El pasado domingo, 14 de abril, se conmemoraba en diferentes partes del país el Día de la II República, proclamada ese mismo día en 1931. En Madrid, a orillas del río Manzanares, las Nuevas Generaciones del Partido Popular organizaban un acto bajo el lema “II República, ¿algo que celebrar?” en el que el centro del debate fue la memoria histórica. Entre las voces participantes, no faltó la de la ex presidenta madrileña Esperanza Aguirre, quien se convirtió en protagonista de la jornada tras culpar al PSOE del estallido de la Guerra Civil en el 36. “El PSOE no aceptó la alternancia en el poder”, señaló, y “con la victoria de la derecha en las elecciones del 33, este realizara el golpe de Estado del 34, que llaman revolución de Asturias, pero que fue un golpe de Estado”, añadió.

Antes estas declaraciones, el presentador de El Intermedio, el Gran Wyoming, se ha mostrado contundente y ha tildado de manipulación las palabras de la expresidenta madrileña. "Pues una cosa está clara: a Aguirre no le salían rana sus consejeros, también sus profesores de Historia. Aunque es muy benevolente echarle la culpa a sus profesores. Lo de Aguirre no es ignorancia, es pura manipulación".

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Además, en tono irónico, reprochó a Aguirre sus palabras: “Bueno, luego hubo unas elecciones en el 36, pero eso ya tal, eso no…como hubo un golpe de Estado pues no cuentan”. En la misma línea, el presentador de La Sexta siguió: “O sea que la culpa fue de los socialistas. Pues sí, los militares golpistas, con Franco a la cabeza, no tuvieron nada que ver ni en la Guerra Civil ni en la campaña de exterminio ni nada, ni en los 40 años de represión posteriores”.

El acto, que se celebró concretamente en la Nave de Terneras, contó también con la presencia del portavoz adjunto del PP en la Asamblea de Madrid, Rafael Núñez; del diputado autonómico, Pedro Corral; y del presidente de las Nuevas Generaciones de Madrid, Ignacio Dancausa.

A las palabras de Aguirre, se unió Corral que afirmó que “Sánchez está copiando a Franco legislando sobre nuestro pasado”, a lo que Núñez añadió que “hasta que Zapatero aprueba la ley de Memoria Democrática solo los sistemas totalitarios se atrevían a legislar sobre el pasado”.

Con todo ello, el encuentro del pasado domingo tuvo un claro objetivo: culpar al PSOE de la Guerra Civil y a Pedro Sánchez de promover la división entre españoles. Así, desde las Nuevas Generaciones del Partido Popular señalaron que se trata de un tema que “ha polarizado a España” y que, en la actualidad, “Pedro Sánchez no busca la unidad al promover la división”.

En la misma línea, Aguirre compartía un vídeo de una pasada intervención suya en la que asegura que idealizar la II República “es dividir a los españoles”.

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Estos intentos de acercar la democracia a la dictadura franquista que se hicieron notables durante la jornada del domingo en Manzanares no suponen nada nuevo en el discurso popular sobre Memoria Democrática. En 2021, cuando la extrema derecha empezaba a calar y a posicionarse en la esfera política, el entonces líder del Partido Popular Pablo Casado, comparaba la democracia con el franquismo y lanzó la promesa de acabar con todas las leyes de Memoria Histórica si llegaba en algún momento a Moncloa.

¿Qué contempla la Ley actual?

La Ley de Memoria Democrática se aprobó en 2021 con el objetivo de completar la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007 con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Tras su aprobación, se acordaron temas que permiten reparar el dolor de las víctimas y romper con todo tipo de enaltecimiento del franquismo. Así pues, una de las principales medidas impulsadas fue la disolución de entidades vinculadas a la dictadura, así como la prohibición de actos que exalten el franquismo. De igual manera, también se declararon nulos los juicios represivos del franquismo. Por lo que hace al Valle de los Caídos, la Ley contempla una resignificación del enclave para convertirlo en un cementerio civil donde se rinda homenaje a los dos bandos. Relativo a la memoria de las víctimas de la dictadura, mediante la Ley se impulsaron exhumaciones de restos y se aprobó un banco de ADN que permitiera facilitar la identificación de los desaparecidos. Entre otras cosas, se fijaron dos fechas conmemorativas. Por una parte el 31 de octubre, Día de las Víctimas de la dictadura y el 8 de mayo, Día de las personas exiliadas.