El gran incendio en lo que va de año ha sido sofocado en Tenerife. Tras 9 días de llamas, se han perdido 14.700 hectáreas, el 7,1% de la isla ha quedado calcinada. Los grandes incendios forestales son cada vez más frecuentes, las estadísticas del gobierno revelan un menor número de incendios, pero un mayor número de hectáreas calcinadas.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, señala que “no basta con pensar que las temporadas de incendios son cuatro meses al año; hay que trabajar todo el año”. Desde 2010, una media de más de 100.000 hectáreas de superficie forestal arde cada año, y los dos últimos veranos están siendo los más catastróficos.

Andalucía es una de las regiones que, por masa forestal y extensión, más se ve afectada. Pero ahora, los bosques andaluces cuentan con un inesperado aliado. “Tener a estos animales en el bosque es casi como tener un seguro contra el fuego”, explica Alex Hohne, propietario de la finca   El Encinarejo. Se refiere a los 15 bisontes que, venidos de otro tiempo y otro lugar, campan a sus anchas por la Sierra de Andújar (Jaén). 

Los bisontes son una solución de última hora, a la par que atemporal, una innovación en la gestión forestal que, sin embargo, cuenta con millones de años de éxito sobre sus amplias espaldas.

"El bisonte aporta muchos beneficios. Es un ingeniero paisajístico importantísimo, él se beneficia del territorio, pero también reporta al bosque, ¡es un tractor, una segadora natural”, explica al teléfono el principal responsable de que 180 bisontes pasten en España en estos momentos, el veterinario y divulgador Fernando Morán.

Morán lleva 13 años investigando y conectando poblaciones de bisonte, trayendo individuos de los bosques de Polonia para reintroducirlos en nuestros hábitats. Es el responsable de mediar entre los espacios naturales, evaluar las necesidades de una finca, la estructura y posibilidades y, sobre todo, “el objetivo de quien nos pide los bisontes. Muchas veces no basta con el altruismo de querer conservar y expandir una especie en extinción, porque la generosidad se puede acabar y eso pone en riesgo al bisonte. Por eso también valoramos que el bisonte cumpla una función ambiental y económica”.

Alex Hohne confirma el éxito de la readaptación del bisonte en Andalucía. “La fertilidad del suelo mejora, clarea el bosque de una manera natural, compacta la biomasa en el suelo y, junto al lince que también se desarrolla en nuestras hectáreas, atrae a muchos curiosos”.

Un bombero con millones de años de experiencia

El papel de los bisontes a la hora de prevenir incendios se está demostrando como muy positivo, aunque es pronto para calcular el impacto de la reintroducción de esta especie extinguida en la península Ibérica, los efectos de su presencia son evidentes: “reducen la biomasa y el combustible de los incendios como ninguna otra especie”, destaca Morán.

Un solo bisonte adulto puede consumir de media entre 30 y 45 kilos de biomasa –el 30% madera y el resto matorrales y pasto– cada día. Es un hervíboro que se alimenta mientras camina, “una segadora natural” que, además, con sus excrementos abona el suelo. Su acción tiene dos efectos: genera más fertilidad y más biodiversidad, a la par, quita del monte el material inflamable que es el que provoca que las llamas se expandan a una velocidad incontrolada.

Cada bisonte es como un rebaño de cabras, sanean y aclaran con su labor de desbroce el monte. Con su reinserción en varias áreas de España se da también respuesta al crecimiento descontrolado de tipos de vegetación que no son consumidas por otros herbívoros, como por ejemplo los ciervos

La inercia de la España Vaciada nos lleva al abandono de 4 millones de hectáreas de tierras de cultivo en las últimas 6 décadas. La ganadería intensiva ha permitido a muchos de los que vivían del monte y el bosque abandonarlo. Según Greenpeace, más de un 80% de la superficie forestal, que en parte evoluciona de explotaciones rurales abandonadas, carecen de un plan de gestión en nuestro país.

Un animal milenario repudiado y ahora reclamado

Un bisonte adulto puede alcanzar los mil kilos de peso, lo que le convierte en el mamífero más grande de Europa. Puede alcanzar 3 metros de longitud. En los últimos años, los bisontes han abandonado los zoológicos y espacios de observación para criarse en una "libertad controlada" en la naturaleza, como por ejemplo, en las mil hectáreas acotadas de la Sierra Andújar.

En España, hay 17 áreas –en manos privadas– que albergan poblaciones de bisonte. El Centro de Conservación del Bisonte Europeo monitorea la población de una especie que se extinguió hace 10.000 años de la península Ibérica. Antes, el bisonte había campado en nuestra tierra 1,2 millones de años.

"El bisonte se extingue en nuestra región por la influencia humana", aclara Morán. Al tratarse de un animal que compite con el pasto de otros tipos de ganadería más aprovechables por el ser humano como ovejas o vacas, el bisonte acabó siendo arrinconado. Ahora, con el cambio climático obligándonos a convivir con la sequía y el fuego, este animal emerge como un aliado útil. 

Cuestionado por si la reintroducción de una especie desaparecida hace miles de años podría generar algún impacto negativo como especie invasora, Morán afirma que no. El último bisonte de Europa fue cazado en Polonia en 1919. En 1923 se inició su repoblación a partir de sujetos que vivían cautivos en zoos. Así, se cumple un siglo de la primera iniciativa humana para conservar una especie, “tiene mucho de justicia poética” su actual éxito, explica Morán.

Un atractivo para el ecoturismo

Otra de los atractivos de esta especie y es, además de su enormidad, su carácter dócil y pacífico. Por otro lado, es una especie diurna que pasa el 70% del día alimentándose y que recorre en torno a un kilómetro cada día, lo que permite que sean fácilmente observables por los turistas. “Atraen mucho interés, de hecho, hemos habilitado alojamientos en la finca”, detalla Hohnes.

Según cálculos del Centro de Conservación del Bisonte Europeo, más de un millón de españoles han visitado las zonas. Sin embargo, este gigante milenario cuenta con escollos que ni su fuerza puede mover, por ahora. El bisonte europeo no es considerado una especie originaria en España, por lo que el MITECO no puede declararlo como especie en peligro de extinción. El bisonte deberá seguir, por lo tanto, recluido en fincas privadas. Tras miles de año esperando para retornar a España no parece que vaya a importarle.