La noticia aterrizaba esta semana como una verdadera bomba de relojería: el fondo israelí Kohlberg Kravis Roberts -KKR- financia desde el pasado mes de enero grandes festivales de nuestro país entre los que destacan, por su habitual tónica protesta, el Viña Rock.
En los últimos años, la polémica ha crecido entorno al festival por estar en manos de una de las personas más poderosas del mundo, las acusaciones por presunta explotación a sus trabajadores e, incluso, ya en el aspecto puramente cultural, la falta de grupos femeninos en un espacio que aboga por el feminismo tanto encima como debajo de las tablas desde el momento mismo de su creación.
Sin embargo, sentirse respaldado económicamente por un magnate sionista es una línea roja demostrada después de las informaciones de El Salto que nadie o muy pocos parecen estar dispuestos a traspasar. Los comentarios por parte del público se han repetido en los últimos días con críticas muy encarecidas hacia la organización del evento que tiene lugar en Villarrobledo (Albacete) y que, se podría decir, inaugura la etapa festivalera; y los grupos, en un ejercicio de coherencia, han estado a la altura.
Apenas unos días después de tocar en el que para muchos es el escenario por antonomasia del rock pasado y presente de la escena estatal -por aquí han pasado Marea, Extremoduro, Fito, La Fuga, La Raíz, Zoo, Berri Txarrak, Desakato y un largo etcétera- las reacciones se han producido en cascadas, de manera que numerosos cantantes han rechazado volver al año que viene si la situación no se revierte. ElPlural.com ha podido hablar con algunos de ellos.
Los grupos, a ElPlural.com
“Ante la indignación y vergüenza mundial del genocidio que está perpetrando Israel contra el estado de Palestina, no queremos formar parte de festivales cuyos propietarios estén relacionados con entidades sionistas que colaboren de algún modo con la masacre de los palestinos y palestinas”, trasladan Los de Marras contundentes en declaraciones a ElPlural.com.
Los valencianos, que volvían después de varios años ausentándose de un espacio en el que siempre han sido habituales, defienden, como en sus canciones, que la música “debe servir para abrir mentes, curar heridas y alegrar el corazón. Nunca puede ir en beneficio de los que quieren destruir”.
En el mismo tono acceden a hablar para este periódico Dakidarría, una de las bandas de rock-ska por excelencia de Galicia y que lleva el gallego por bandera, tiene claro que seguir como si nada iría totalmente en contra de todo aquello que han defendido a capa y espada a través de la cultura. Si bien, dan un paso más allá y piden a otros estilos de música hacer lo propio.
“El boikot al Viña está siendo el más sonado porque muchos de los grupos que allí actuamos tenemos un discurso político pro Palestina, pero creo que debería hacerse extensible a otros muchos festivales que están en manos el mismo fondo de inversión”, sostiene Gabri Reigosa, vocalista y guitarrista de los de Pontevedra.
“Considero que es muy importante que otros estilos musicales que pueden llegar a otra gente también se posicionen, ya que puede caer toda la responsabilidad únicamente en las bandas con mensaje social y público cuando los derechos humanos no entienden de estilos musicales y, ante esto, público y artistas debemos responder con la máxima coherencia posible, ya que desde la cultura tenemos la oportunidad de dar un golpe en la mesa”, añade.
Nadie escapa al capitalismo, pero no queremos que paguen una entrada que financia directamente una barbarie
En sus declaraciones a este periódico, Reigosa pone voz por un momento a todos los que confían en cambiar un poco las cosas sabiendo de la imposibilidad de salirse del sistema. “Sabíamos que algunos festivales están en manos de fondos de inversión o de grandes empresas, sabíamos que colaboran a veces con marcas con política cuestionables y sabíamos que es una burbuja que no sabemos por dónde explotará”, reconoce.
“(…) Eso no difiere mucho de la realidad de cualquier trabajador o trabajadora de cualquier sector, pues vivimos en un mundo capitalista y sin escrúpulos”, asume. “Lo que no sabíamos hasta hace pocos días es que el fondo de inversión KKR estaba vinculado tan directamente con el sionismo y con el estado genocida de Israel”, asevera.
Asimismo, apostilla que la fuente que ha revelado la noticia es considerada por la banda “una de las pocas fiables en la realidad periodística actual”, lo que les motivó a ser “de los primeros en no dudar y hacer el comunicado”: “Somos conscientes de que, día a día, todas colaboramos de muchos modos con el capitalismo salvaje y, por lo tanto, en la masacre de Israel y de muchos otros pueblos, porque nadie escapa de la quema. Pero lo que no queremos permitir es que nuestras canciones llamen al público a pagar una entrada que financia directamente la barbarie”.
El resto de festivales involucrados son Arenal Sound, Sónar, O Son do Camiño, Brunch Electronik, Morriña Fest, Sonórica Festival, I Love Reggaeton, Madrid Salvaje, Caudal Fest, Love the Twenties, Love the 90s, Elrow Ibiza, Amnesia, Resurrection Fest, Elrow Town, FIB, Monegros, Brava Madrid, Interestealar, Festival de Les Arts, Tsunami Xixón o Granada Sound.
En el momento de publicación de estas líneas, son numerosos los artistas además de los que se han expresado para este periódico los que han solicitado a los espacios implicados dar marcha atrás si quieren continuar contando con su participación: Reincidentes, Fermín Muguruza, Porretas, Kaos Urbano, Sons of Aguirre, Boikot, Kaos Urbano o El Niño de la Hipoteca son solamente algunos de los que primeros en emitir su comunicado.
Ya lo dijo Mujica. “Yo me dediqué a cambiar el mundo y no cambié un carajo”. Y quién es el redactor de estas líneas para rebatir al gran Pepe (si bien, considera que siempre se puede -y se consigue- cambiar algo, aunque es verdad que a muy pequeña escala). Con lo que sí está completamente de acuerdo es con la segunda parte de aquella frase: “(En ese camino) Estuve entretenido. He generado muchos amigos y aliados en esta locura”.
Sin duda, el mundo de la música y los festivales en general y del Viña Rock en particular han sido ellos y ellas. La locura sigue, quien sabe si el camino para disfrutarla, a partir de ahora y respecto de este último, ha de ser otro.