En un jueves nubloso que ha conseguido difuminar la cúpula de la basílica de San Pedro, el funeral por el papa emérito, Benedicto XVI, presidido por el papa Francisco, ha arrancado a las 9.30 horas. Esta ceremonia solemne se ha celebrado en la misma plaza del Vaticano frente a la que se encuentra la mencionada construcción católica y con el féretro del pontífice emérito delante del altar, poniendo fin así a la era de la convivencia de dos pontífices en la Iglesia.

El papa Francisco ha reivindicado a Benedicto XVI en lo respectivo a su "búsqueda apasionada" por comunicar el Evangelio y ha instado a la Iglesia católica a "seguir sus huellas" en el funeral solemne que ha presidido en el Vaticano ante decenas de miles de fieles. Sin todavía cifras oficiales de asistencia y teniendo en cuenta que la Plaza de San Pedro tiene un aforo de entre 65.000 y 80.000 personas, este lugar donde se ha desarrollado el funeral se observa prácticamente lleno.

El sumo pontífice ha llegado pocos minutos antes del inicio en una silla de ruedas y ha subido al altar, donde, además de Francisco, quien ha celebrado la misa ante la presencia de casi 4.000 sacerdotes, también se ha encontrado el cardenal decano, Giovanni Battista Re. "También nosotros, aferrados a las últimas palabras del Señor y al testimonio que marcó su vida, queremos, como comunidad eclesial, seguir sus huellas y confiar a nuestro hermano en las manos del Padre: que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que él esparció y testimonió durante su vida", ha pronunciado el Papa durante la homilía de la misa que ha celebrado también junto a 120 cardenales y cerca de 400 obispos.

Detalles del funeral de Benedicto XVI

Ante el altar organizado en la plaza de San Pedro del Vaticano, se ha situado el féretro de ciprés que contiene los restos mortales del papa alemán y algunos objetos personales de su pontificado. Las primeras filas estaban ocupadas por la que fue su familia durante los últimos años: su secretario personal, Georg Gänswein, y las mujeres consagradas de la Memores Domini que se han dedicado a su servicio.

En los momentos previos al funeral, un grupo de doce sediarios, los antiguos portadores de la Silla Gestatoria de los Papas, ha trasladado a hombros a las 8.50 horas el féretro de Benedicto XVI hasta el altar predispuesto en la plaza de San Pedro. El secretario personal del papa emérito y el maestro de ceremonias Litúrgicas Pontificias, Diego Giovanni Ravelli, han colocado el evangelio encima del féretro mientras los fieles rezaban el rosario.

Sobre los detalles del funeral de Benedicto XVI, la ceremonia ha seguido paso a paso lo que marca el rito Ordo exequiarum Romani Pontificis, el mismo que se usaría si fuera un pontífice reinante, como ya se hizo en el funeral de Juan Pablo II en 2005 aunque con algunos cambios. "La base es la misma, pero hay algunos elementos que dan originalidad al rito" y "otros elementos que faltan referidos a los más específicos de un papa reinante", explicó el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.

Por ejemplo, se han prescindido de las oraciones de súplicas finales, las de la Iglesia de Roma y las Iglesias orientales, que son muy específicas del papa activo. A la ceremonia, "solemne pero sobria", tal y como ha confirmado el Vaticano en respeto de la voluntad del difunto papa emérito, solo asistirán de forma oficial las delegaciones de gobierno y presidencia de Italia y Alemania, mientras que las personas representantes del resto de países lo han hecho a título personal.

Representantes eclesiásticos y de Estado internacionales

En el funeral oficiado por el papa Francisco en homenaje a Benedicto XVI, se han dado cita numerosos representantes ecuménicos, entre ellos los metropolitanos Emmanuel de Calcedonia y Policarpo de Italia, por el patriarcado Ecuménico de Constantinopla, así como el presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, el metropolitano Antonio de Volokolamsk. Sin embargo, una notada ausencia ha sido la del Patriarca Kirill.

Durante los tres días de capilla ardiente que arrancaron el lunes, dos días después del fallecimiento del papa emérito a los 95 años, casi 200.000 personas se han acercado hasta la basílica de San Pedro para despedirse de él. Entre las asistentes por parte de España se han encontrado una antigua figura de Estado como la reina emérita Sofía; un miembro del Gobierno, como el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; y autoridades eclesiásticas, como cardenales, obispos y sacerdotes españoles.

En representación de Alemania, país natal de Benedicto XVI, han acudido a su funeral el canciller alemán, Olaf Scholz, y su presidente, Frank-Walter Steinmeier, mientras que, por parte de Italia, se han encontrado el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni. Entre los jefes de Estado que han particiado en la ceremonia, han hecho acto de presencia el presidente de la República de Lituania, Gitanas Nauseda; el de Polonia, Andrzej Duda; el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que ha decretado este jueves día de luto en el país luso; la de Eslovenia, Natasa Pirc Musar; el de Togo, Faure Essozinma Gnassingbe y la de Hungría, Katalin Novak, aunque también ha habido jefes de Gobierno, llamados primeros ministros en algunos países, como el de la República Checa, Petr Fiala; la de Gabón, Rose Christiane Ossouka Raponda; el primer ministro de Eslovaquia, Eduard Heger; y el lugarteniente del Gran Maestre y jefe de la Soberana Orden Militar de Malta, John Timothy Dunlap.