El Gobierno de España, en aras de mejorar la calidad de vida y la protección de los animales, impulsó a principios de agosto la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, con la cual se endurecen las penas por maltrato y abandono.
La idea de que los casos de abandono se producen más en la temporada de verano está muy extendida en nuestro país. Sin embargo, según refleja el último estudio de la Fundación Affinity, con datos de 2021, “no existen grandes diferencias” entre las distintas estaciones, ya que los principales motivos por los que se produce este fenómeno se debe, en un 21%, a camadas no deseadas, en un 13% problemas de comportamiento del animal o por pérdidas de interés en él; mientras que, en menor medida, se produce por cuestiones económicas, alergias o falta de tiempo.
Atendiendo al lado más positivo, 285.000 perros y gatos fueron recogidos por protectoras el año pasado, “el equivalente a 3,5 estadios de fútbol de 80.000 plazas”. Hasta 168.000 perros fueron recogidos de las calles -un 3,5% más respecto al año anterior- y 118.000 gatos -un 5% menos-. Por suerte, el destino de estos animales suele ser en más del 50% los hogares, siempre a través de la adopción, una cifra récord en “muchos años”, resultando el 90% de ellas exitosas.
El papel de las protectoras
A pesar de que la plena responsabilidad de los cuidados que precisa un animal doméstico repercute en sus dueños, las protectoras alzan la voz para reivindicar que, por un lado, este es un paso más, pero el camino aún es largo; mientras que, por el otro, la clave está en la responsabilidad individual y la educación.
“La gente no sabe qué es una protectora y, por el mero hecho de serlo, creen que tenemos la obligación de recoger a todos los animales que los particulares quieren abandonar”, condenan desde ACUNR: Animales con un nuevo rumbo en conversaciones con ElPlural.com, una organización conformada por voluntarios que se dejan la piel para ayudar a animales “en situación de desamparo”.
Por su parte, desde Animal Rescue España, además de dar una segunda vida a animales abandonados o maltratados, ponen el acento en otra cuestión igual de primordial: “Nuestra misión no se basa solamente en su rescate y cuidado, creemos que es también fundamental la concienciación social para conseguir avanzar en el respeto de sus derechos”, defienden.
Y es que todas las protectoras consultadas por este medio ven con buenos ojos la ley impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, liderado por Ione Belarra: “Los animales comienzan a ser considerados seres sintientes y, en consecuencia, merecedores de derechos y leyes que los protejan ante el maltrato y la falta de cuidados. Los animales en este país están realmente desprotegidos y necesitan leyes que los protejan y que reconozcan sus derechos”, esgrimen.
Para una de las fundadoras de La Gatoteca, el conocido espacio para los amantes de los gatos y el café en pleno corazón de Madrid, la llave de la protección de los animales está en la legislación y el apoyo de las administraciones como en la educación de la población. “Todo lo que sea un avance como es una ley, además a nivel nacional, es una muy buena idea”, celebra.

Gatos rescatados por La Gatoteca (Madrid). Foto: Marta Alberca.
“El abandono se produce por falta de concienciación social”
Tener una mascota en casa, sea un perro, un gato o un pequeño roedor, trae consigo unas responsabilidades que no deben descuidarse; unas tareas imprescindibles que, de no cumplirse, se recurre a medidas drásticas para el animal. “El abandono se produce por falta de concienciación social. Hay veces que los animales se adquieren por capricho, en verano sobran y son simples objetos, desechados”, condenan desde Animal Rescue.
Ante tal situación que se repite año tras año, desde ACUNR apunta a que el problema no es solo por falta de educación o concienciación, sino también de información: “En estas fechas recibimos muchísimos mensajes con excusas de diversa índole como ‘no puedo mantener a mi animal’, ‘nos separamos y no podemos hacernos cargo’ o ‘nos ha dado alergia’", reflejan.
Para evitarlo, y coincidiendo con las directrices que marca el Ejecutivo de Pedro Sánchez en la ley, estas organizaciones ya impulsan desde hace años cursos orientativos a aquellas personas que van a adoptar. “Para nosotros es un filtro. Es necesario realizar un curso de cinco horas antes de que el animal entre en la casa, para que el adoptante tenga unas nociones básicas para cuidarle bien. Los gatos prestan atención, tienen un sistema emocional, pueden enfermar tanto físicamente como emocionalmente. Cuando el animal produce problemas o conlleva mucho más trabajo, en el caso de gente irresponsable, es cuando se genera ese conflicto”, explican desde La Gatoteca.