El efecto que los medicamentos tienen sobre nuestro organismo no solo depende de la dosis en la que se administran. Se producen interacciones entre ellos, conocidas muchas y otras difíciles de determinar, pero también con los alimentos que ingerimos.
Determinadas comidas y bebidas pueden potenciar, reducir e, incluso, anular la acción del fármaco. Tenerlo en cuenta es importante, sobre todo, si se trata de medicaciones que se toman de forma crónica. "En estos casos, debemos consultar con el médico o el farmacéutico cómo debe ser nuestra dieta para evitar problemas y garantizar la eficacia del tratamiento", advierte Carmen del Campo, vocal de Alimentación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, doctora en Nutrición y coautora de la guía Interacciones entre alimentos y medicamentos.
La revista Consumer ha hecho un listado de los medicamentos que se consumen con más frecuencia y los alimentos que pueden afectar a sus efectos.
ANALGÉSICOS (PARACETAMOL): Aunque se puede administrar en cualquier momento del día, si se toma en ayunas la velocidad de absorción es mayor, por lo que el efecto es más rápido. Por el contrario, si es toma con alimentos ricos en pectinas (un tipo de fibra), como algunas frutas, o con alimentos muy grasos se puede retrasar el vaciamiento gástrico, lo que hace que el medicamento llegue más tarde al intestino delgado. Eso puede hacer que el paracetamol tarde más en hacer efecto, pero no reduce su eficacia.
ANTIINFLAMATORIOS (IBUPROFENO): A la hora de tomar un antiinflamatorio lo más importante es evitar el alcohol, dado que este puede dañar la barrera protectora del estómago. Es aconsejable también evitar las especias y los encurtidos, porque pueden irritar la mucosa gástrica.
ANTIHIPERTENSIVOS: Lo ideal es tomar en ayunas los fármacos para controlar la presión arterial alta, ya que ciertos alimentos pueden afectar a su eficacia. El pomelo, potencia el efecto de algunos de estos medicamentos (amlodipina, felodipina y nifedipina), aumentando el riesgo de bajadas bruscas de tensión. La glicirrina presente en el regaliz, por el contrario, puede reducir la efectividad de este tipo de pastillas. Del mismo modo, es aconsejable tener cuidado con los alimentos ricos en potasio (plátanos, aguacates o espinacas),. Hipertensivos como la espironolactona y la eplerenona, pueden aumentar los niveles de potasio en sangre, lo que hace que, combinados con estas frutas y verduras incrementen el riesgo de hiperpotasemia, que puede afectar al ritmo cardiaco.
ANTICOAGULANTES (WARFARINA, ACENOCUMAROL, HEPARINA): Con este grupo de fármacos hay que tener especial precaución, advierte Del Campo, que recuerda que "tienen un estrecho margen terapéutico, lo que significa que una ligera modificación al alza o a la baja de la dosis puede provocar problemas". Es fundamental tener cuiddo con el alcohol, el zumo de arándanos y el ajo, porque en cantidades excesivas potencian el efecto anticoagulante, por lo que puede aparecer sangrado. Por contra, los alimentos ricos en vitamina K, como las verduras de hoja verde, el hígado o los fermentados, pueden reducir su efecto, ya que estos fármacos actúan inhibiendo la acción de esta vitamina.
ANTIBIÓTICOS: Si nos han recetado un antibiótico debemos leeer el prospecto y " seguir atentamente las instrucciones", apunta esta farmacéutica, que subrya que "algunos requieren que se tomen en ayunas, como la amoxicilina con ácido clavulánico (Augmentine), para disminuir el riesgo de diarreas". Otros, de uso frecuente, como el ciprofloxacino, muy utilizado para infecciones de orina, "hay que tomarlo siempre con alimentos", recalca. Las tetraciclinas, empleadas para tratar problemas de acné, interactúan con los alimentos ricos en calcio, como los lácteos, haciendo que ni unos ni otros se absorban y sean elminados con las heces. Por ello, es importante ni el fármaco este antibiótico al menos 1-2 horas antes o después de consumir productos lácteos. Lo mismo ocurre con los suplementos de calcio, antiácidos y alimentos muy ricos en hierro o magnesio.
