Suiza ha sido el primero en adoptar este nuevo sistema de radares, que tienen como objetivo reducir el ruido elevado que producen los coches en las ciudades. 

El funcionamiento de este tipo de radar, según ha informado la publicación alemana 'Auto Motor und Sport', consiste en medir el volumen de ruido que produce un vehículo mientras circula por calles y carreteras. Si dicho vehículo supera el límite de ruido establecido, que aún está por determinar, será multado.

La forma de actuar se parece enormemente al de los radares de velocidad, solo que tienen por objetivo dos cosas muy diferentes: busca cumplir con las nuevas políticas europeas de ruido elevado en las ciudades y reducir la siniestralidad en carretera.

Los vehículos muy ruidosos podrán ser sancionados en el caso de que la Dirección General de Tráfico decida incluir los radares de ruido en España. Y es que los sonidos provocados por el tráfico suponen el segundo mayor impacto medioambiental tras la contaminación del aire.