El pasado jueves conocimos la sentencia contra La Manada, una polémica pena de 9 años por abuso sexual, no por violación. Pero también conocimos el nombre y las ideas de un magistrado que es hoy el centro de la polémica: Ricardo Javier González.

Este juez emitió un voto particular en el que, directamente, se criminalizaba a la víctima de La Manada y se buscaba la absolución de los cinco acusados asegurando que lo que se vivió en el portal durante los San Fermines de 2016 no fue una violación en grupo, sino una “ambiente de jolgorio” en el que la víctima se excitó sexualmente.

Pero parece que este voto particular en uno de los casos judiciales más impactantes en los últimos años y que más ha removido conciencias y protestas en las calles de medio mundo, no es el único punto negro, o al menos borroso, en la carrera del magistrado.