Los equipos de rescate de los Mossos y los Bomberos de la Generalitat han recuperado los restos de las dos personas que quedaron sepultadas por el deslizamiento del lunes al mediodía en Castell de Mur (Lleida) cuando el desprendimiento de rocas se llevó por delante el coche en el que circulaban por la LV-9124.

Un coche fúnebre ha llevado los cuerpos de las dos víctimas mortales hacia las 17.30h de este martes. Todo apunta a que se trataría de los padres del alcalde de San Esteban de la Sarga (Pallars Jussà) pero habrá que esperar a los resultados de la autopsia para confirmarlo. Los equipos de emergencias no han empezado a trabajar hasta el mediodía de este martes, cuando un equipo de geólogos ha dado el visto bueno, tras analizar la zona. El volumen del desprendimiento, de unas 50.000 toneladas de material, ha hecho muy complicadas las tareas de rescate, que han contado con la participación de una unidad canina.

Los trabajos se han centrado donde se han encontrado restos del vehículo, en una zona de unos 40 metros cuadrados, y han sido básicamente manuales, aunque para mover grandes bloques de piedras han dispuesto de una máquina excavadora. El desprendimiento se ha llevado por delante 20.000 metros cúbicos de materiales.

Una vez recuperados los cuerpos sin vida de los dos ocupantes del vehículo, un camión grúa ha recuperado el coche completamente aplastado y una grúa se lo ha llevado del lugar. A continuación, se han empezado a retirar las unidades de los Bomberos y los Mossos desplazadas en la zona y poco después de las seis de la tarde ya no quedaba nadie en la zona.

La carretera sigue cortada ya que los trabajos para retirar todas las rocas que han caído está previsto que se alarguen días. Es la vía de acceso a los núcleos de Moror y Sant Esteve de la Sarga así que, temporalmente, se habilitará una pista forestal que los pocos vecinos de estos núcleos y los servicios de emergencias puedan transitar. En Sant Esteve de la Sarga sólo vivían los dos vecinos que previsiblemente fueron sorprendidos por el desprendimiento cuando regresaban del mercado semanal de Tremp. A Moror vive una familia que, mientras el desprendimiento dure, deberá llevar el hijo por esta pista forestal hasta Bodegas para poder coger el transporte escolar en este punto.

El desprendimiento se ha llevado también la iglesia de la Espluga de Muro, construida en la Roca. En este lugar hace unos cincuenta años que hubo un desprendimiento y fue entonces cuando los últimos vecinos abandonaron el pueblo.