Gonzalo López Alba publica su segunda novela, ‘My dear love’ después del éxito de ‘Los años felices’, en donde el periodista nos transportó a un viaje por la historia de España desde la Transición hasta la Gran Recesión. Ahora nos propone una historia de amor y engaño que nos sumerge en el mundo de la soledad y el lado oscuro de las redes sociales.

López Alba experimenta en esta novela con la construcción narrativa al estar escrita en su mayor parte con el formato de los correos electrónicos, actualizando así la vieja tradición de la literatura epistolar, y extractos de un diario personal. En su novedosa propuesta novelística, incorpora una invitación al lector para que participe activamente en el relato brindándole espacio para que pueda anticipar el discurrir de los acontecimientos y adivinar o modificar el inesperado desenlace escribiéndolo de su propia letra.

Un guiño a la parte negativa de las redes sociales

López Alba apunta que esta novela pretende ser “una llamada de alerta sobre el lado oscuro de las redes sociales, que, sin negar su importancia, se convierten en un cóctel peligroso cuando se combinan con la soledad y el aislamiento”. El riesgo, añade, “es mayor para la población más joven, pero nadie está vacunado contra él, y por eso el protagonista de mi novela no es un adolescente sino una persona madura, un hombre que ya ha cruzado la frontera de los 50 años”.

En este sentido, el autor añade que, según el estudio 'Connected Life' de la consultora Kantar TNS, “los internautas españoles se conectan cada semana a una media de 6,2 plataformas sociales, un dato que se dispara hasta 8 entre los más jóvenes, y que supera ampliamente a las 5,4 de los vecinos europeos”. Una de las consecuencias, según indica el autor de ‘My dear love’, es que, como se refleja en el informe PISA, el 69% de los adolescentes españoles dice sentirse “realmente mal” si no tiene conexión a internet”.

“La gran paradoja del siglo XXI es que hemos derribado todas las fronteras espacio-temporales de la comunicación, pero vivimos más solos y aislados que nunca. La soledad se ha convertido en el llamado primer mundo en la gran enfermedad de comienzos del milenio", añade Gonzalo.