Luis Miguel Lorente, al que la asociación Acción Cívica contra la Corrupción ha incluido entre sus socios destacados, lleva 15 años como policía nacional con una hoja de servicios intachable. Desde hace casi dos está al frente de la Agrupación Reformista de Policías (ARP), un sindicato que nació a finales de 2016 y que, desde su puesta en marcha, ha luchado por construir “la policía del futuro”, frente al modelo actual, que consideran “está obsoleto” y lleno de prácticas y privilegios que “es preciso desterrar”.

Entre las batallas que ha librado la ARP se cuentan la creación de un protocolo de la ciudadanía ante un ataque terrorista, la lucha por la equiparación salarial o la creación de una pasarela para los Mossos d' Esquadra, y decenas de denuncias, como la del uso indebido de las liberaciones para cursos de formación sindicales o la de posibles irregularidades en la concesión de medallas al mérito policial.

Están convencidos de que van “por el buen camino”, porque “empezamos a ser molestos”.

En los últimos meses han peleado duro contra la gestión del Comisario Provincial de Alicante, Alfonso Cid Alguacil, por la “falta de efectivos” y su “forma autoritaria de dirigir la comisaría”, y esto ha comenzado a pasarles factura, denuncian. Especialmente a Lorente, que el pasado 19 de septiembre, fue intimidado por un inspector que le mostró el revólver.

Pregunta: ¿Qué ocurrió?

Respuesta: Como coordinador de ARP, ese día recibí la visita de un inspector, designado por el propio Cid Alguacil. Vino amenazándome y buscando una confrontación que no consiguió. Tuvo una actitud inaceptable en lo que respecta a las normas de decoro. Intentó provocarme. Se quitó su arma, un revólver, un arma no reglamentaria del cuerpo, y dio un fuerte golpe en la mesa.  Se sentía vilipendiado por una información de un periódico que no tenía nada que ver conmigo y defendió la labor del comisario.

Pregunta: Lo hizo en presencia de varios testigos. Notificó lo ocurrido, pero, sin embargo, se le abrió también a usted un expediente. 

Respuesta: Si. Es la primera vez en 15 años que doy cuenta de un compañero. Intentó intimidarme y cometió un error. Si se hubieran tomado las medidas oportunas y él reconociera que se equivocó, todo hubiera quedado en un procedimiento interno de una comisaría. Pero no ha sido así y es inaceptable que el denunciante sea el denunciado. Es un ataque a la libertad sindical y al funcionamiento democrático que tiene que haber en una comisaría.

Pregunta: A ese expediente se acaba de unir otro, relacionado con un artículo que usted mismo escribió con el título 'Poli malo, bueno', muy crítico con algunos mandos, que se publicó en la sección de Opinión de Diario 16. 

Respuesta: Ahora se me acusa de repartir ese artículo de crítica sindical en dependencias policiales, aunque fuera en horario de descanso y sin afectar al servicio. 

Pregunta: ¿Qué repercusiones pueden tener para usted estas medidas? ¿Se ha planteado algún cambio en su actividad sindical?  

Respuesta: No. Nosotros no nos vamos a amedrentar por ninguna conducta inapropiada de este tipo. Vamos a seguir denunciando. Mi hoja de servicios es intachable. En mi carrera nunca se me ha abierto expediente alguno. He participado en muchas operaciones y estoy bien considerado en mi trabajo. Esto solo busca ensuciar mi hoja de servicios, pero no tengo problema en que este sea el resultado de mi actividad reivindicativa. No voy a dejar de hacer mi trabajo ni a permitir que se vulneren mis derechos. Si se mantiene el procedimiento en esta línea injusta, voy a ir a la instancia que sea necesaria, aunque sea fuera de la DGP.

Pregunta: ¿Cuándo empiezan los problemas con Cid Alguacil?

Respuesta: En un primer momento parecía que llegaba aquí para pasar su última etapa hasta jubilarse de forma tranquila, pero ha sido todo lo contrario, desde el principio. No se recuerda peor comisario. Es el más polémico, sin lugar a dudas.

