​Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo occidental. No obstante, pese a esto, la tasa de muerte en España es menor que en otros países. Está sustancialmente por debajo del Norte de Europa, Reino Unido o Estados Unidos, debido a aspectos como la alimentación, la reducción del tabaquismo, el mejor control de la hipertensión, e, incluso, a factores genéticos.

Y es que si bien, el riesgo cero no existe, controlar las causas que aumentan las probabilidades de sufrir un infarto lo reduce notablemente.

“No se puede controlar la edad, el hecho de ser varón o factores genéticos que aún no hemos sido capaces de determinar ”, apunta el Dr. Felipe Navarro, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital General de Villalba (Madrid). Sin embargo, sí otros aspectos como “el colesterol, la hipertensión arterial, la diabetes y el tabaquismo, lo cual, sumado a hacer una vida activa, con ejercicio físico adaptado a la edad de cada uno, disminuye de forma muy importante el riesgo”.

Ante la duda, consultar

Del mismo modo, al igual que prevenir puede salvarnos la vida, también puede hacerlo actuar a tiempo. “En pocos cuadros clínicos el tiempo es más crucial que en la atención médica de un infarto”, remarca el Dr. Navarro.

La sintomatología más común incluye presión en el pecho que irradia a las extremidades, la espalda, el cuello o el brazo izquierdo, mareos o desmayos, náuseas, sudor, palidez, dificultad para respirar o alteraciones en los latidos del corazón. Esa es la manifestación más común. Sin embargo, en algunos casos de personas mayores o mujeres, la manifestación es menos típica. “Se presenta como un malestar general o dolor abdominal”. Incluso, en ocasiones, “hay dolor en el brazo derecho, en lugar de en el izquierdo, lo que lleva a muchos pacientes a descartar el infarto”, apunta este especialista.

En caso de duda, siempre es mejor acudir a un servicio de urgencias. “Un electrocardiograma es una herramienta fundamental para poder diferenciar qué cuadros de dolor torácico o de malestar general son de infarto de aquellos que no lo son”, precisa el Dr. Navarro.

Es importante concienciar a la población de que cada media hora que pasa, el riesgo de complicaciones graves e, incluso, fatales aumenta exponencialmente”, alerta. “El tiempo en el infarto es vida”, resume.

“Lo que nosotros podemos hacer y los resultados que vamos a obtener son mucho menores si el paciente llega seis horas después de empezar a sentir dolor que si llega en la primera hora”, subraya.

Aunque hay infartos que se manifiestan como muerte súbita, es importante tener en cuenta que esto ocurre en menos del 10% de los casos. En estos pacientes, como consecuencia de la oclusión de la arteria, “se produce una inestabilidad eléctrica del corazón, una arritmia, que es la que realmente le mata”, explica el jefe del servicio de Cardiología del citado centro, quien aclara que esto también puede ocurrir en la primera, segunda o tercera hora del infarto. Sin embargo, “si ya se está en un hospital, resolverla con un desfibrilador es muy fácil”.

Dr. Felipe Navarro

La angioplastia primaria

El infarto se produce porque se deposita grasa en una arteria coronaria, una de las que nutren el corazón, y acaba obstruyéndola. En ocasiones, incluso, se forma un trombo sobre esa grasa.

La interrupción del flujo de sangre puede ser completa o no y “eso es lo que diferencia los infartos con elevación del Segmento ST , lo cual se detecta en el electro.

La medicación que se pauta es la misma en todos los tipos de infarto. “Se centra en limitar los daños y diluir el trombo”, matiza el Dr. Navarro. Pero, la urgencia con la que hay que practicar el cateterismo que se suele llevar a cabo como tratamiento, viene determinada por ese aspecto.

Cuando hay elevación del Segmento ST hay que actuar de inmediato”, subraya.

Para esto está diseñado el programa de angioplastia primaria con el que cuentan la Comunidad de Madrid y muchas otras regiones. Esta estrategia ha demostrado ser la mejor y más eficaz para este tipo de infarto.

En estos casos “un trombo obstruye la circulación coronaria del músculo cardiaco y genera una necrosis en las células del miocardio como consecuencia de una isquemia prolongada”, relata el Dr. Navarro. La angioplastia primaria consiste en la “dilatación de la arteria en la fase aguda del infarto con el fin de limpiar el trombo que la obstruye y facilitar la circulación sanguínea lo antes posible”.

De este modo “se reduce el daño sobre el músculo cardiaco y se mejora la supervivencia y calidad de vida del paciente”, insiste.

Completa asistencia para el diagnóstico y el tratamiento

El Hospital General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública madrileña, cuenta con personal médico especializado y permanentemente disponible para la realización de este tipo de procedimiento.

Del mismo modo, dispone de otras muchas técnicas que permiten ofrecer una "muy amplia y completa" atención en esta especialidad, lo que ha hecho que se reduzca la necesidad de derivar a los pacientes a otros centros.

En lo que a pruebas diagnósticas se refiere, el centro realiza electrocardiogramas, ecocardiogramas transtorácicos y transesofágicos, pruebas de esfuerzo, Holter, monitorización ambulatoria de presión arterial (MAPA), cateterismos cardiacos y estudios electrofisiológicos.

Por otro lado, dispone de técnicas terapéuticas como la cardioversión eléctrica, el implante de marcapasos y desfibriladores, la ablación con catéter de arritmias cardiacas y la angioplastia coronaria programada.

A esta dotación tecnológica y de infraestructura se suma la humana. El equipo que lidera el Dr. Navarro está formado por cuatro cardiólogos clínicos, cuatro cardiólogos hemodinamistas, tres cardiólogos arritmólogos, tres enfermeras y un técnico de Radiología. “Esto nos permite ofrecer la mejor asistencia sanitaria en el diagnóstico y tratamiento de todo tipo de enfermedades cardiovasculares", concluye el responsable del servicio.