El pasado 4 de octubre Francia dejó en libertad a dos osas eslovenas en los Pirineos Atlánticos, concretamente en la región de Béarn, algo que no gustó demasiado a los ganaderos navarros, con miedo a lo que podían hacer estos animales con sus rebaños. Al final, algo de razón tenían.

Según informa el diario El País, una de las osas, Claverina, ha decidido asentarse en nuestro país y ya ha atacado en los valles de Roncal y de Salazar, dejando a su paso ocho ovejas muertas en España y otra en el país vecino.

La Comunidad de Navarra ha requerido reunirse con Francia en una cumbre de la osa, la cual tendrá lugar hoy en el Ministerio de Transición Ecológica. En esta reunión estarán representantes de Cataluña y Aragón, comunidades que también se han visto afectadas por la osa. Por otro lado, fuentes del ministerio han aclarado que los directores generales no solo pondrán sobre la mesa la problemática del animal.

En un principio, la reinserción de las dos osas a la naturaleza tenía como objetivo asegurar la presencia de estos ejemplares en el Pirineo Atlántico, concretamente en el alto Béarn, la zona del Roncal y de Salazar, y en el territorio español de Jacetania (Huesca) en donde solo residen dos machos de esta especie. El resto de la población de osos está distribuida por el Pirineo central con alrededor de 45 ejemplares. En nuestro país la zona con más números de osos se sitúa en la cordillera Cantábrica, con cerca de 300 ejemplares.

Félix Bariaín, presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra ha explicado que “es evidente que no se puede haber osos y menos del calado de Claverina, que mata ovejas”, teniendo en cuenta que los ganaderos de Navarra tienen a su ganado libre por el monte durante los meses más cálidos. “A mí me comunicaron la noticia cuando la decisión ya estaba tomada, sin consultar a nuestro sector”, ha criticado.

Ya en el mes de octubre, el Gobierno de Navarra criticó la falta de información por parte del Gobierno francés, y les pidieron que tomaran medidas antes de la “reintroducción no voluntaria de la especie”.

Tras un mes de la suelta de los dos animales, la Consejería de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local de Navarra expuso un plan que se está aplicando actualmente: se han instalado emisores a ovejas de 15 explotaciones “para detectar movimientos extraños”, y también se han construido dos cercados electrificados, se han introducido mastines y se ha contratado a pastores que apoyen a los ganaderos de la zona. Por otro lado, aunque no tienen acceso directo a los emisores que llevan las dos osas para poder saber dónde están, aunque les llegan con horas de retraso. Además, se ha mejorado la vigilancia para detectar antes a los animales y poder dar la voz de alarma.

La directora general de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Navarra, Eva García Balaguer, cree que la discusión de si “oso sí, oso no”, no tiene ningún fin porque los animales ya están puestos en libertad. “Es evidente que significa un cambio en la calidad de vida de los ganaderos, pero ahora es necesaria la colaboración de todas las Administraciones. No nos pueden tener al margen de la información y las decisiones que se tomen”, explica.

A pesar de todo, hay otros que piensan que se puede convivir con la especie, como es el caso de Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo: “Los osos no son más agresivos que antes, el problema es que el ganado no está protegido”. Para cambiar esto, se han instalado casetas con pastores, cercados electrificados móviles y los mastines vigilando, lo que “ha reducido los daños de una manera notable, y los que todavía se producen son en rebaños de ganaderos que no se han acogido a las medidas”, ha asegurado.

Palomero, además, ha aclarado que los dos osos se encontraron en otoño antes de hibernar, “sin hayucos ni bellotas que son vitales para ellos, porque el año fue desastroso”, razón por la que Claverina atacó a las ovejas, “para conseguir la grasa que necesitaba”. Por su parte, su compañera Sorita se alimentó gracias a un roble con bellotas.

La razón por la que los dos ejemplares hayan estado en Aragón y Navarra es porque esta especie tarda mucho en asentarse en alguna zona, y recorren grandes distancias antes de elegir dónde hacerlo. No obstante, Palmero no quita razón a los ganaderos de la zona: “Los ataques han sido la gota que ha colmado el vaso en zonas muy despobladas donde producir corderos es muy caro y, además, sin medidas de prevención. Hay que entender todo”.