La enfermedad renal crónica es una patología generada por un daño en los riñones que hace que no filtren la sangre como deberían o no produzcan Klotho, una hormona antienvejecimiento. Esto hace que aumente de forma muy significativa el riesgo de envejecimiento acelerado, de muerte prematura y de tener que recurrir a diálisis o, incluso, a un trasplante.

Se calcula que en menos de dos décadas, en 2040, este problema constituirá la sexta causa de muerte en España, y en 2100, la segunda, tras el Alzheimer.

Conseguir que esta previsión no llegue a ser una realidad implica trabajar en la prevención y la detección precoz, ya que la aparición de síntomas se da, casi siempre, cuando es demasiado tarde.

Cómo prevenirla

“Dados los alarmantes datos de incidencia, la prevención es un elemento clave a trabajar desde ya”, advierte el Dr. Alberto Ortiz Arduan, jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

En este sentido es importante conocer la salud renal de los familiares: problemas de tensión alta, creatinina elevada o registro de albúmina o sangre en la orina, ya que si existen antecedentes familiares “es aconsejable la realización de un filtrado glomerular y exámenes para evaluar los valores de tensión arterial y descartar la presencia de albúmina en orina”, precisa este especialista.

Patologías como la diabetes y las enfermedades glomerulares desencadenan problemas renales y, aunque existen dudas sobre si la hipertensión es causa o consecuencia de la enfermedad renal, o ambas cosas, “el control de la hipertensión mejora el pronóstico renal”, apunta.

Por todo ello, resume este nefrólogo, es importante limitar la ingesta de sal, mantener un peso adecuado, para que la diabetes y la tensión estén lo mejor controladas posible y no se sobrecarguen los riñones, hacer ejercicio regularmente y comer de mercado, no de supermercado; es decir, “comprar productos crudos, sin los aditivos que se añaden a los alimentos procesados -especialmente sal y fosfatos- y cocinarlos en casa”, recalca el Dr. Ortiz.

Diagnosticarla a tiempo

Además de la prevención, otro aspecto fundamental para frenar el aumento de casos de enfermedad renal crónica es el diagnóstico precoz.

Para ello, este nefrólogo de la FJD señala tres herramientas fundamentales. Por un lado, el análisis de sangre con medida de la creatinina, que “permite calcular el filtrado glomerular, para conocer el porcentaje de función renal”.

A este hay que añadir el análisis de orina con medida de albúmina, que “posibilita detectar la enfermedad antes de que se pierda la función renal y, por lo tanto, intervenir más tempranamente”; y la ecografía renal, que “facilita el diagnóstico de enfermedades como la poliquistosis renal, antes de que aparezca albúmina en la orina o que se pierda la funcionalidad de los riñones”.

Cabe señalar también que la patología renal causada por diabetes es la más frecuente y la que peor pronóstico tiene, por lo que es muy importante prestar especial atención al paciente diabético.

Tratamientos

En lo que respecta a los tratamientos, estos van en función de la etapa en la que se encuentre la enfermedad. Principalmente existen dos periodos. En el primero de ellos, cuando aún no se necesita sustituir la función global de los riñones, “el énfasis debe estar en protegerlos para no necesitar diálisis y, lo que es más importante, proteger el corazón para no fallecer o tener secuelas irreversibles de forma prematura”, subraya el Dr. Ortiz. 

Para ello, se prescriben fármacos para bloquear la angiotensina e inhibidores de SGLT2, ya que “ambos bajan la pérdida de albúmina y proteínas en orina, conservan la proteína antienvejecimiento de origen renal Klotho, retrasan el deterioro de la función renal y protegen al corazón”, apunta.

En la segunda etapa, cuando ya se necesita sustituir la función global de los riñones, hay tres opciones: Hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante, que se pueden usar de forma secuencial.

No obstante, indica este nefrólogo, en cualquier etapa puede ser necesario sustituir las funciones parciales que los riñones pierden poco a poco, “como combatir la anemia con eritropoyetina, mantener la salud de los huesos con calcitriol y fabricar bicarbonato -dando bicarbonato oral- o mantener los niveles normales de fosfatos o potasio con quelantes de estos electrolitos”, relata.

La Fundación Jiménez Díaz, a la vanguardia

El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz cuenta con un Servicio de Nefrología e Hipertensión que, apunta su responsable, “es líder mundial”. Dispone de unidades especializadas en hipertensión, enfermedad renal diabética, enfermedades renales familiares, enfermedades glomerulares y enfermedad renal avanzada, “que enfatizan, tanto la prevención, como el tratamiento temprano”, aclara.

Del mismo modo, el centro organiza talleres de formación dirigidos a mantener actualizado al personal sanitario, en los que se dan a conocer los nuevos avances en diagnóstico y tratamiento; y ofrece a las personas con enfermedades del riñón, sin tratamiento conocido, la posibilidad de participar en ensayos clínicos con el fin de dar con una estrategia eficaz nueva.