Pregunta: Ya en otros destinos su figura estuvo rodeada de controversia. ¿No es cierto?

Respuesta: Sí. En Benidorm fue denunciado por utilizar funcionarios como camareros o emplear el vehículo oficial para irse a su domicilio. Es una persona que no es dialogante, no escucha y trata a los funcionarios de una manera inaceptable. Prueba de ello es que ha sido capaz de unirnos a todos los sindicatos y se ha pedido, incluso, su cese en el Consejo de la Policía.

Pregunta: La falta de efectivos en Alicante tuvo mucha trascendencia a nivel nacional por dos mediáticos casos, uno de ellos el de la conocida como ‘Viuda negra’

Respuesta: Claro. La falta de zetas del 091 quedó evidenciada tanto en ese caso como en del triple homicidio de un hijo a sus progenitores y su hermano. La gravedad en este último asunto fue tal, que llegaron los sanitarios antes que ningún indicativo policial. Y no llegó Policía Nacional, sino Local. De hecho, ellos, través de CCOO denunciaron que se les estaba mandando a servicios del 091. Tienen que dejar sus propias funciones, para hacer las nuestras. Son tan buenos policías como nosotros y pueden actuar, pero están tapando nuestros agujeros. Esos dos casos tuvieron mucha repercusión mediática y generaron alarma social en Alicante, lo que llevó a las asociaciones de vecinos a movilizarse también y a pedir una reunión con la Subdelegación del Gobierno.

Pregunta: La crítica a la gestión del Comisario Provincial de Alicante, que también afecta a la Brigada de Policía Judicial, no deja de ser también una crítica mucho más amplia a todo un modelo policial.

Respuesta: Si. Estamos decididos a cambiar este modelo caduco y construir la policía del futuro. Lo vamos a hacer dentro del marco, pero hay que acabar con ciertas actitudes y privilegios. Esto que nos está pasando significa que empezamos a ser incómodos. ARP es un sindicato progresista, reformista y defensor de los derechos humanos, distinto a los demás, en sintonía con la ciudadanía y que busca desterrar formas de actuar los sindicatos tradicionales. Creo que vamos por el buen camino. Queremos acabar con este mundo oscuro de intereses, regalos, embajadas, puestos a dedo y clanes, que existen en distintas comisarías y en los servicios centrales y que viven muy bien a costa de los demás. Queremos abrir las ventanas de la institución para que entre aire fresco y se renueve y esto está costando mucho, porque el colectivo policial es un colectivo muy influyente y las fuerzas que impide que cambie son muy poderosas.

Pregunta: ¿Sería Villarejo, del que tanto se habla estos días, un buen exponente de ese mundo oscuro que denuncian?

Respuesta: Villarejo encarna todo lo que queremos desterrar. Hay ciertos individuos que se hacen millonarios arrogándose una defensa patriótica del Estado Derecho y dejan en muy mal lugar a la policía. En algunas grabaciones hay referencias a los policías de la escala básica como “policías guarros”. Esa actitud es la que tienen algunas élites. Estamos hartos de que nos utilicen políticamente. Es terrible que mientras unos compañeros pelean contra la corrupción, tengamos constancia de que nuestros superiores en Madrid mercadeaban con esa información y hablaban con los políticos que estaban en la misma línea de los que estaban siendo investigados. Es algo tan deleznable, que no pararemos de luchar para que no vuelva a ocurrir.

Pregunta: ¿Hay muchos o más Villarejos en la policía?

Respuesta: Afortunadamente no. Lo que sí tienen es cómplices que apoyan sus actividades.  Si que hay personas que pueden utilizar su cargo para su propio beneficio, y puede haber otros, incluso, que sean incompetentes, pero si creamos unas estructuras transparentes, podemos mitigar que esto pueda llegar a suceder.  El problema también reside en que, al tener más poder, este tipo de personas generan más daños a la sociedad. Hay personas que no merecen tener la condición de policía, porque no entienden que somos los valedores de la legalidad. Yo sospecho siempre de personas que en nombre de la legalidad o de la patria se llena los bolsillos.