mucho más intensas.
Por la mañana, los niños asistieron al colegio, pero a las 11.30 horas se tomó la decisión de enviarlos de vuelta a casa. Los cortes y desprendimientos en las carreteras de la comarca llevaron a las autoridades a actuar rápidamente para "evitar mayores problemas". La seguridad de los estudiantes fue prioritaria en esta decisión, dado el riesgo que representaban las condiciones climáticas adversas.
Valderrobres enfrenta un "día de locura" por la crecida del río Matarraña
El presidente de la Comarca del Matarraña, Fernando Camps, ha indicado que Valderrobres y Mazaleón son los municipios más afectados. Ambos enfrentan problemas con las tomas de agua y han sufrido la caída de márgenes. Además, las carreteras y caminos cortados han complicado el acceso a diferentes áreas. Camps ha explicado que se necesita una evaluación detallada "municipio por municipio" para determinar el alcance total de los daños.
El suministro de agua potable ha sido un problema en algunos pueblos durante los últimos tres días. Sin embargo, Camps ha expresado su esperanza de que las lluvias previstas para este jueves y viernes sean menos intensas que las de las últimas 24 horas. Un ritmo más pausado de precipitaciones podría reducir el daño y facilitar la gestión de la situación. A pesar de las dificultades, el presidente comarcal ha subrayado que el río Matarraña sigue siendo la principal preocupación, ya que se espera una nueva crecida durante la noche.
El Tastavins y el Algás también experimentan un aumento en su caudal, aunque no tan severo como en el año 2000, cuando las inundaciones fueron tan intensas que "saltaron puentes". Camps ha señalado que, a pesar de los problemas, las lluvias son necesarias para asegurar el crecimiento del pantano. El abastecimiento de agua para los municipios de la zona durante el verano depende de ello.