En los albores del siglo XX, auspiciado por el Partido Nazi de Adolf Hitler, en Alemania se promovió la existencia de una raza aria, superior al resto de culturas, que, entre otras cosas, atribuía a los judíos la principal amenaza para la sociedad alemana. Con el fin de radicar esta hegemonía, el régimen nazi perpetró el exterminio de aproximadamente seis millones de judíos europeos a través del Holocausto. Pese a que las potencias aliadas hicieron caer a la Alemania nazi en 1945, todavía se manifiestan en la actualidad resquicios de aquella guerra racial que luchó por la hegemonía de la raza aria.

En dimensiones diferentes y también ideas distantes, pero manteniendo como factor común la supremacía racial -en este caso, la blanca-, en 2018 surgió en Estados Unidos ‘The Base’, una organización de extrema derecha que se basa en la corriente del aceleracionismo cuyo fin es dinamitar y colapsar las instituciones democráticas a través de terrorismo y violencia selectiva para generar un cambio social radical e implantar un Estado de raza blanca. Con el objetivo de ahondar en la cuestión, ElPlural.com ha podido entablar una conversación con Frédéric Mertens, profesor de Relaciones Internacionales y director del departamento Jurídico en la Universidad Europea de Valencia. En sus palabras, el aceleracionismo “es un movimiento que promueve la supremacía blanca, es antisistema, va en contra del funcionamiento democrático, profundamente racista y nacido en Estados Unidos contra el ‘establishment’”. Un movimiento que “está más que a la derecha de la derecha de la derecha de Trump y compañía”, de forma que, según señala Mertens, “los que están en el poder son como si fueran para ellos comunistas”.

Y es que este mismo lunes se conocía que la Policía Nacional había desarticulado la primera célula terrorista de carácter aceleracionista en Castellón. Una operación que se saldó con tres detenidos y cuyo líder estaba en contacto directo con Rinaldo Nazzaro, fundador de ‘The Base’. Cabe destacar en este punto, que, pese a que Nazzaro fundó la organización en Estados Unidos, ahora mismo se encuentra y opera desde Rusia, algo que, tal y como advierte este experto, no es casualidad. “Son células autónomas, pero que se auto influencian desde su punto de partida que está desplazado en Rusia, porque al régimen de Putin le viene fenomenal que -Nazzaro- provoque perturbaciones con otras células en países poco amigos de Rusia, en España, en Francia, en Alemania”, sostiene. Conviene señalar en este aspecto que, según informó The Guardian, el grupo aceleracionista 'The Base' comparte vínculos con los servicios de inteligencia de Rusia, mientras que la ONG Coalición por una Web Segura (CSW) relaciona a Nazzaro con campañas de desinformación antisemitas aprovechando la crisis sanitaria derivada de la Covid-19.

El auge de los discursos de la extrema derecha, ¿una amenaza?

Al ser preguntado por los atentados como la vía que utilizan estas células aceleracionistas para caminar hacia ese colapso de la sociedad, Mertens advierte de que las operaciones no radican únicamente en estos actos violentos. “Ellos lo que quieren es generar perturbaciones sociales a través de manifestaciones violentas, caza al hombre, como lo que ha pasado en Torre Pacheco, pero también puede llegar a situaciones extremas como atentados aislados como uno que tirotea a dos guardias nacionales a dos pasos de la Casa Blanca”, sostiene. 

Y en este punto, ¿hasta dónde pueden influir los discursos propagados por la extrema derecha también en España? “Depende del contrapeso cultural de la democracia”, señala Martens. Cierto es que en los últimos meses, este país está viendo cómo diferentes grupos de personas salen a la calle exaltando valores propios del franquismo, alentando al odio al inmigrante en cacerías violentas como la que se vio en Torre Pacheco y devolviendo al presente consignas de tiempos pasados donde España sufría una dictadura. Sin embargo, este experto sostiene que, aunque en cierto modo estos discursos pueden calar en la opinión pública, España está “muy lejos” de absorber la influencia de grupos como ‘The Base’. “Hay mucha gente que tiene el recuerdo del régimen franquista y como es una experiencia que ha marcado la institución y la opinión pública española aún es pronto, pero hay que tenerlo en cuenta porque es verdad que en las nuevas generaciones que no han conocido el régimen franquista hay una cierta simpatía de cosas que no conocen, que ignoran por completo”, advierte.

Pese a ello, Martens sí establece cierto paralelismo entre el auge de corrientes de extrema derecha en Europa con la corriente aceleracionista. “Si ves lo que está pasando a nivel europeo, en muchos países donde la extrema derecha o la derecha muy dura está marcando puntos o está en el poder, es porque muchos están utilizando el estilo ‘trumpista’, provocador, brutal, anti ‘establishment’ o anti vieja escuela democrática”, explica en conversación con este periódico. Sin embargo, pone el foco que en España el peligro “no es tanto el contenido ideológico que puede ser efímero, es más bien la forma, el marketing político que sí que puede hacer daño”.

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