Es más que curioso que siendo los jóvenes el sector de la población con más conocimiento e información sobre el mundo digital, también sean estos quienes dan más verosimilitud y credibilidad a las falsas noticias y a los bulos.
Al mismo tiempo, y tal vez de manera inconsciente, son los mayores propagadores de las fake news como consecuencia de lo explicado anteriormente. A cada noticia relevante y destacada, le sucede una avalancha de bulos en las redes que, multiplicada exponencialmente, acaba permeando en numerosísimos seguidores. Es parte del funcionamiento del bulo.
Muy próxima tenemos la experiencia de lo acontecido durante la DANA desde el mismo día 29 de octubre. Las redes prácticamente se colmataron de falsas noticias que acusaban a la AEMET o que hablaban de la muerte de miles de personas. Si eso se produce en un momento tan trágico y luctuoso, habrá que replantearse cómo evitarlo en el día a día, porque no podemos olvidar que el objetivo de los creadores de bulos y de sus cómplices difusores, es la de transformarnos a la mayoría de los internautas en herramientas de difusión.
Un nuevo estudio científico señala como los más propensos a creerse los bulos en Internet, a asumir el discurso de influencers y conspiranoicos que aprovechan las redes sociales, son buena parte de los jóvenes de nuestra sociedad.
Nativos digitales, pero sin pensamiento crítico en internet
Se trata del ICILS, un estudio internacional sobre competencia digital (International Computer and Information Literacy Study, en inglés). Este informe muestra las altas competencias digitales que tienen los adolescentes españoles de la Gen Z, pero, a la par, subraya la falta de pensamiento crítico y creatividad que facilita su creencia en los bulos de Internet. La situación llega hasta el punto de que a los adolescentes actuales, se les hace complicado diferenciar entre lo real y lo falso mientras se informan en redes sociales.
Este estudio que recoge Nobbot (una plataforma de contenidos de Orange en la que se da cuenta de avances y tendencias tecnológicas aportando un matiz social y humano), llega a unas conclusiones pesimistas en relación a los adolescentes y su permeabilidad ante las llamadas fake news y los discursos interesados.
A pesar de qué el ttabajo elogia a los estudiantes de la Generación Z por poseer “altas competencias” en el uso de herramientas digitales, también llega a la preocupante conclusión de que cuando se trata de usar el pensamiento crítico y la creatividad, los niveles de capacitación son “bajos”.
El texto señala que “3 de cada 4 estudiantes no tienen la capacidad suficiente y necesaria para discernir lo verdadero de lo falso”. Según esta plataforma de contenidos de Orange, se trata de una afirmación, cuando menos dura, que además se cumple en los adolescentes de todos los países analizados. “Incluso en Corea, que es el que más despunta en ICILS”, ha indica Héctor Gardó, director de Equidad Digital de la Fundació Jaume Bofill.
La pregunta clave, por tanto, sería: ¿por qué los jóvenes se creen más los bulos en internet? A esta cuestión que formula el informe, la respuesta es contundente: Da igual el lugar, el sitio, el continente o qué país imaginemos, los miembros de la Gen Z se informan casi exclusivamente en redes sociales.
Las herramientas a través de las que se transmiten y luego, difunden estas noticias, funcionan con mecanismos vertiginosos. Las plataformas más destacadas son TikTok e Instagram. A estas hay que sumar otros medios para colocar los mensajes que luego se hacen virales, como los canales y los grupos de WhatsApp. Estas herramientas supuestamente de comunicación, literalmente han sustituido a los informativos de televisiones y radios y a los contenidos de los periódicos tradicionales, pero además han llegado a debilitar enormemente la prensa digital.
Esta Generación Z afirma que no lee noticias, pero, lo cierto es, que los vídeos y audios que consumen en redes sociales les suministra esa información -o desinformación- oculta o disimulada bajo el manto de contendidos de ocio, entretenimiento, música y otros.
Este informe asegura que si a esto le unimos la falta de fuentes reconocibles en redes sociales, el resultado es un mensaje que hemos visto, sin recordar bien dónde o cómo, sin fiabilidad en el emisor, pero que se repite una y otra vez al haberse convertido en viral.
Generación Z y bulos: el 90% se informa solo por redes sociales
Otro estudio del que se hace eco Nobbot, pertenece a la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Versa sobre los estudiantes de las 34 facultades de comunicación que existen en nuestro país. El trabajo de la universidad barcelonesa revela que hasta los estudiantes de periodismo, quienes están llamados a ser un día los comunicadores de noticias, no son una excepción de esta generación joven, sino que también se informan solo por las redes sociales.
Las conclusiones del estudio destacan que el 90% de los estudiantes de periodismo o comunicación audiovisual reconoce que:
-Se informa visitando las redes sociales.
-No ve la televisión. Solo contenidos en plataformas de streaming.
-No lee noticias en medios de papel ni tampoco en periódicos digitales, aunque sí pueden leer una noticia de estos últimos medios si les aparece en su Instagram o Tik Tok.
Lo grave es que estos mismos estudiantes también reconocen y asumen estas limitaciones y la existencia de bulos en Internet. Proponen como solución paliativa que las universidades ofrezcan formación e impartan asignaturas específicas para poder aprender a luchar contra la desinformación. La realidad actual es pesimista para esa propuesta, ya que tan solo 4 de las 34 facultades objeto del trabajo, poseen este tipo de formación en sus planes de estudio.
Por último, otro dato preocupante de cara al futuro. Más del 70% los adolescentes de 1º y 2º de la ESO (entre 12 y los 14 años), ya tiene móvil y más de un perfil en diferentes redes sociales. La que manda entre la Gen Z y Alfa es TikTok. Y según este estudio de la Pompeu, el 20% de los contenidos de esta red tan popular esconde alguna información falsa.