El coronavirus ha quedado prácticamente atrás. Sus consecuencias, tres años después, son ya mínimas, pero no por ello hay que olvidar lo que supusieron el 2020 y el 2021, sobre todo, para el mundo. También el 2022, aunque mucho menos. Mientras tanto, los científicos siguen estudiando dónde se encuentra el origen del virus que puso contra las cuerdas a la humanidad.

Con este objetivo, el Departamento de Energía de Estados Unidos (EEUU) ha emitido un informe que apunta a que “muy probablemente” el Covid se originó por una fuga de un laboratorio, según adelantaba este domingo el diario The Wall Street Journal. Sin embargo, otros cuatro departamentos del país americano mantienen que el inicio del brote fue resultado de una transmisión natural, mientras que otros dos se muestran todavía indecisos al respecto. Con todo, han sido varias las hipótesis que se han manejado en torno al virus desde el momento mismo en el que se comenzaron a ver sus efectos, incluso antes.

Pangolín: la especie que el Covid dio a conocer

Una de las primeras hipótesis sobre el origen del coronavirus fue el pangolín, un animal desconocido hasta entonces por una amplia mayoría social. Los primeros día de pandemia -refiriéndose con ello a mediados y finales de marzo de 2020, cuando nuestro país decretó el estado de alarma- se estrechaba el cerco sobre la especie como posible causa del virus. De hecho, varios ejemplares incautados hacía entonces tres años a más de 1.000 kilómetros de Wuham, estaban infectados por el virus. Así lo apuntaban hasta tres trabajos que se dibujaban en esta dirección por aquel entonces.

Murciélago: el otro animal salvaje que pudo desatar el caos

Los primeros informes no solamente apuntaban al pangolín como causa del coronavirus, también el murciélago estaba en aquellas quinielas, y sigue en ellas. Así las cosas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalaba en el mismo informe que otra teoría pasaba por la presencia de este animal.

En cualquier caso, el documento de esos primeros días consideraba “muy probable” que el coronavirus que causó la Covid-19 llegó al ser humano procedente de un animal salvaje. La organización calificaba de “muy probable” la teoría en la que se enmarcaban tanto el pangolín como el murciélago.

Un intermediario

La tercera teoría, en realidad, forma parte de las dos anteriores. El equipo de epidemiólogos de la OMS apuntó por esas fechas, y todavía hoy se mantiene así, que el origen del SARS-CoV-2 se encontraba en un animal salvaje, siendo los dos más posibles, según la misma organización, el murciélago y el pangolín, aunque no se descarta otro. En cualquier caso, la transmisión del virus de animales salvajes hacia seres humanos se habría producido de forma indirecta. Es decir, a través de una o más especies que habrían actuado como intermediarias.

Contra dicha teoría está el hecho de que no se han encontrado evidencias de SARS-CoV-2 en muchos de los animales domésticos y salvajes criados en granjas de China.

Comida congelada

Pese a lo señalado anteriormente, la transmisión directa de animal a hombre también se ha barajeado. Con todo, el documento de la OMS recordaba que en algunos países se consumen estas especies, pero no hay evidencia de transmisión del Covid de este modo ni se detectaron carne de las mismas en los mercados de Wuham, cuna del virus.

Se llegó a incluir la hipótesis de que el salto definitivo al hombre para contagiarse de coronavirus pudo venir de comida congelada, ya que el gigante asiático detectó SARS-Cov-2 en el producto que procedía de otros países y el virus puede sobrevivir en temperaturas muy bajas.

Fuga de laboratorio

El último estudio, mencionado al inicio de estas líneas, apunta a que el origen de todo fue la fuga de un laboratorio. El informe “de inteligencia clasificado proporcionado recientemente a la Casa Blanca y a miembros clave del Congreso de EEUU” dibuja que la conclusión del Departamento es el resultado de la lectura de nuevos datos de inteligencia y considera que dicha conclusión es significativa dado que la agencia supervisa un total de 17 laboratorios nacionales estadounidenses, algunos de ellos avanzados. La aseveración es, pese a todo “de baja confianza”.

No obstante, se trata de una teoría que siempre ha estado sobre la mesa, ya que un informe elaborado por la entonces Administración de Trump señalaba que tres investigadores del centro de virología de Wuham enfermaron en otoño de 2019 con síntomas compatibles con la enfermedad. Ese informe estadounidense ya apuntaba a que la propagación en la ciudad china fue resultado de una fuga accidental del Instituto de Virología.

El Gobierno chino ha negado en reiteradas ocasiones esta tesis. Como respuesta, el presidente estadounidense, Joe Biden, pedía a la CIA una investigación en profundidad. La teoría era calificada al inicio como “altamente improbable”, aunque ha vuelto a la palestra en varias ocasiones. En cualquier caso, tanto el departamento como el FBI apuntan que la teoría es de “baja confianza” o “moderada”. Asimismo, la conclusión que más fuerza sigue cobrando es la de la transmisión natural -otros cuatro departamentos así lo consideran-, mientras que dos departamentos se muestran indecisos.