La pandemia de coronavirus ha provocado que muchas familias de Madrid y Barcelona hayan cambiado su lugar de residencia por ciudades menos pobladas, perdiéndose en las dos principales capitales un total de 59.750 habitantes en 2020, según datos extraídos de la Estadística de Variaciones Residenciales del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El éxodo ha sido mayor en Madrid, una provincia que ha perdido 38.240 residentes, que han elegido otros lugares del territorio nacional. La cifra  no tiene precedentes desde que el organismo comenzara a publicar esta serie en 1998.El impacto de la pandemia también se ha notado en Barcelona, de la que se han marchado 21.510 personas, según los últimos datos publicados por el INE y adelantados por 20 Minutos.

¿A dónde van?

De entre las 10 provincias que más residentes interiores han ganado en relación al tamaño de su población, seis limitan con Madrid o Barcelona. Estos lugares han acogido 29.144 nuevos habitantes, aproximadamente la mitad de todo lo que han perdido las dos principales capitales juntas. Toledo (8.094), Guadalajara (4.142), Ávila (1.970), Segovia (1.300) y Cuenca (1.099) han recibido buena parte del flujo de madrileños salientes (el 43,4%), mientras que a Tarragona (6.154), Girona (4.719) y Lleida (1.666) ha arribado el 58,3% de barceloneses.

De las 50 provincias y dos ciudades autónomas en que se divide España, solo 12 han perdido población hacia otras, y Madrid y Barcelona representan el 84% de ese trasvase.

Valencia y Sevilla no dejan de aumentar su población

Valencia, la tercera provincia más poblada de España, ha sumado su sexto año consecutivo recibiendo más habitantes que los que se han marchado a vivir a otras partes del territorio nacional y cuenta con 3.785 residentes más que en 2019, aunque la cifra bajó algo respecto a la del año anterior (3.900 personas). En cualquier caso, es la sexta provincia que más flujo migratorio interior ha recibido.

Sevilla, la cuarta provincia del país por volumen de población con casi dos millones de habitantes, recibió más residentes de los que perdió por primera vez desde 2011. La pandemia no ha frenado la tendencia a la recuperación de Sevilla, que ha pasado de perder 3.000 habitantes en 2017 a ganar 432 en 2020.

La llegada de extranjeros no cesó

A pesar de la frenada de viajes desde el extranjero, España cerró el año pasado con un saldo migratorio exterior positivo, cuando se instalaron en España 252.393 personas procedentes del exterior, más de las que abandonaron el país, lo que supone prácticamente la mitad del saldo de 2019 (528.093).

En 2020 fueron muy pocos los españoles retornados del extranjero y el INE registró 2.213 personas más de las que se fueron, un 79,4% menos que en 2019 cuando la cifra de retornos superó en 10.744 a la de salidas.