El coronavirus ha cambiado por completo nuestra realidad y nos pone por delante un verano inusual. Comunidades Autónomas y Ayuntamientos tratan de establecer sistemas para que la ciudadanía pueda disfrutar de playas y piscinas de forma segura. De lo que no parece haber duda es de que la imagen que van a ofrecer estos espacios en los próximos meses no va a ser la habitual. 

Las restricciones de acceso que, previsiblemente se aplicarán a buen número de arenales, podrían afectar al nudismo. Es una opción que contempla la Federación Española de Naturismo, que cree que la implantación de cupos podrían llevar a los usuarios a optar por zonas más alejadas de las núcleos urbanos, muchas de ellas de tradición nudista.

"De momento es solo una preocupación, no lo sabemos, pero tiene cierta lógica que haya más gente que se desplace hacia lugares que piensan que va a estar más solitarios y tranquilos", comenta a ELPLURAL.COM, Ismael Rodrigo, portavoz de la FEN. 

Estas zonas no están señalizadas y "tampoco intentamos que se señalicen", subraya, recordando que "no hay playas nudistas, sino personas nudistas".  "Las playas son para todos y nuestra utopía es que podamos bañarnos en todas", subraya Rodrigo. Sin embargo, "hay que comprender que hay mucho nudista que quiere estar donde hay más nudistas, donde no se sientan agredidos, y nadie les haga fotos ni les insulte", añade. Y esto es lo que teme que pueda suceder este verano, que esa posible 'invasión' se haga de forma poco respetuosa o, incluso, agresiva.

El nudismo, la opción más higiénica

Sobre el riesgo de contagio, están tranquilos, ya que se ha demostrado que es muy bajo en playas y piscinas y a esto se añade, recalcan, que "el nudismo es la opción más higiénica".  "Históricamente, el Naturismo ha formado parte de movimientos higienistas, que se ponían de moda, sobre todo, en tiempos de pandemia", recuerda el portavoz de la FEN. "Los mal llamados bañadores, no solo no te bañan, sino que impiden la higiene previa a sumergirse y conservan patógenos en la tela, sobre todo, en la que está húmeda", precisa.

Rodrigo incide en que "solo sin bañador se puede uno duchar correctamente antes de entrar en el el vaso de la piscina y permanecer limpio y seco al poco de salir". Y en lo que respecta al Covid, invita a ver las recomendaciones: "la ropa aconsejan lavarla a 60º, pero la piel basta con limpiarla con agua y jabón". A esto hay que añadir también que "se aconseja no llevar objetos a las playas y, en algunos casos, tampoco toallas".  

"La ropa contribuye a la difusión del virus- indica- El bañador es antihigiénico y, por tanto, mejor sin él". 

En este sentido, Ismael Rodrigo recuerda que en países como Francia, para extremar la higiene, se prohíbe el uso en piscinas de ropa de baño tipo pantalón y solo se permiten slips.

Del mismo modo, relata, el uso del bañador en nuestra cultura obedece a la costumbre. "Se infunde desde la infancia una falsa relación entre desnudez y suciedad", aclara, a lo que añade que "no es raro escuchar a padres gritar: "¡Marrano, vístete!", cuando tendría que ser al contrario".

A su juicio, habría que hacer que la gente preguntarse por el motivo por el usan bañador, ya que, "seguramente, no será otro que porque siempre ha sido así, porque se lo pusieron de pequeños y no se lo han vuelto a plantear", concluye.