El volcán de La Palma ha abierto una nueva boca eruptiva, paralela a la principal y ubicada a unos 400 metros más al norte, y la lava sigue una nueva ruta. "Esto no es una buena noticia porque cabe la posibilidad de que nuevas infraestructuras se vean afectadas", ha advertido Manuel Nogales, delegado del CSIC, en la Televisión Canaria,

El volcán está "mostrando episodios de incremento y disminución de actividad y manteniendo una colada principal activa por la que sigue fluyendo magma, hasta desembocar en el mar en el área costera de Tazacorte",  último informe del Departamento de Seguridad Nacional, emitido a primera hora de este viernes. En su recorrido hacia la costa, la lava ha dañado 981 edificaciones, de acuerdo con los datos del sistema de satélites europeo de monitorización terrestre Copernicus. La lava ha ampliado su superficie de destrucción y ya se extiende por 338 hectáreas, destruyendo totalmente 870 edificaciones. Además, la ceniza ocupa ya 3.172 ha de la isla.

 

Mientras tanto, la lava continúa llegando al mar por el camino que se ha abierto por la costa de Tazacorte y la isla baja que se ha formado alcanza un extensión superior a las 24 hectáreas y un ancho de unos 400 metros, ganando unos 200 metros de terreno al mar. Su altura es de unos 50 metros y está sumergida de 10 a 20 metros.

Continúa la actividad sísmica

La aparición de la nueva boca coincidía con el registro de un terremoto de magnitud 3,5 a 13 kilómetros de profundidad en Mazo, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN. El temblor fue localizado en torno a las 20.30 horas (hora canaria) de este jueves. En principio, antes de ser revisado, se catalogó provisionalmente de magnitud 4 en la escala mbLg. A las 18.50 horas, se registró otro, en Fuencaliente, de magnitud 3,4 a 13 kilómetros de profundidad. Este viernes, ha continuado la actividad sísmica con seis temblores de una magnitud máxima de 2,6, en unas dos horas, entre Mazo y Fuencaliente.

Preocupación de los expertos por la calidad del aire

La lava del volcán de Cumbre Vieja continúa cayendo al mar y mantiene activa una nube que está siendo monitorizada por parte de los científicos por la degradación de la calidad del aire. En la noche, siguió saliendo gran cantidad de ceniza desde la boca eruptiva. Según las mediciones del jueves, los niveles registrados no representaban, hasta ese momento, un grave riesgo para la salud, pero sí obligan a mantener las precauciones y a estar muy atentos al viento. En las zonas afectadas, se recomienda permanecer en casa con puertas y ventanas cerradas, así como el uso en exteriores de mascarillas FFP2.

"La configuración del viento dispondrá la nube de cenizas y de dióxido de azufre hacia el norte, noroeste desde el área de erupción, afectando principalmente a la vertiente oeste de La Palma", explicó este jueves María José Blanco, directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN), quien advirtió de "condiciones meteorológicas desfavorables desde el punto de vista de calidad del aire".

En Los Llanos de Aridane, ayer se midieron valores de partículas PM10 por encima de los valores que establece la normativa, según puntualizó la experta. "No supone por ahora que se rebasen los límites de calidad del aire para la salud, pero se recomienda continuar con las medidas de precaución establecidas", añadió.