En nuestra otra vida, la de la normalidad real, entrevistamos a María Dueñas con motivo del décimo aniversario de 'El tiempo entre costuras'. Entonces, nos confesó que no estaba en sus planes resucitar a su personaje más popular, la costurera Sira Quiroga, reconvertida en espía del bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el destino es caprichoso y la escritora vuelve a viajar a su querido Tánger de la mano de Sira en su última novela. La protagonista, convertida ahora en una mujer madura y madre de un niño, viajará también a Jerusalén, Londres y Madrid. Vivirá, entre otras cosas, el atentado contra el legendario hotel King David en 1946, durante el mandato británico de Palestina, o la visita de Eva Perón a España. La nueva novela se titula 'Sira' (Planeta) y ha salido a las librerías esta misma semana. 

"Tenía claro era que, si en algún momento volvía a ese mundo, sería de la mano de Sira"

PREGUNTA.- ¿Qué ha cambiado para que 'resucites' a Sira Quiroga?

RESPUESTA.- Desde que publiqué la novela hace ya 12 años, cuando la gente me pedía una segunda parte, los lectores, sobre todo, no tenía ninguna intención de recuperar a Sira. En ningún momento me lo planteé. Por estas cosas que se te cruzan en la vida, a raíz de un viaje a Tánger, donde suelo ir muy a menudo y de donde siempre vuelvo con la cosa de que hay mil historias que contar, sobre todo de los años últimos de aquel espléndido Tánger internacional, esa vez, en vez de descartar la idea, decidí aparcar la novela que tenía en marcha y dedicarme a Tánger. Lo que tenía claro era que, si en algún momento volvía a ese mundo, sería de la mano de Sira. No podía ser con otro protagonista. Así fue.

P.- Has vuelto a Tánger, que ya conocías muy bien, y te adentras en un territorio como Palestina. ¿Ha sido complicada la documentación para esta nueva novela?

R.- He utilizado mucha documentación escrita, fuentes en inglés, de autores británicos e israelitas, académicos e historiadores y ha sido intensa, pero muy gratificante. Todos sabemos algo sobre el conflicto árabe-israelí, pero de los últimos tiempos. Es ir a sus orígenes, cuando un vértice del problema era Gran Bretaña y eso lo teníamos muy olvidado. Ha sido intenso, laborioso, pero enormemente enriquecedor. Quería explorar qué pasaba en aquellos años después de la Segunda Guerra Mundial. Desde la distancia podemos pensar que terminó la contienda y el mundo quedó en paz. Pero no, seguía lleno de conflictos, problemas y cuestiones por resolver. Ahí es donde quería llegar.

P.- ¿Has podido viajar a los escenarios de la novela?

R.- Yo ya los conocía todos de antes. Me habría encantado volver otra vez en estos meses de redacción o de documentación, pero ha sido imposible. Salí de Tánger unos días antes del decreto del estado de alarma. Casi me quedo dentro y tengo que escribir la novela allí. Volver a lo largo de estos meses ha sido imposible. Ahí queda como espinita pendiente. Pero bueno, como ya los conocía, tampoco he tenido que imaginar tanto. 

"La única lectura positiva que he sacado de la pandemia es poder escribir sin interrupción"

P.- Entiendo por tus palabras que la creación de 'Sira' te ha mantenido ocupada durante el confinamiento y todo este tiempo de pandemia.

R.- Ya la tenía empezada, pero es verdad que si algún hilo en positivo puedo sacar de la pandemia es que, al eliminarse todos los viajes, todos los compromisos que te separan de la escritura durante algún tiempo, he podido trabajar de forma sostenida y prolongada durante muchos meses. También es verdad que aun teniendo mucho tiempo, no multiplicas tu capacidad creativa, ni muchísimo menos. Estábamos tan preocupados y tan pendientes de todo lo que estaba pasando que tienes que diversificar tu atención en varios flancos. La única lectura positiva que he sacado de la pandemia es poder escribir sin interrupción.

"Es una pena ver cómo se han ido tantos, en el momento más insospechado, cuando ya vivían una recta final de sus vidas sosegada" 

P.- De seguir con vida en este momento, Sira sería una abuelita centenaria con dos guerras a cuestas y, ahora, la pandemia. ¿Cómo crees que la habría afrontado?

