Un ambiente gélido y lluvioso, con muchas opciones a que los calcetines se calasen, pero los paraguas inundaron las calles de Madrid (en más de un centenar ciudades españolas se producían manifestaciones en defensa del sistema público de pensiones), con un recorrido desde la Plaza de Sol hasta la Plaza del Museo Reina Sofía. "Blindemos las pensiones en la Constitución", es lo que reclamaba la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones (MERP) y otras 250 organizaciones. Se pretende la reforma de la Constitución por ello.

"Sólo queremos que nuestros hijos y nietos tengan también unas pensiones dignas. Estamos aquí para defender las pensiones en la Constitución y su blindaje. No pararemos hasta que lo consigamos, qué se enteren todos los políticos. El Gobierno tiene que dimitir porque nos está llevando a la ruina. Todos los españoles debemos de saber a quién tenemos que votar la próxima vez", declaró a los periodistas Maribel Mesón, como una de las portavoces, en la cabecera. Para los organizadores, no es suficiente que las pensiones estén en la Constitución como un derecho condicionado al legislador. "Las pensiones tienen que ser un derecho fundamental recogido en la Constitución y que además se prohíba explícitamente la privatización y degradación del poder adquisitivo. Hoy es el día de la unidad en defensa de las pensiones", completaba Joanen Cunyat, otro miembro de la portavocía de la MERP.

 

El "pensionazo"

Los carteles mostraban la existencia de un "pensionazo" y acusaban al PP de mentir. "Su botín es mi crisis. Sin pan, no hay paz", se podía leer en algunos. El grito más escuchado, el más enérgico, fue "Más pensiones, menos ladrones". El tema de la corrupción era un elemento inspirador para las consignas. Una, bastante lanzada, comparaba a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, con Vito Corleone, el protagonista de El Padrino. "Rajoy, escucha, devuélvenos la hucha", le increpaba el Movimiento Feminista de Madrid.

"Nos habéis robado lo nuestro cotizado" y "ladrones", salía de muchas bocas. "Estamos hasta las narices de los sinvergüenzas de los políticos que tenemos en este país. Con la mitad de los políticos que hay, tendríamos suficiente para pagar las pensiones", señalaba un hombre a El Plural, en clara alusión a la corrupción.

Desde un balcón, en la calle de Atocha, unos jóvenes intentaron provocar a la comitiva con vivas al PP y a España y exhibiendo una bandera de España como si fuera un insulto. Pocos se pararon a responder. Los que lo hicieron les llamaron "fascistas", "hijos de puta", "maricones" y "sinvergüenzas". Les invitaban a bajar y les silbaban. Si bien, la marcha continuaba sin más altercados. Un señor decía que España estaba en el corazón y no en la bandera.