Las muertes en España aumentaron un 10% durante los primeros seis meses de 2012 en relación al mismo período de 2011, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). A falta de cerrar los datos totales del año, ya se sabe que la evolución demográfica en España presenta un panorama muy negativo: cada vez hay menos nacimientos, una población más envejecida, llegan menos inmigrantes (jóvenes) por la crisis y muchos jóvenes españoles se ven obligados a marcharse por falta de oportunidades laborales.

El Noroeste español: envejecido y despoblado
Asturias, Galicia y Castilla y León son las Comunidades Autónomas que tiene las tasas de mortalidad más altas, también porque tiene la población más envejecida y con menos inmigrantes. En Asturias la tasa de mortalidad fue de 12,5 fallecidos por cada mil habitantes, mientras en Galicia y Castilla y León es de 11,5%.

El INE ha registrado en el primer semestre de este año 217.017 fallecimientos, mientras que en todo el 2011 murieron 386.017 personas. Desde el año 2009 cada vez nos acercamos más a la barrera de 400.000 defunciones al año, cifra nunca alcanzada.

La buena noticia: aumenta la esperanza de vida
El magnífico sistema de sanidad pública -que ahora el PP quiere cargarse en Madrid y Valencia- el clima y la dieta mediterránea han convertido a España en el segundo país del mundo con una esperanza de vida más larga, solo superado por Japón. En 2011 la esperanza de vida al nacimiento ha superado por primera vez en la historia los 82 años. Las mujeres viven más, con una esperanza de vida de 85 años, mientras que la de los hombres se sitúa en los 79.

Menos nacimientos con madres más mayores
La crisis ha golpeado duramente la decisión de las mujeres o de las parejas de tener hijos. Y las dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar provocan que las españolas cada vez retrasen más la edad para tener su primer hijo.

En 2011 el número de nacimientos en España se redujo un 3%, la media de hijos por mujer también ha bajado de 1,5 a 1,3, y la edad media a la maternidad se elevó hasta los 31,5 años, una de las más altas de Europa.