R.- Como todos nuestros mayores, que nos han dado unas lecciones de entereza formidables. La fortaleza de todas estas personas, que han aguantado encerrados en sus casas, que han estado pendientes de los demás, que han demostrado una valentía y un estoicismo enormes nos han dado una lección a todos. Sira habría sido de este temple, como tantas mujeres y tantos hombres que vivieron una posguerra española muy difícil. Tuvo que venir Eva Perón cargada de trigo porque en España no había para comer, ni un mendrugo de pan. No es que no hubiera lujos o buenos transportes públicos, es que no había nada más que pobreza, miseria, desastre y represión. En ese sentido, formaron una generación de gente fuerte, de gente resistente y admirable. Es una pena ver cómo se han ido tantos, en el momento más insospechado, cuando ya vivían una recta final de sus vidas sosegada y acompañados por sus familias o por sus cuidadores, sin grandes rupturas de su ritmo natural de las cosas y de pronto, haberse visto en esta tragedia ha sido espantoso. 

P.- Encontramos a una Sira madura que ha dejado atrás a la jovencita inocente de ‘El tiempo entre costuras’, ¿te ha ocurrido también a ti como novelista?

R.- Yo no he cambiado tanto como Sira porque cuando escribí aquella primera novela yo ya tenía los cuarenta. Llevaba la madurez a las espaldas, para lo bueno y lo malo. He cumplido años, he tenido experiencias, he vivido cosas importantes en mi vida pública y la privada, pero no soy otra. El cambio de Sira es mucho más brutal que el mío. La que conocimos en aquella novela y la que despedimos en esta nueva novela son dos mujeres completamente distintas. Yo, con respecto a aquel tiempo, no soy otra mujer distinta. Soy la misma, con más vivencias a las espaldas y más arrugas en la cara, pero la misma. En Sira es el cambio de una joven inexperta, inocente, que conocemos bajo el ala de su madre, sin salir del cascarón casi, a una mujer de treinta y tantos, que ha sido madre de un hijo, que ha vivido dos guerras, entre gente de otras nacionalidades, de otros mundos y otras perspectivas vitales.

P.- Me refería no a ti como novelista.

R.- Sí, pero ser novelista es una faceta más de mi vida. Súper gratificante, en la que yo estoy encantada, pero no me ha cambiado en lo sustancial. Ha cambiado mi profesión y otras muchas cosas, pero como novelista soy la misma. En cada novela me intento encapsular y empezar como si fuese de cero. No es ya solo la escritura de la novela, sino una porción de mi vida en la que viajo, me documento, investigo, contacto con gente, publico la novela, la promociono, la acompaño en las primeras etapas con los lectores... En ese sentido, sí que ha habido cinco novelas en mi vida, pero básicamente cada una ha sido una experiencia propia e independiente, no son acumulativas. No me han alterado ni me han hecho cambiar.

P.- ¿Cómo te has sentido retratando la España de la dictadura?

R.- Toda la documentación en general me ha resultado muy enriquecedora y por supuesto la parte de España. Ya había hablado del nacimiento del franquismo, primero durante la guerra y después en los primeros años de la posguerra en 'El tiempo entre costuras'. Ahora doy un paso más allá y me sumerjo en una etapa nueva del franquismo. Muchas veces, con la distancia de los años, tendemos a la simplificación de las cosas y vemos el franquismo como un bloque homogéneo y compacto que quedó allí del pasado, como una cosa monolítica y única. Pero no fue así. El franquismo tuvo mucha evolución dentro. En 'El tiempo entre costuras' yo lo reflejaba como un movimiento casi militar, marcial, de ordeno y mando, con un gabinete de ministros que aparecían en todas las fotos como señores con gorra y galones. Ahora ya vamos viendo que el franquismo va evolucionando hacia otra cosa. Naciones Unidas y el mundo entero han dado la espalda al régimen de Franco y éste está intentando lavar esa cara. Para eso se va desprendiendo cada vez más de los falangistas y de los militares, ya no es un régimen tan cuartelero. Ahora están al mando otro tipo de personajes, como Diego Tovar, que es uno de los personajes de la novela. Es más sofisticado, de los propagandistas de Acción Católica. Siguen siendo muy conservadores, pero es otro tipo de personas distintas. En paralelo, quise reflejar una España empobrecida, hambrienta, desastrada, abandonada por el mundo, rota en su interior... una situación espantosa de la que, gracias a Dios, hemos logrado salir. 

"Eva Perón ha sido para mí un hallazgo"

P.- De todos los personajes reales, ¿cuál te ha atrapado más?

