Ocho residentes de la ciudad de Barcelona, cuatro mujeres y cuatro hombres, se han agrupado para patrullar el metro en turnos de mañana, tarde y noche, con el objetivo de identificar a carteristas y así evitar robos.

Esta peculiar iniciativa ciudadana tiene su inspiración en “Los Ángeles Guardianes de Nueva York”, unos patrulleros del metro neoyorkino que comenzaron su actividad en los años setenta para combatir los innumerables actos delictivos del suburbano de su ciudad.

En Barcelona se inició a través de las redes sociales. Los vecinos del centro de la ciudad comenzaron a informarse unos a otros de los hurtos (que aumentaban cada día) utilizando un grupo de Facebook. Actualmente ese grupo cuenta con más de 5.500 miembros y su nombre es Residents Organization Against Robbery, siendo sus siglas ROAR, que en inglés significa rugir.

El objetivo de ROAR no es hacer el trabajo de la policía, ya que no se encargan de detener a los carteristas, sino que lo que buscan es visibilizar el problema, mostrar públicamente la cara de los ladrones, utilizando silbatos, pancartas y grabándolo con el teléfono móvil.

Los turistas, el blanco perfecto

La mayoría de los carteristas prefieren robar a turistas ya que piensan que llevarán dinero en efectivo y que, con toda probabilidad, no denunciarán el delito.

Pero, en muchas ocasiones, los cacos del suburbano barcelonés confunden a extranjeros que trabajan y viven en la ciudad con los excursionistas. Lo que conlleva que sean víctima de este tipo de delincuentes en más de una ocasión.

La solución

Según ROAR, la única solución posible es la modificación del Código Penal, y de esta forma se castiguen más contundentemente los delitos de hurto.

Ya que en 2017 el Tribunal Supremo dejó sin efecto el artículo 235.1.7 del Código Penal que trata la multirreincidencia. Dejando así a los pasajeros del metro indefensos ante carteristas que se creen ‘intocables’.

Según cuentan víctimas y patrulleros, los ladrones se llegan a poner violentos, llevan armas blancas y no dudan en plantar cara, ya que creen que no les va a pasar nada.

Las cifras asustan

El 60% de los delitos que se cometen en Barcelona son hurtos, y un 28% de ellos se producen en el transporte público.

Un transporte público que acaba resultando poco seguro para sus pasajeros. Y aunque desde Transports Metropolitans de Barcelona aseguran que son conscientes de la iniciativa ciudadana antihurto, desaconsejan esas prácticas y consideran que con sus estrategias de prevención a través de mensajes por megafonía y otros canales, son suficientes.

La recomendación de los Mossos

Los Mossos d’Esquadra alertan de la peligrosidad de la actividad de la patrulla, aunque la valoran positivamente.

Recomiendan no acorralar a los carteristas porque estos pueden reaccionar de manera imprevisible y agredir a los patrulleros. Y aconsejan informar de la presencia de ladrones en los vagones tanto a pasajeros como al personal de seguridad y, acto seguido, ponerse en contacto con emergencias a través del 112.

Además, recuerdan de la existencia de una unidad policial especializada que organiza patrullas por el metro cada semana.