El cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela. EFE/Archivo El cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela. EFE/Archivo

 

 


La Iglesia católica española ha recibido 1,2 millones de euros menos de asignación en la campaña de la renta del año pasado, correspondiente al IRPF del ejercicio de 2011. La cantidad total recaudada por Hacienda para los salarios del clero y el culto asciende a 247,1 millones de euros, una cifra que sigue siendo muy generosa.

 9 milllones de declarantes
El año pasado, un total de 7.357.037 de sus fieles marcó la equis en la casilla correspondiente en el impreso del IRPF de la llamada “asignación tributaria” a la Iglesia. Según precisó este lunes el portavoz y secretario de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, “teniendo en cuenta que el 23,24% de las declaraciones son conjuntas, se puede estimar que en torno a 9,1 millones de declarantes asignaron a favor de la Iglesia, un millón más de los que asignaban en el año 2007”, informa El País.

Casi 98.000 asignaciones menos
En comparación con la declaración de la renta anterior, el número de declaraciones en favor de la Iglesia ha disminuido en 97.786, con 1,2 millones de euros de asignación menos (0,49%). Pero el portavoz de la Conferencia Episcopal consideró que la aportación es “satisfactoria, teniendo en cuenta la coyuntura económica”.

Un 34,83% de los contribuyentes
El porcentaje de declaraciones en las que se marca la casilla de la Iglesia representa el 34,83% de los contribuyentes netos y baja un poco con respecto al obtenido en 2010 (35,71%).

Un acuerdo del Vaticano con Zapatero
El actual sistema de asignación tributaria entró en vigor en enero de 2007, en virtud de un acuerdo entre el Vaticano y el anterior Gobierno socialista, y supuso un incremento del 37% del coeficiente vigente en aquella fecha, ahora en el 0,7% de la cuota fiscal de cada contribuyente católico. Pese a que los obispos subrayan que renunciaron entonces a la exención del IVA vigente para numerosas operaciones eclesiásticas (entonces de unos 30 millones de euros), el acuerdo les supuso al año siguiente un aumento de algo más de 100 millones de euros, hasta llegar a los 250 millones de ingresos.