La carta de los obispos de Getafe y Alcalá de Henares calificando la ley madrileña contra la LGTBfobia como un “ataque a la libertad religiosa y de conciencia”, así como de ser “arbitraria” y ser “un atropello a los idearios que inspiran la libertad de enseñanza”, ha provocado una oleada de consecuencias a lo largo de toda España.
La última ha estallado en Córdoba, donde el apoyo de su obispo a sus compañeros madrileños ha provocado la denuncia abierta de los concejales de Ganemos Córdoba, la filial de Podemos en la ciudad andaluza.
En declaraciones a Infovaticana, Demetrio Fernández aseguró que todos los obispos de España compartían el contenido de la carta de los obispos madrileños, y añadiendo que la ideología de género que denunciaban los obispos en su publicación “es una bomba atómica que quiere destruir la doctrina católica y la imagen de Dios en el hombre y la imagen de Dios Creador”.
El obispo de Córdoba también defendió en sus declaraciones su derecho y el de sus compañeros a la libertad de expresión para proponer la doctrina católica denunciando que algunos emprendan auténticas cruzadas contra quienes piensan de forma distinta.
Obispo talibán
Y, al igual que los obispos de Getafe y Alcalá recibieron denuncia por parte de colectivos LGTBI por sus palabras, en este caso ha sido desde Ganemos Córdoba quienes han pedido a la Fiscalía que actúe contra su obispo por “su odio contra los homosexuales”.
@albrios en @CSurNoticias pide a la Fiscalía que actúe contra el obispo de Córdoba por su odio a los homosexuales. pic.twitter.com/EESLAlv6B1
— Ganemos Córdoba (@Ganemos_Cordoba) 15 de agosto de 2016
En una nota de prensa, su concejal Alberto de Ríos afirmó que “es muy grave que el obispo de Córdoba haga apología del odio y se posicione en contra de los derechos humanos”, recordando a Demetrio Fernández que “su ideología del odio está tipificada como delito en el Código Penal”.
“Las personas creyentes de Córdoba no se merecen tener a un obispo talibán que cada vez que tiene la oportunidad lanza alegatos de odio contra mujeres, homosexuales y transexuales”, aseguraba De los Ríos, y respondía al obispo afirmando que “lo que es una bomba atómica es que un obispo de una sociedad democrática se parezca a un obispo franquista donde ser homosexual o transexual era suficiente para terminar en la cárcel o torturado en comisaría”.