R.- Me ha gustado mucho explorar la figura de Eva Perón. A Evita la conocemos todos, es un personaje icónico que se ha mantenido a lo largo de las décadas, ya casi de los siglos. Pero fuera de Argentina se la conoce superficialmente. Sabemos de sus discursos, de su aspecto exterior, nos queda el reflejo de la Evita del musical con Madonna... explorar en ella, que sigue siendo un personaje muy relevante en Argentina, del que se investiga, se publica y se explora muchísimo. Me he sumergido en esto trabajando con un material de la gente que la idolatra y de la gente que la detesta. He intentado encontrar ese punto medio, ese equilibrio. Para mí ha sido un hallazgo. ¿Qué había en esa mujer, tan joven, tan poco preparada, tan primaria en muchas cosas? Ella sola, sin influencia externa, construye un discurso muy sólido y solvente, se lanza a venir a España cuando era una chica sin ninguna experiencia vital y España se rinde a sus pies. Cómo ella comete la osadía de dejar a Franco plantado, de llegar tarde cuando le apetece o de hacer de su capa un sayo en según qué momentos, diciendo lo que nadie espera que diga. Me parece un personaje muy audaz para el momento. No sé si la palabra es complejo, pero muy carismático en cualquier caso. 

"Mujeres fuertes, talentosas y con garra ha habido toda la vida"

P.- Todas tus novelas están protagonizadas por mujeres fuertes y valientes. ¿Hay algún afán reivindicativo?

R.- Es un afán reivindicativo, pero dentro del orden de lo natural. Tampoco intento forzar las cosas para que las mujeres sean unas mega-heroínas. El mundo de las mujeres siempre ha estado lleno de heroínas, grandes y pequeñas, privadas y públicas. Lo que pasa es que muchas veces, el paso a ser conocidas por todos no se ha llegado a dar. Mujeres fuertes, talentosas y con garra ha habido toda la vida. Algunas no se han movido de su casa siquiera. Más que impostar ese tipo de mujer lo que yo hago es una especie de reconocimiento y no lo hago arrastrada por el Me Too y por esta nueva ola de feminismo que estamos viviendo. Cuando yo escribí 'El tiempo entre costuras' hace 12 años todavía no estaba de moda, el feminismo estaba allí, por supuesto, pero no estaba tan de moda la reivindicación de la mujer y el empoderamiento. Esa palabra creo que todavía no había entrado en nuestros oídos. Yo ya trabajaba y quería mostrar este tipo de mujeres. Ahí están. No pretendo subirlas al pedestal para que las admiremos, simplemente un reconocimiento a esas grandes mujeres que siempre han estado ahí.

P.- ¿Estás metida en algún proyecto nuevo?

R.- No me ha dado tiempo. Entregué el manuscrito a finales de diciembre, justo antes de Navidad y en lo que llevamos de año ha sido correcciones, la puesta a punto, los remates de última hora... No ha habido ni un solo minuto libre.

"Me abro las venas si tengo que volver a la pandemia en la ficción"

P.- ¿Te imaginas ambientando una novela en el escenario de la pandemia?

R.- No. En absoluto. Gracias. Yo lo que quiero es que salgamos de aquí. Me abro las venas si tengo que volver a la pandemia en la ficción. Daría lugar para mil historias, de todo tipo, pero nos ha destrozado a todos por dentro. Precisamente por eso no me interesa revisitarlo en forma de ficción. Seguro que surgen muchas novelas fantásticas con todo esto, pero no creo que yo esté entre ellas.

P.- ¿Es este el adiós definitivo de Sira?

R.- No tengo la menor idea. La novela termina de tal manera que puede ser un adiós digno, para siempre, o igual como enlace a una nueva aventura. Ahora mismo te soy 100% sincera, no tengo la menor idea de qué va a pasar con Sira. Ya veremos. Vamos a dejar que vuele esta novela y ver qué aceptación tiene. A partir de ahí ya iremos tomando decisiones.

¿Habrá serie? "De momento dejemos que lo disfruten los lectores y que la novela siga su camino. Más adelante pues... seguramente sí"

P.- ¿Planes de volver a hacer una serie, con esta segunda parte? ¿Hay alguna propuesta sobre la mesa?

R.- Hay interés. Ya me lo han mostrado, pero yo no quiero mover de momento nada. Acabamos de estrenar 'La Templanza' en Amazon Prime, que es una adaptación de mi novela de 2015 y está en marcha también otra adaptación de 'Las hijas del capitán', que es mi novela de 2018. De momento, no tengo interés en darle esa inyección a Sira, ese empujón hacia arriba que llegue a las pantallas. Pero supongo que sí, antes o después llegará. La experiencia de 'El tiempo entre costuras' fue fantástica y estamos en un momento muy dulce para que fluyan novelas y series. Así que algo habrá. De momento dejemos que lo disfruten los lectores y que la novela siga su camino. Más adelante pues... seguramente sí.