Los riñones son un órgano vital indispensable para depurar las toxinas del cuerpo y eliminar el exceso de líquido a través de la orina. Es su función más conocida, pero no la única. Sirven también para controlar la presión arterial, mantener la salud de los huesos y producir eritropoyetina (EPO), la hormona que ordena a las células madre de la médula ósea fabricar glóbulos rojos, encargados de repartir el oxígeno por todo el organismo. Por si fuera poco, tienen el secreto de la eterna juventud, ya que producen klotho, una proteína antienvejecimiento descubierta en 1997, con funciones antioxidantes y de regulación del metabolismo del fósforo. Los pacientes con enfermedades renales crónicas, incluso los que están en tratamiento de diálisis, ven disminuida la presencia de esta proteína, lo que acelera el envejecimiento e implica, por consiguiente, una menor supervivencia.

La enfermedad renal crónica, una pandemia silenciosa

La enfermedad renal crónica es una epidemia silenciosa con un fuerte impacto en la población y de la que existe gran desconocimiento, tanto de sus funciones clave como de las consecuencias de perderlas. “Muchas personas piensan que la principal consecuencia de la enfermedad renal es que los riñones fallen y que haya que sustituir su función depuradora de la sangre mediante diálisis o trasplante renal (situación en la que se encuentran 65.000 personas en España). Pero la principal consecuencia de la enfermedad renal es un envejecimiento acelerado, debido a la pérdida de funciones, como la producción de Klotho, que no se sustituyen con la diálisis”, asegura el Dr. Alberto Ortiz Arduan, especialista en Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. “Este envejecimiento acelerado de órganos vitales como el corazón y las arterias se observa ya en las etapas más tempranas de la enfermedad renal, cuando todavía no es necesaria la diálisis”, advierte, al tiempo que recuerda que en esta situación se encuentran seis millones de españoles.

La importancia de la prevención y detección precoz

Pese a que la detección precoz es clave para evitar que la enfermedad renal se agrave y acelere su evolución, está infradiagnosticada. Los especialistas ven con preocupación el aumento de casos. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, correspondientes al primer semestre de 2022, sitúan esta patología como la 12ª causa de mortalidad en España, lo que supone un crecimiento de un 11% con respecto al mismo periodo del año anterior. Asimismo, se prevé que en 2040 sea la quinta causa de muerte en el mundo si no hacemos antes algo para evitarlo. "Estos datos constituyen motivos más que suficientes para hacer difusión de las medidas preventivas y de cuidado de los riñones entre toda la población", enfatiza el Dr. Oscar Gómez Martín, director corporativo de Continuidad Asistencial de la Fundación Jiménez Díaz.

“De cada cinco litros de sangre que salen del corazón, uno va al riñón a ‘lavarse’ en los miles de filtros que tiene y todo ello sin perder ciertas proteínas”, explicó el Dr. Ortiz. La presencia de albúmina en la orina es uno de los indicadores de que el riñón no está haciendo bien su función y atribuye esta anomalía a un deterioro de los podocitos, unas células presentes en el riñón que impiden la pérdida de proteínas. "Son células que, al igual que las neuronas, no se dividen y deberían ser inmortales. Todos perdemos algo cada vez que vamos a hacer pipí, la cuestión es a qué velocidad. Nuestro objetivo es que sean los menos posibles para que duren muchos años", subraya el nefrólogo.

El alcohol, el tabaco y la sal son las tres sustancias más tóxicas para el riñón

Mantener hábitos saludables es la mejor prevención. Evitar el alcohol, el tabaco y la sal, hacer ejercicio físico y consumir productos frescos son clave para el cuidado de nuestros riñones. “La dieta mediterránea nos proporciona unos aditivos saludables sustitutivos de la sal como el ajo, el pimentón o el aceite de oliva, que da un sabor intenso a los alimentos. Yo descubrí sabores cuando retiré la sal de mi dieta”, argumenta el Dr. Ortiz quien recomienda “comer de mercado en lugar de supermercado”, desestimando los productos procesados. Además, se deben respetar las horas de descanso y beber unos dos litros de agua al día.

¿Qué síntomas tiene la enfermedad renal?

La enfermedad renal es asintomática y cuando la detectamos suele estar bastante avanzada. “En el momento en el que aparecen síntomas, puede que ya sea tarde; de ahí que la prevención y el diagnóstico precoz sean las herramientas principales para poder adaptar una terapia a cada caso y aplicarla lo antes posible, dado que no existe ningún tratamiento estándar", enfatiza la Dra. Soledad Pizarro Sánchez, especialista del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.

Es recomendable hacerse al menos una vez al año una analítica de sangre y orina para comprobar que todo está bien, además de controlar la tensión arterial de forma habitual. El primero mide la creatinina, un procedimiento que permite calcular la capacidad de filtradode los riñones y conocer el porcentaje de función renal. Por su parte, el análisis de orina está focalizado en detectar la presencia de albúmina, algo que no ocurre en un riñón sano. 

Si eres hipertenso, padeces diabetes obesidad, con más razón debes vigilar el estado de tus riñones, ya que estas enfermedades constituyen por sí mismas factores de riesgo. Asimismo, factores genéticos pueden influir en la predisposición a sufrir una patología renal. Por tanto, si hay antecedentes familiares también se debe tener un cuidado especial.

Algunos fármacos afectan directamente al funcionamiento del riñón, por lo que deben tomarse sólo por prescripción médica y quedan descartados para las personas que padecen una enfermedad renal. Es el caso de antiinflamatorios no esteroideos o ibuprofeno, por ejemplo, que son fármacos muy eficaces para el control del dolor, pero pueden provocar un fracaso renal agudo, que, como explica la nefróloga Pizarro Sánchez, si se coge a tiempo es posible revertirlo, evitando de esta manera la enfermedad crónica.