El diagnóstico es el primer paso a la hora de afrontar una enfermedad. De la rapidez y la precisión de este proceso dependen en buena medida recibir el tratamiento correcto y una curación con éxito. Entre los sistemas de diagnóstico más extendidos y eficaces están la radiografía, la resonancia magnética y la Tomografía Axial Computarizada, conocida por sus siglas (TAC). Esta tecnología, que ahora también se conoce como TC por la posibilidad más reciente de conseguir imágenes de cortes tomográficos reconstruidas en planos no transversales, tiene desde hace unos pocos años una variante conocida como TAC espectral que permite conocer la composición  de ciertos tejidos del paciente.

El TAC como tecnología fue diseñada de manera independiente por Allan MacLeod Cormack y Godfrey Newbold Hounsfield. El primero, físico y cristalógrafo, publicó en 1967 sus investigaciones y el segundo, gracias a este trabajo, llevó la idea a la práctica. En 1971 se obtuvo la primera imagen craneal y en 1972 empezaron los ensayos clínicos, que fueron un éxito. Tanto, que en la primera mitad de la década ya había varios TAC en Reino Unido y Estados Unidos y, a finales de la década, llegarían a España. en 1979, MacLeod Cormack y Newbold Hounsfield recibieron el Premio Nobel de Medicina por su aportación.

The Beatles y el TAC

Un dato curioso es que el TAC, una de las herramientas médicas fundamentales de hoy en día, vio la luz gracias a los Beatles. Newbold Hounsfield dirigía la sección médica del Laboratorio Central de Investigación de la compañía EMI. Esta empresa inglesa es famosa por su papel en el mundo musical, pero también se dedicaba a la investigación industrial, aunque no con suficiente éxito económico. De hecho, en 1962 que abandonaron su rama de computación, el mismo año que fichaban a unos desconocidos chavales de Liverpool llamados The Beatles. El éxito y los ingresos de la apuesta musical permitieron a Newbold Hounsfield desarrollar la tecnología del TAC.

El TAC es una tecnología de diagnóstico mediante Rayos X capaz de crear imágenes con gran detalle de órganos internos del cuerpo, huesos, tejidos blandos y vasos sanguíneos. Operada por un radiólogo o médico especialista, consiste en una camilla que se desplaza a través de un equipamiento circular donde se sitúan, enfrentados, los haces emisores y los detectores. La radiación, emitida en diferentes ángulos, que no es absorbida por el cuerpo del paciente llega a los emisores. Estos datos son transferidos a un ordenador que los convierte en múltiples imágenes detalladas del interior del cuerpo.

El procedimiento es indoloro, con una técnica no invasiva y que ofrece una gran precisión, especialmente en el caso del TAC espectral. Además, es un proceso muy veloz que no suele durar más de 1 minuto, con lo que no es necesaria la sedación del paciente. Dependiendo de la dolencia a diagnosticar, en ocasiones puede requerirse material de contraste, que puede ser ingerido o inyectado de manera intravenosa en el paciente, aunque en el caso del TAC espectral, que cuenta con mayor precisión de imagen, la dosis de contraste es más reducida.

El TAC espectral, también conocido como TAC de energía dual, utiliza diferentes tipos de energía de Rayos X, mientras que el TAC convencional utiliza de un solo tipo. Esto permite ofrecer información adicional y diferencial sobre los tejidos y materiales del cuerpo. Por ejemplo, arroja más datos sobre los componentes de materiales blandos, huesos, cálculos renales o vasos sanguíneos. También sobre los contrastes, lo que permite reducir la dosis que se introduce en el cuerpo de los pacientes.

Esta tecnología, que se ha implantado recientemente en el Hospital Universitario General de Villalba, integrado en la red pública madrileña (Sermas), tiene varias aplicaciones prácticas en múltiples patologías. Por ejemplo, ayuda a diferenciar una hemorragia de su lesión causal subyacente o a diagnosticar embolias pulmonares. También es útil para demarcar abscesos y para descubrir la composición precisa de un cálculo renal.

Félix Guerra, responsable del Servicio de Radiodiagnóstico del hospital villalbino, subraya la utilidad del TAC espectral en “pacientes con litiasis renales, las llamadas piedras del riñón, porque nos puede identificar el componente de la piedra y nos ayuda a establecer el tratamiento más eficaz para eliminar el cálculo renal. En patología, donde se busca un sangrado, nos ayuda a identificar mejor el punto de sangrado. Y en pacientes postquirúrgicos con tornillos permite ver mejor el hueso adyacente a los mismos”.

Beneficios

El TAC es fundamental para un diagnóstico rápido y detallado y puede detectar dolencias como el cáncer, enfermedades infecciosas y cardiovasculares o trastornos musculoesqueléticos. También es útil para encontrar traumatismos y hemorragias, por lo que, unido a la rapidez de su funcionamiento, lo convierte en una pieza clave en los servicios de emergencias.

“Mejores diagnósticos permiten mejorar las soluciones a los pacientes, ya sea porque disminuimos los tiempos necesarios para los diagnósticos, o porque disminuimos el número de pruebas necesarias o porque el radiólogo que informa tiene menos dudas con ciertas lesiones y puede concluir con más exactitud”, destaca el doctor Guerra.

Un ejemplo de su utilidad se aprecia en casos de apendicitis, dado que cuando hablamos de infecciones o inflamaciones, la velocidad y la precisión son imprescindibles para evitar complicaciones posteriores. Además, el abaratamiento de los costos gracias a la tecnología, permite que los aparatos TAC en la mayoría de hospitales, independientemente de su tamaño.

Otras ventajas que ofrece el TAC, frente a procedimientos como la Resonancia Magnética, es que es menos sensible al movimiento, por lo que es más práctico para pacientes gravemente enfermos o en niños, y no suele ser necesaria la sedación de la persona estudiada. Además, no está contraindicado para las personas que tienen implantes médicos, por lo que hace más extendido su uso.

Contraindicaciones

Aunque el TAC no deja rastros de radiación en el cuerpo del paciente, la exposición a los Rayos X es la principal pega ante esta tecnología. De ahí que las mujeres tengan que tener certeza de no estar embarazadas a la hora de someterse a estas pruebas y que se prefiera evitar con los niños, que son más sensibles a la radiación, porque una prueba TAC es el equivalente a la radiación natural de fondo que recibe una persona a lo largo de tres años.

“El TAC espectral nos permite dar menos radiación a los pacientes”, explica el experto del Hospital General Universitario de Villalba. “Desde el día que se instaló, los pacientes que han acudido a nuestro servicio han recibido menor radiación. Además, todos los pacientes con tornillo (por ejemplo, prótesis de rodilla o cirugías de espaldas) han podido ser mejor valorados”, añade.

Al margen de la reducida radiación, y la necesidad de despojarse de cualquier objeto metálico como joyas, gafas o dentaduras postizas, la única contraindicación del TAC se da en casos de necesidad de contrastes si el paciente tiene alguna alergia. Sin embargo, estos casos son muy poco habituales y los equipos de radiología tienen formación y medios necesarios para hacer frente a estas infrecuentes situaciones.