Juan Carlos I sigue estando rodeado de polémica y un año después de irse a Arabia Saudí, las acusaciones respecto a una posible fortuna que el padre del rey Felipe VI podría tener fuera de España.

Pero el rey emérito no actuó para sus fines personales desde fuera del país que reinó. Según revela Público, también habría utilizado Patrimonio Nacional para costear los lujos de sus amantes y los gastos que tenía en sus viajes, con sus yates o mientras residía en alguno de sus palacios.

Aunque el mismo medio informó de que Juan Carlos I obtuvo un "regalo puro" por valor de más de 64 millones de euros y que no llegó a tributar, tal y como obliga el Impuesto de Donaciones, las exenciones en los pagos de impuestos no quedaron ahí.

El rey emérito disfrutó de Patrimonio Nacional para costear sus viajes personales, sus yates, sus palacios y los lujos de sus amantes. A pesar de ingresarlos en el organismo público, los terminaba utilizándolo él.

De esa manera, Juan Carlos I pagaba con tal organismo sus lujos: sus dos yates, Fortuna II y Fortuna III, la colección de más de 70 coches de lujo, relojes de altísimo precio, motos exclusivas. Algo que podría superar, en valor, los 100 millones de euros.

El padre del rey Felipe VI no solo pagaba sus gastos, también hacía lo propio con los de algunas de sus numerosas amantes. Tal y como señala Público, Marta Gayá, Bárbara Rey y, sobre todo, Corinna Larsen, recibieron regalos del ex monarca pagados con Patrimonio Nacional.

Ejemplo de ello es la reforma integral de la casa que Corinna Larsen obtuvo en 2008 en la finca La Angorrilla, en el monte de El Pardo, a unos 19 kilómetros de la Zarzuela. Todas las mejoras del domicilio fueron sufragadas por el organismo público.