La manera de entender la pareja ha evolucionado con el paso del tiempo. No es tanto que ahora haya nuevas formas de relacionarse como que se haya puesto sobre la mesa la posibilidad de optar a ellas. Las razones son varias, pero una de las más destacadas es la que tiene que ver con escapar de la “monotonía” y la “rutina” en la que algunos, lamentan, se ha convertido el día a día de su noviazgo o matrimonio.

Un intento por tratar de dar un poco más de vida a lo que tenéis juntos pasa por abrir la relación. Sin embargo, no es una decisión que deba tomarse a la ligera, lo cual no quiere decir que no sea legítima, y es que lo importante, como en cualquier actuación que se lleve a cabo dentro de una relación, es que sea consensuada y tomada desde el máximo respeto hacia uno mismo y la otra persona.

Para conocer más detalles sobre cómo gestionar una situación tan presente en la actualidad, ElPlural.com habla con la socióloga Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYclub.

¿Dónde están los límites de la fidelidad?

La primera premisa que hay que tener en cuenta y que la experta quiere dejar claro en declaraciones a este medio es que en las relaciones abiertas también se pueden dar infidelidades.

Tomando como introducción esta máxima cabe mencionar a las dos parejas -o exparejas- del momento, siendo estas Tamara Falcó e Íñigo Onieva y Shakira y Piqué, estos últimos más si cabe después de la canción de la colombiana con Bizarrap y la presunta infidelidad que el exfutbolista habría cometido también hacia su actual pareja, Clara Chía.

Ambos ejemplos sirven como base para exponer que cada cual fija los límites de sus relaciones. Es decir, que si en alguno de los casos la pareja hubiera decidido abrir la relación y, por ende, hubieran acordado poder mantener relaciones con otras personas, el escándalo no habría tenido cabida.

La fidelidad es acordar un pacto y respetarlo. Es establecer los límites que necesitemos para sentirnos cómodas y respetadas. Aunque tradicionalmente se ha considerado que la fidelidad era solo la exclusividad sexoafectiva, podemos construir nuestros propios acuerdos en función del tipo de relación que queramos tener y del momento vital que atravesamos”, expone Bizzotto.

“Esos pactos pueden cambiar en el tiempo y volverse más o menos restrictivos”, asume la profesional, poniendo de manifiesto que “hay parejas abiertas que acuerdan tener encuentros sexuales con otras solo estando ambos miembros presentes", y que “el hecho de que una de las partes tuviera un encuentro a solas y escondido sería considerado una infidelidad”. “¡Sí, en las relaciones abiertas también puede haber cuernos!”, subraya.

¿Cómo plantear a mi pareja una relación abierta?

No nos engañemos, plantear a tu pareja una relación abierta no es algo sencillo. Por ello, lo primero que hay que tener claro es si él o ella estaría dispuesta a dar el paso, teniendo siempre en cuenta los riesgos que el intentar o no algo así puede tener sobre la relación. Pero, por partes.

A la hora de proponer a tu pareja abrir la relación, la socióloga invita a mantener en primer lugar una conversación “sensual” en lugar de atender a casos reales. Esto, asegura, puede ayudar a saber en qué punto está tu pareja, ya que en ocasiones no siempre se termina de conocer al otro en este aspecto, aunque se piense que sí. Esta forma puede ayudar también a quien lo plantea, pues los anhelos en ese sentido pueden ser muchos y muy variados por la parte emisora.

“Si lo que queremos es sólo abrir la relación en el plano sexual, generalmente lo hacemos porque queremos hacer realidad nuestras fantasías eróticas. Por ejemplo, si fantaseo con el sexo en grupo y quiero hacerlo realidad, necesariamente tendremos que abrir la relación. Si ese es el caso, recomendaría que empezaras hablando de fantasías, deseos eróticos, no tanto de situaciones reales. Podemos preguntarle a nuestra pareja si le gustaría experimentar con otra persona, si siente deseo hacia alguien que conozca, si le gustaría tener encuentros en grupo…”, emplaza.

Bizzoto da asimismo algunas herramientas para mantener una conversación que se torna siempre compleja, aun cuando ambas partes están de acuerdo y pese a la evolución que ha experimentado el ámbito romántico en la forma de relacionarse. “Una buena manera de iniciar esta conversación es, por ejemplo, leyendo literatura erótica e ir preguntando al otro si os gustaría veros en situaciones similares (…) Una vez sentadas unas bases de comunicación erótica fluida, deberías decirle abiertamente a tu pareja cuáles son tus anhelos. Sin imponerlos como una necesidad o como algo que querrías que se hiciera realidad a corto plazo”, desarrolla.

“Tienes que saber que el camino hacia abrir la relación requiere de gestión emocional y puede implicar muchas conversaciones complicadas, que os van a enriquecer, pero en las que tenéis que estar preparadas para cuidaros, respetaros, salir del ego y poneros en el lugar de la otra persona”, apunta como baluarte para que todo salga bien.

Riesgo de las relaciones abiertas

Quien no quiera arriesgar que no juegue. Algo así es lo que vienen a decir los expertos sobre las relaciones abiertas. Cortita y al pie: abrir la relación siempre va a conllevar un “peligro”; pero evitable con una buena comunicación.

“Abrir la pareja puede sacar a la palestra inseguridades y miedos que ya teníamos de per se y que quizá no habíamos trabajado con anterioridad. Por ello, tenemos que estar disponibles emocionalmente, ser autocríticas y buscar herramientas para gestionar nuestras emociones y los conflictos que puedan surgir. Las emociones como los celos, la envidia o el miedo son normales y pueden aparecer. ¡Y no pasa nada!”, tranquiliza.

Más allá de los encuentros con uno mismo y la otra parte, Bizzotto apuesta por quedar con otras personas, desde algunas con las que podáis experimentar hasta expertos en la materia, que os ayuden a dar una correcta salida a las emociones o a daros cuenta de que lo que buscáis no es algo tan raro como a veces la sociedad todavía plantea.

“Como dijo Alba Centauri, activista de poliamor, en una entrevista que le hice para la revista de JOYclub: ‘Esperar no sentir celos es como esperar no sentir dolor cuando te quemas. Son emociones naturales que indican que algo pasa y debemos gestionarlo".

Así las cosas, la portavoz de este sitio de citas por internet y comunidad sexualmente activa para encuentros sexuales apuesta por leer libros sobre relaciones abiertas, buscar a divulgadores no-monógamas o ir a terapia. De hecho, dentro del lugar del que ella es portavoz ofrecen ayudas en esta dirección, desde conversaciones hasta encuentros “para tomar algo y lo que surja”.

En cualquier caso, Bizzotto deja claro que las relaciones abiertas son tan factibles y respetables como cualquier otro tipo, pero que hay que gestionarlas desde el respeto y no “confundir” -poniendo el término muy entre comillas- con una infidelidad. Asimismo, llama a sincerarse con uno mismo y la otra persona, acudiendo para ello si es necesario a terceros.