COLESTEROL (ESTATINAS): "Los anticolesterolémicos deben tomarse por la noche, ya que es cuando el organismo realiza la síntesis de colesterol", precisa Carmen del Campo. Estos fármacos, además, funcionan mejor junto con una dieta equilibrada y "moderando el alcohol para reducir riesgos hepáticos", enfatiza. Los pacientes que siguen un tratamiento de estas características deben evitar el pomelo, porque inhibe la enzima CYP3A4 en el hígado, lo que puede aumentar los niveles en sangre de algunas estatinas –como atorvastatina, simvastatina y lovastatina–, y elevar el riesgo de efectos secundarios como dolores musculares y daño hepático.
DIABETES (METFORMINA): En las personas que toman metformina, clave en el tratamiento de la diabetes tipo 2, la alimentación es muy importante, ya que su absorción y tolerancia pueden verse afectadas por ciertos alimentos. Para reducir sus efectos secundarios gastrointestinales, se recomienda no tomarlo en ayunas. Para maximizar su efectividad, es aconsejable evitar carbohidratos refinados y azúcares, dado que pueden contrarrestar el efecto del fármaco y elevar los niveles de azúcar en sangre y decantarse por carbohidratos complejos (integrales, legumbres). A esto hay que añadir que el alcohol puede aumentar el riesgo de acidosis láctica, un efecto secundario grave de la metformina y que un consumo muy elevado de alimentos ricos en fibra puede reducir ligeramente su absorción.
LAXANTES (BISACODILO Y PICOSULFATO DE SODIO): El bisacodilo y el picosulfato de sodio pertenecen a los llamados laxantes estimulantes, que no deben tomarse con lácteos ni antiácidos, ya que estos pueden alterar el recubrimiento del medicamento. Esto podría hacer que el principio activo se libere antes de tiempo, causando irritación gástrica y reduciendo su efectividad. Se recomienda esperar al menos una o dos horas entre la ingesta del medicamento y el consumo de alimentos como leche, yogures o quesos.
ANTIASMÁTICOS (BRONCODILATADORES): Los broncodilatadores, como la teofilina, utilizada en el tratamiento del asma y la EPOC, pueden experimentar interacciones si los tomamos al mismo tiempo que los asados de carne. La carne asada, especialmente cuando se cocina a altas temperaturas, puede estimular la actividad de algunas enzimas hepáticas, lo que acelera la eliminación del medicamento del organismo, reduciendo su eficacia. La cafeína, por su parte, puede provocar efectos estimulantes acumulativos, es decir, hacer que aumenten efectos secundarios como nerviosismo, insomnio, palpitaciones o malestar gástrico.
HORMONAS SINTÉTICAS (LEVOTIROXINA): La levotiroxina es una hormona tiroidea sintética que se utiliza para tratar problemas como el hipotiroidismo. Debe tomarse en ayunas para asegurar una correcta absorción en el intestino y hay que evitar mezclarla con alimentos ricos en fibra, hierro o calcio. Su ingesta debe separarse más de una hora con respecto a la toma del fármaco, y en el caso de los suplementos de hierro, calcio o magnesio el intervalo de tiempo ha de ser de, al menos, cuatro horas.
ANTIARRÍTMICOS (DIGOXINA): La digoxina, se absorbe mejor con el estómago vacío. Asimismo, como los alimentos ricos en fibra y salvado y ciertas frutas y verduras pueden dificultar su absorción se aconseja tomarla al menos dos horas antes o después de comidas. Se deben evitar los lácteos y los suplementos de calcio, puesto que el exceso de este mineral puede potenciar el efecto de la digoxina y hacer que aumente el riesgo de toxicidad, provocando síntomas como náuseas, vómitos y alteraciones en el ritmo cardiaco. El regaliz negro (con glicirricina) puede reducir los niveles de potasio en sangre y hacer que el corazón sea más sensible al fármaco, así como incrementar el riesgo de efectos secundarios. Por último, se recomienda huir de los alimentos ricos en potasio, como plátanos, espinacas y aguacates, ya que la digoxina puede disminuir los niveles de potasio, aumentando el riesgo de efectos adversos, especialmente en pacientes que toman diuréticos.
PSICOFÁRMACOS: Son varios los psicofármacos que pueden verse afectados por el consumo de pomelo debido a su capacidad para inhibir la enzima CYP3A4, responsable de metabolizar muchos medicamentos. Esto puede causar un aumento de los niveles plasmáticos de los fármacos e incrementar el riesgo de efectos secundarios. Es el caso de las benzodiacepinas (como el midazolam y el triazolam); los antidepresivos ISRS, como el Prozac; los antipsicóticos, como la quetiapina y la clozapina; los antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina, y los antipsicóticos atípicos, como el aripiprazol y la olanzapina.